miércoles, 9 de julio de 2025

Jueves de la Décimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

 


                    

Gn 44, 18-21. 23b-29; 45, 1-5

Vamos a adentrarnos en una historia con varios Caines y un solo Abel: Hemos dado un salto largo en el Génesis, íbamos por el capítulo 32, y hoy, súbitamente estamos en el capítulo 44. Antes de ayer, apenas Jacob está encontrándose con su nueva identidad, y hoy, digamos así, repentinamente, nos encontramos con su hijo יוֹסֵף [Yosef] “José”, “Dios ha añadido”, que como recordamos fue vendido, y le llegaron a Jacob con la noticia que lo había matado una fiera, que José había sido devorado por una bestia salvaje, presentando la túnica manchada de la sangre de un cabrito, como evidencia, cuando en realidad, fue vendido como esclavo por sus hermanos.

 

En Egipto, después de ser acusado injustamente de adulterio por su dueña, por la esposa de Potifar, su dueño en Egipto (ver Gn 39). Aunque ella lo deseaba, José se negó y ella, en venganza, lo acusó falsamente. Como resultado, fue encarcelado, pero finalmente Dios lo ayudó. Mientras está en prisión, José interpreta los sueños del copero y del panadero del faraón, quienes luego lo recuerdan cuando el faraón tiene sueños inquietantes. Al interpretar un sueño profético de Faraón: perturbadores: siete vacas gordas devoradas por siete vacas flacas, y siete espigas llenas devoradas por siete espigas delgadas. Nadie en Egipto pudo interpretar estos sueños, más José llevado ante la presencia de Faraón lo tradujo como simbología de lo que se avecinaba, revelando que Egipto experimentaría siete años de abundancia seguidos por siete años de gran hambruna. José aconseja al faraón que almacene provisiones durante los años de abundancia para prepararse para la hambruna fue liberado y elevado a la categoría de chaty (el que es la voluntad del amo, los oídos y los ojos del rey) el más alto funcionario del Antiguo Egipto, el primer magistrado después de Faraón, a veces se traduce por visir, por analogía con este cargo musulmán. Fue así como en tiempos de hambruna salvó al pueblo egipcio y recibió -las vueltas que da la vida-  en aquel país, a su familia, a sus hermanos, convertido en alto funcionario egipcio. Vemos que la perícopa está estructurada con dos fragmentos tomados del capítulo 44 y un tercer fragmento proveniente del capítulo 45.

 

En primer término, le informan que tienen su padre -aún vivo- y un hermano menor, que le nació en la vejez a Jacob (ahora llamado Israel). Y José les había exigido que trajeran a su hermano menor (el único hermano de padre y madre, porque Benjamín era hijo también de Raquel; mientras los otros hermanos eran hijos de Lía, primera esposa de Jacob y madre de seis de sus hijos, así como de su única hija, Dina. Reconocida por su linaje, ya que sus hijos fueron los antepasados de seis de las doce tribus de Israel), que quería conocerlo. Sin embargo, Jacob, no lo quiere dejar ir; se lee entre líneas el temor de que, al enviarlo a Egipto, lo pierda y ya nunca lo vuelva a ver. Cuando le relatan esta reacción de su papá, José ya no resiste más y se les manifiesta, diciéndoles que pueden abandonar todo cuidado y toda prevención ya que, haberlo vendido, fue disposición de Dios para que todos ellos pudieran preservar sus vidas.

 

Según el relato bíblico de Génesis 44, José ordena a su mayordomo que llene los costales de sus hermanos con alimento y que ponga el dinero de cada uno en la boca de su costal. Además, le indica que esconda su copa de plata, en el costal del menor, es decir, en el de Benjamín. Después de que los hermanos salen de Egipto, el mayordomo los alcanza y los acusa de robar la copa. Se realiza una búsqueda en cada costal, comenzando por el mayor y terminando por el menor, y la copa es encontrada en el costal de Benjamín. Esta situación provoca una gran angustia entre los hermanos, quienes regresan a la ciudad para enfrentar las consecuencias. יְהוּדָה [Yehuda] “Judá”, esta grafía es la misma que para Judas, -cabe aquí recordar que Judá fue el que promovió que vendieran a José-; viene a rogarle a José por clemencia con su hermano, señalándoles que si no regresan con él, Jacob morirá de tristeza.

 

Génesis 44, 18-34 es un discurso pre-figurativo de intercesión -una verdadera pieza maestra y cimera en toda la Biblia. Cada uno de nosotros es un Benjamín “hijo de la mano derecha”, “hijo del sur”, “hijo de la felicidad”, y Jesús se para a interceder por nosotros ante la Gran Autoridad, ofreciéndose a Sí mismo como garantía. Judá reconoce la culpabilidad del “robo de la copa” que es un reconocimiento del crimen de haber atentado contra la vida de su hermano y haberlo hecho dar por muerto en el corazón de Jacob.

 

Aquí hay un valor ejemplar en José, cómo se ha sacudido toda clase de rencor, y en cambio, se ha dejado cobijar por el manto del perdón. Otro atributo importante que Dios le ha regalado a José, es la capacidad para entenderlo todo como Lenguaje de Dios, José sabe leer toda la realidad desde la perspectiva Providente del Señor.  Ve que las cosas que han sucedido, el Señor las había dispuesto, desde tiempo remotamente anterior, para el beneficio del clan Israelita. No sólo le ha descubierto Dios el significado de los sueños, sino que sabe entender la realidad en su conjunto, como Voluntad Celestial. Podemos hablar de una fe en acción que tiene inteligencia, perdona y es bondadosa.


