Gn
44, 18-21. 23b-29; 45, 1-5
Vamos
a adentrarnos en una historia con varios Caines y un solo Abel: Hemos dado un
salto largo en el Génesis, íbamos por el capítulo 32, y hoy, súbitamente
estamos en el capítulo 44. Antes de ayer, apenas Jacob está encontrándose con
su nueva identidad, y hoy, digamos así, repentinamente, nos encontramos con su
hijo יוֹסֵף
[Yosef] “José”, “Dios ha añadido”, que como recordamos fue vendido, y le
llegaron a Jacob con la noticia que lo había matado una fiera, que José había
sido devorado por una bestia salvaje, presentando la túnica manchada de la sangre
de un cabrito, como evidencia, cuando en realidad, fue vendido como esclavo por
sus hermanos.
En
Egipto, después de ser acusado injustamente de adulterio por su dueña, por la
esposa de Potifar, su dueño en Egipto (ver Gn 39). Aunque ella lo deseaba, José
se negó y ella, en venganza, lo acusó falsamente. Como resultado, fue
encarcelado, pero finalmente Dios lo ayudó. Mientras está en prisión, José
interpreta los sueños del copero y del panadero del faraón, quienes luego lo
recuerdan cuando el faraón tiene sueños inquietantes. Al interpretar un sueño
profético de Faraón: perturbadores: siete vacas gordas devoradas por siete
vacas flacas, y siete espigas llenas devoradas por siete espigas delgadas.
Nadie en Egipto pudo interpretar estos sueños, más José llevado ante la
presencia de Faraón lo tradujo como simbología de lo que se avecinaba, revelando
que Egipto experimentaría siete años de abundancia seguidos por siete años de
gran hambruna. José aconseja al faraón que almacene provisiones durante los
años de abundancia para prepararse para la hambruna fue liberado y elevado a la
categoría de chaty (el que
es la voluntad del amo, los oídos y los ojos del rey) el
más alto funcionario del Antiguo Egipto, el primer magistrado después de Faraón,
a veces se traduce por visir, por analogía con este cargo musulmán. Fue así
como en tiempos de hambruna salvó al pueblo egipcio y recibió -las vueltas que
da la vida- en aquel país, a su familia,
a sus hermanos, convertido en alto funcionario egipcio. Vemos que la perícopa
está estructurada con dos fragmentos tomados del capítulo 44 y un tercer
fragmento proveniente del capítulo 45.
En
primer término, le informan que tienen su padre -aún vivo- y un hermano menor,
que le nació en la vejez a Jacob (ahora llamado Israel). Y José les había
exigido que trajeran a su hermano menor (el único hermano de padre y madre,
porque Benjamín era hijo también de Raquel; mientras los otros hermanos eran
hijos de Lía, primera esposa de
Jacob y madre de seis de sus hijos, así como de su única hija, Dina. Reconocida por su linaje, ya que sus hijos fueron los
antepasados de seis de las doce tribus de Israel), que quería conocerlo. Sin
embargo, Jacob, no lo quiere dejar ir; se lee entre líneas el temor de que, al
enviarlo a Egipto, lo pierda y ya nunca lo vuelva a ver. Cuando le relatan esta
reacción de su papá, José ya no resiste más y se les manifiesta, diciéndoles
que pueden abandonar todo cuidado y toda prevención ya que, haberlo vendido,
fue disposición de Dios para que todos ellos pudieran preservar sus vidas.
Según
el relato bíblico de Génesis 44, José ordena a su mayordomo que llene los
costales de sus hermanos con alimento y que ponga el dinero de cada uno en la
boca de su costal. Además, le indica que esconda su copa de plata, en el costal
del menor, es decir, en el de Benjamín. Después de que los hermanos salen de
Egipto, el mayordomo los alcanza y los acusa de robar la copa. Se realiza una
búsqueda en cada costal, comenzando por el mayor y terminando por el menor, y
la copa es encontrada en el costal de Benjamín. Esta situación provoca una gran
angustia entre los hermanos, quienes regresan a la ciudad para enfrentar las
consecuencias. יְהוּדָה [Yehuda] “Judá”,
esta grafía es la misma que para Judas, -cabe aquí recordar que Judá fue el que
promovió que vendieran a José-; viene a rogarle a José por clemencia con su
hermano, señalándoles que si no regresan con él, Jacob morirá de tristeza.
Génesis 44, 18-34
es un discurso pre-figurativo de intercesión -una verdadera pieza maestra y
cimera en toda la Biblia. Cada uno de nosotros es un Benjamín “hijo de la mano
derecha”, “hijo del sur”, “hijo de la felicidad”, y Jesús se para a interceder
por nosotros ante la Gran Autoridad, ofreciéndose a Sí mismo como garantía. Judá
reconoce la culpabilidad del “robo de la copa” que es un reconocimiento del
crimen de haber atentado contra la vida de su hermano y haberlo hecho dar por muerto
en el corazón de Jacob.
Aquí
hay un valor ejemplar en José, cómo se ha sacudido toda clase de rencor, y en
cambio, se ha dejado cobijar por el manto del perdón. Otro atributo importante
que Dios le ha regalado a José, es la capacidad para entenderlo todo como
Lenguaje de Dios, José sabe leer toda la realidad desde la perspectiva Providente
del Señor. Ve que las cosas que han
sucedido, el Señor las había dispuesto, desde tiempo remotamente anterior, para
el beneficio del clan Israelita. No sólo le ha descubierto Dios el significado
de los sueños, sino que sabe entender la realidad en su conjunto, como Voluntad
Celestial. Podemos hablar de una fe en acción que tiene inteligencia, perdona y
es bondadosa.
