lunes, 5 de febrero de 2024

Lunes de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario

 


1R 8, 1-7. 9-13

A PESAR DE TODO HUBO UNA TEOFANÍA.

En el capítulo 25 del Éxodo, Dios le ordena a Moisés que le construya una Morada מִקְדָּ֑שׁ [miqdash] “Santuario”; de ahí en adelante, YHWH le da instrucciones detalladas sobre el Arca de la Alianza, la Mesa para los Panes de la Presencia, la Menorá, el altar de bronce, los patios del Santuario, el aceite para las lámparas y el aceite para la unción, la ropa de los sacerdotes, el ritual de consagración sacerdotal, las ofrendas diarias, el altar del incienso, la palangana de bronce y los artesanos para el Santuario. Le instituye toda una liturgia para el Culto.

 

Todas estas indicaciones fueron cumplidas y el Libro de Éxodo refiere cómo se cumplió y cómo se hizo todo lo indicado en los capítulos 35-40 hasta relatar cómo se consagró el Santuario. En los versos 36- 37 se señala que el pueblo acampaba cuando Dios daba la señal y se asentaba encima del santuario y cuando la nube se levantaba ellos también levantaban el campamento. Y, así YHWH -a todo lo largo del Camino- acompañó a los israelitas, sin desampararlos jamás. Verdaderamente era Dios-con-ellos.

 

Tres octavas partes del éxodo están atentas a estos aspectos rituales de la Tienda del Encuentro, y de cómo Dios estipula lo que quiere.

 

Hoy nos encontramos frente a un cambio bastante desconcertante, Dios era YHWH trashumante; ahora -del nomadismo, va a pasar a la sedentariedad. Pero Dios en ningún momento dice. Quiero esto, me gustaría que fuera así: pongan una jarra de agua aquí, o unos candelabros allá. En realidad, Dios no tiene oportunidad alguna de expresar su “Voluntad”. Encontramos sólo la voz de Salomón que dice. “He querido erigirte una casa para morada tuya, un lugar donde habites para siempre”. Algunos teólogos han llegado a preguntarse sí era un Templo, o una Prisión… (¿Quería, acaso, Salomón mantener a Dios bajo buena custodia?)

 

¡El contraste con la tienda del Encuentro es muy, muy grande!  ¿De dónde sacó Salomón el diseño de su Templo? Los más eruditos investigadores encuentran su similitud con los Templos fenicios cuyos despojos han desenterrado e investigado los arqueólogos, y les parece que pudo inspirarse en ellos. Sin duda, encuentran otros desenterradores de ruinas y vestigios históricos, que hubo otras influencias del medio-oriente.

 

También se han encontrado en el Templo reliquias de Astarté (diosa semítica de la fecundidad; diosa cananeo-fenicia del amor, el sexo, la guerra y la caza) y otras huellas de cultos solares que hacen suponer que se trataba en sus orígenes de una religión de Yahvé-Sol.  Hasta que, en el reinado de Josías, estos cultos paralelos fueron erradicados del Templo.

 

Los estudiosos han llegado a datar de -muy poco antes del tiempo del exilio- que se implantó el relato del Arca, que así llegó a ponerse como leitmotiv cultual, en lo tocante al contenido del Arca y así fue interpolada en la Escritura.

 

La Biblia nos informa que Salomón empezó a construir el Templo en el año cuarto de su reinado y que este proceso le llevó siete años. Así que el episodio de la perícopa de hoy corresponde al año undécimo de su reinado. Como se nos dice en el mes de Etanim - equivalía a parte de septiembre y parte de octubre. A este mes, después del exilio babilonio, se le llamó Tisri. En estas fechas se celebraba la fiesta del Sucot (las Tiendas o cabañas o tabernáculos, en 1R 8, 65, se dice que se celebró esta fiesta y allí se la llama “de las Enramadas” que nos parece una excelente traducción para סוכות [Sucot]); que por las enmarañadas deidades y el sincretismo cultual, podemos inferir que se trató de una revolución para dejar atrás una religión de pastores y remontarlos a una religión de agricultores, pues estas deidades -en las que una y otra vez recaían idolátricamente los del pueblo- eran cultos relacionados con los ciclos agrarios, para celebrar la terminación del ciclo agrícola, la vendimia y la cosecha de aceitunas.

 

Sin embargo, tan pronto el Arca fue depositada en el Sancta Sanctorum, la Shekiná llenó todo el templo del Señor.