 

En Gn 45, 7 aparece la expresión חָיָה [chayah], en el contexto de Dios me envió por delante para hacer que ustedes “revivieran”, connotando la “redención” y la “resurrección” que nos trae el que “ha sido enviado por delante”. Se traduce, por lo general, “para preservar la vida”. La misma idea regresará en Gn 50, 20, Dios lo ha previsto todo para preservar la vida, Dios se desvela por la vida, Dios no quiere que prevalezca la muerte. ¡Nos conduce a ratificar con Ireneo de Lyon que La Gloria de Dios es la vida del hombre!

 

Sal 105(104), 16-17. 18-19. 20-21

El salmo se remite específicamente a José. Denota que Dios desató la hambruna, pero ya había previsto como neutralizarla a través de la intervención de José.

 

Señala también que sufrió los grilletes carcelarios hasta que Dios lo adornó con el destacado sentido que le afamó, hasta llevarlo a ser el segundo en Egipto, después de Faraón.

 


Y llegó a ser administrador de todos los bienes faraónicos y a estar al frente de todas las posesiones del rey egipcio.

 

Este salmo cae en la categoría de los Salmos de Alianza; el salmo en su totalidad pasa revista a los hitos de la historia del pueblo de Israel, señalando -por parte de Dios- su total Fidelidad.

 

El salmo en realidad nos está convocando para tener un corazón agradecido, porque Dios no pactó con nosotros en vano, y a pesar de nuestra desobediencia tan díscola, Él se mantiene en la Palabra empeñada.

 

Que la consciencia de nuestros corazones agradecidos, sea abonada por tantos prodigios y grandezas como -a través de los tiempos- Dios ha hecho para beneficio nuestro. Dios nos ha elegido para recibir su Unción y su Unción es nuestra defensa, nuestro escudo.

 

Mt 10-7-15

El Señor quiere una iglesia pobre que evangelice a los pobres.

Papa Francisco

Jesús ha escogido a sus Doce Apóstoles, ahora pasa a instruirlos y a darles envío. En el Evangelio mateano, este es el segundo discurso de instrucción de Jesús a sus discípulos. La instrucción es el tema del bloque 10,1 – 11,1. Geográficamente hablando, continuamos en Galilea. En la perícopa inmediatamente anterior, Jesús anuncia la inminencia del Reino. Hoy, pasa a enfocarse en un requisito esencial para la edificación de ese reino: La pobreza evangélica. «La pobreza evangélica es una condición fundamental para que el Reino de Dios se difunda. Las alegrías más hermosas y espontaneas que he visto en el trascurso de mi vida son las de personas pobres, que tienen poco a qué aferrarse». (Papa Francisco)


 

«En primer lugar, intentemos comprender lo que significa «pobres de espíritu». Cuando el Hijo de Dios se hizo hombre, eligió un camino de pobreza, de humillación. Como dice San Pablo en la Carta a los Filipenses: «Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres» (2,5-7). Jesús es Dios que se despoja de su gloria. Aquí vemos la elección de la pobreza por parte de Dios: siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Cor 8,9). Es el misterio que contemplamos en el belén, viendo al Hijo de Dios en un pesebre, y después en una cruz, donde la humillación llega hasta el final». (Mensaje del Santo Padre Francisco. para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014)

 

La palabra Paz llenara nuestro corazón como derrotero señalado por el Señor para nuestras vidas. Pero, todos los que se niegan a acoger estas Enseñanzas serán llevados ante el Tribunal Divino, su destino será más deplorable que el de Sodoma y Gomorra. Ese triste destino no nos deje llenar el alma de inquina. Seríamos fariseos, se nos volvería un tumor en el órgano de la predicación.

 

Hemos tomado aquí un curso de discipulado, sabemos que hemos de anunciar, cuál es el Mensaje que Jesús nos manda diseminar. Hemos sido iluminados con una directriz inconfundible, que no debemos -por ninguna razón- desfigurar: arar senderos de justicia, llenando los surcos con semillas de Justicia, para recoger en la siega los frutos de la paz. Ya lo dice la sabiduría popular, quien siembra vientos recogerá tempestades.

 

Agucemos nuestro corazón para que no nos engañen. No vayamos a sucumbir y desemboquemos en la traición al Reino. Repasemos las cartas de identidad de nuestra tarea:

a)    Vayan proclamen que el Reino de Dios ha llegado.

b)    Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, arrojen demonios

c)    Gratis lo hemos recibido, gratis hemos de darlo.

d)    No atesoremos so pretexto de estar ahorrando para la Misión.

e)    No nos sobrecarguemos de alforjas que nos incomoden el paso, no es necesario llevar “tantas maletas”. Vayamos “ligeros de equipaje”. Mucho menos llevar “bastón”, todo bastón es garrote incipiente, ya en su inmanencia denota arma, significa agresión, imposición.

f)     A cualquier lugar que lleguemos dirijámonos donde “gente de fiar”; pero en esta búsqueda, discernamos con criterios cristianos, no con los esquemas mercantiles buscando el prestigio de los opulentos, que la evangelización no es cosa de lujos ni es un meretricio.

 

Y, seamos realistas: habrá rechazo, habrá desprecio, habrá hostilidad, habrá persecución; hemos de tener, un corazón como el de José, que no esté atrapado en las redes del desquite, sino que esté siempre alegre, siempre acogedor, siempre esperanzado, capaz de empatizar, de compadecerse.


Católicos implica rechazo al sectarismo, siempre acogedores, siempre con los brazos abiertos, de par en par, así como está Jesús en la Cruz. 

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