En
Gn 45, 7 aparece la expresión חָיָה
[chayah], en el contexto de Dios me envió por delante
para hacer que ustedes “revivieran”, connotando la “redención” y la “resurrección”
que nos trae el que “ha sido enviado por delante”. Se traduce, por lo general, “para
preservar la vida”. La misma idea regresará en Gn 50, 20, Dios lo ha previsto
todo para preservar la vida, Dios se desvela por la vida, Dios no quiere que
prevalezca la muerte. ¡Nos conduce a ratificar con Ireneo de Lyon que La Gloria
de Dios es la vida del hombre!
Sal
105(104), 16-17. 18-19. 20-21
El
salmo se remite específicamente a José. Denota que Dios desató la hambruna,
pero ya había previsto como neutralizarla a través de la intervención de José.
Señala
también que sufrió los grilletes carcelarios hasta que Dios lo adornó con el
destacado sentido que le afamó, hasta llevarlo a ser el segundo en Egipto,
después de Faraón.
Y
llegó a ser administrador de todos los bienes faraónicos y a estar al frente de
todas las posesiones del rey egipcio.
Este
salmo cae en la categoría de los Salmos de Alianza; el salmo en su totalidad
pasa revista a los hitos de la historia del pueblo de Israel, señalando -por
parte de Dios- su total Fidelidad.
El
salmo en realidad nos está convocando para tener un corazón agradecido, porque
Dios no pactó con nosotros en vano, y a pesar de nuestra desobediencia tan
díscola, Él se mantiene en la Palabra empeñada.
Que
la consciencia de nuestros corazones agradecidos, sea abonada por tantos
prodigios y grandezas como -a través de los tiempos- Dios ha hecho para
beneficio nuestro. Dios nos ha elegido para recibir su Unción y su Unción es
nuestra defensa, nuestro escudo.
Mt
10-7-15
El Señor quiere una iglesia
pobre que evangelice a los pobres.
Papa Francisco
Jesús
ha escogido a sus Doce Apóstoles, ahora pasa a instruirlos y a darles envío. En
el Evangelio mateano, este es el segundo discurso de instrucción de Jesús a sus
discípulos. La instrucción es el tema del bloque 10,1 – 11,1. Geográficamente
hablando, continuamos en Galilea. En la perícopa inmediatamente anterior, Jesús
anuncia la inminencia del Reino. Hoy, pasa a enfocarse en un requisito esencial
para la edificación de ese reino: La pobreza evangélica. «La pobreza evangélica
es una condición fundamental para que el Reino de Dios se difunda. Las alegrías
más hermosas y espontaneas que he visto en el trascurso de mi vida son las de
personas pobres, que tienen poco a qué aferrarse». (Papa Francisco)
«En
primer lugar, intentemos comprender lo que significa «pobres de espíritu».
Cuando el Hijo de Dios se hizo hombre, eligió un camino de pobreza, de
humillación. Como dice San Pablo en la Carta a los Filipenses: «Tened entre
vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. El cual, siendo de
condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se
despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los
hombres» (2,5-7). Jesús es Dios que se despoja de su gloria. Aquí vemos la
elección de la pobreza por parte de Dios: siendo rico, se hizo pobre para
enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Cor 8,9). Es el misterio que contemplamos
en el belén, viendo al Hijo de Dios en un pesebre, y después en una cruz, donde
la humillación llega hasta el final». (Mensaje del Santo Padre Francisco. para
la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014)
La
palabra Paz llenara nuestro corazón como derrotero señalado por el Señor para
nuestras vidas. Pero, todos los que se niegan a acoger estas Enseñanzas serán
llevados ante el Tribunal Divino, su destino será más deplorable que el de
Sodoma y Gomorra. Ese triste destino no nos deje llenar el alma de inquina.
Seríamos fariseos, se nos volvería un tumor en el órgano de la predicación.
Hemos
tomado aquí un curso de discipulado, sabemos que hemos de anunciar, cuál es el
Mensaje que Jesús nos manda diseminar. Hemos sido iluminados con una directriz
inconfundible, que no debemos -por ninguna razón- desfigurar: arar senderos de
justicia, llenando los surcos con semillas de Justicia, para recoger en la
siega los frutos de la paz. Ya lo dice la sabiduría popular, quien siembra
vientos recogerá tempestades.
Agucemos
nuestro corazón para que no nos engañen. No vayamos a sucumbir y desemboquemos
en la traición al Reino. Repasemos las cartas de identidad de nuestra tarea:
a) Vayan proclamen que
el Reino de Dios ha llegado.
b) Curen enfermos,
resuciten muertos, limpien leprosos, arrojen demonios
c) Gratis lo hemos
recibido, gratis hemos de darlo.
d) No atesoremos so
pretexto de estar ahorrando para la Misión.
e) No nos
sobrecarguemos de alforjas que nos incomoden el paso, no es necesario llevar
“tantas maletas”. Vayamos “ligeros de equipaje”. Mucho menos llevar “bastón”,
todo bastón es garrote incipiente, ya en su inmanencia denota arma, significa
agresión, imposición.
f) A cualquier lugar
que lleguemos dirijámonos donde “gente de fiar”; pero en esta búsqueda,
discernamos con criterios cristianos, no con los esquemas mercantiles buscando
el prestigio de los opulentos, que la evangelización no es cosa de lujos ni es
un meretricio.
Y,
seamos realistas: habrá rechazo, habrá desprecio, habrá hostilidad, habrá
persecución; hemos de tener, un corazón como el de José, que no esté atrapado
en las redes del desquite, sino que esté siempre alegre, siempre acogedor,
siempre esperanzado, capaz de empatizar, de compadecerse.
Católicos implica rechazo al sectarismo, siempre acogedores, siempre con los brazos abiertos, de par en par, así como está Jesús en la Cruz.
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