 

Estas cosas tan prodigiosas de la Misericordia Divina no pueden ocultar que, efectivamente, el campesinado cargó con todo el peso del reinado salomónico y su “esplendor”.

 

Sal 132(131), 6-7. 8-10

Este es un Salmo gradual, de subida al templo. Ya se ha dicho acerca de este, que tiene una estructura catequética: los sacerdotes-guías turísticos y conductores de la liturgia les formulaban, a los del pueblo, preguntas que ya tenían una respuesta instituida, con ritmo versicular y cantábile.

 

Para el tiempo en que fue compuesto el salmo todavía no se había perdido el Arca con las Tablas de la Ley, ni el Templo había sido destruido. 

 

Todo el Salmo se apoya cobre la promesa que profirió el Señor a David que estaba muy inquieto puesto que le parecía urgente -para unificar al Pueblo- llegar a contar con un Santuario unificado (y unificador).

 

En el Salmo se pasa revista a la Bondad Magnánima del Señor que no ha escatimado ningún recurso para salvaguardar a Israel.

 

Se habla del Dorado del templo y la regia vestimenta sacerdotal y con esos argumentos se pide que escuche a David y a todos sus sucesores ungidos con el Crisma-real.

 

En contraste con la magnífica vestimenta sacerdotal los portadores de enemistad con Dios y su pueblo están vestidos de ignominia.

 

El verso responsorial invita a YHWH a tomar posesión de su Trono en el Templo.

 

Mc 6, 53-56



Llega Jesús y su comitiva a Genasaret y allí ponen pie en tierra. Basta con reconocerlo para que Él, muy diligentemente se ponga en marcha para ir a su encuentro. Quiere servir y no se esconde ni pone talanqueras para hacerse el inalcanzable. Todo lo contrario, va hacia ellos. Sus discípulos quieren actuar a veces como guardas de escolta, pero Él les reprocha, los reprende y los manda dejarlos pasar, abrirles espacio, dejarlos acercarse.

 

Hay una búsqueda atenta, se oye que El Profeta-Sanador está en las inmediaciones, hay que moverse, hay que aguzarse, nuestros enfermos no pueden quedar por ahí tirados y -nosotros- dejar pasar la opción, nos comprometemos con los nuestros que están agobiados por la enfermedad, a veces -hasta faltan los recursos- pero el Sanador anda por ahí, va y viene derramando sanación, entonces, ¡manos a la obra! ¿Por dónde me dices que está? ¿Allá iremos corriendo! ¡Cargando a cuestas con las camillas!

 

Hay una epifanía, Jesús con su accionar –aun cuando la gente que no sabemos de la teología y la simbología litúrgica no entendemos que eso era lo que implicaba estos "hospotales de campaña"-  va rasgando el Velo del Templo, para que todos podemos estar en la cercanía de la Persona que es, el Verdadero Santo de los Santos: Y la gente, se aglomera para favorecerse con algún prodigio obrado en estas jornadas de sanación. A nadie la pide firmar un contrato de beneficiario de sus prodigios. No le importa hacerse con adeptos. Le importa hacer el bien, darles lo que el Padre les ha enviado, no está de reclutamiento, no tienen que dar la firma en un pliego petitorio o en algún formulario de exención de impuestos, sólo tienen que venir, su voluntad de verlo, de tocar la cenefa de su vestimenta, de acercársele, de verlo así sea de lejos, cuentan para Él. Todos los que acudan podrán tocar la Orla.

 

No pide un Templo para Él; ¡Él es el Templo!

 

No hay que comprarle algún ungüento con el que obtiene alguna ganancia poniendo puestos tácticamente bien distribuidos en cada lugar de acción, distribuyendo a sus discípulos para la logística. No se menciona que busque o saque algún lucro. Hay cero-logística.

 

Basta con tocar el borde adornado de encaje de su manto para obtener curación: Llegaba a pueblos, ciudades y aldeas que es como decir que ninguna “periferia existencial” lo detenía. Lo hemos visto llegar a la Decápolis y moverse entre paganos, pero también lo hemos visto entre sus paisanos y también próximo a su parentela, Él está allí para todos: Óigase bien, ¡para todos! no discrimina a nadie, todos tiene alta-honra y dignidad, todos pueden acercarse, a fin de cuentas, son hijos del Mismo Padre.

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