jueves, 1 de febrero de 2024

Jueves de la Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

 


1R 2, 1-4. 10-12

Los dos libros de reyes, son uno sólo, lo mismo que los de Samuel, y también en este caso es por el motivo de la extensión de los rollos que quedaron permanentemente divididos. Su tema es cómo la serie de reyes que vinieron después de David se encargaron de romper la unidad norte-sur que aquel había logrado establecer.

 

Nos estamos moviendo en la parte más antigua de la Sagrada Escritura, lo primero que se registró por escrito y que se ha dado en llamar el “Libro de la Sucesión de David” que va de 2S caps. 9-20 hasta 1R caps. 1, 1-2. Recordemos que allí se introdujeron los apéndices (caps. 21-24 de Samuel, que no pertenecen a aquella tradición y proviene de otra fuente Escritural). Este primer Libro de Reyes inicia con la construcción del Templo (caps. 3-11); luego viene la escisión del reino, la relación de los reyes con los profetas y el papel que estos juegan, en particular Elías, luego tendremos el final del reinado de Ahab y, en la segunda parte del capítulo 22, Josafat reinando en Judá y a Ocozías reinando en Israel.

 

Como esta obra empieza cronológicamente allí donde se interrumpió la del Segundo Libro de Samuel, narrando la muerte de David y el reinado de Salomón, conviene dar una mirada general y panorámica al reinado de Salomón para poder tener una perspectiva equilibrada y no mítica de este personaje tan importante pero también tan sesgadamente presentado evadiendo la real imagen que en la Biblia se nos da.

 

Veamos esos rasgos definitorios de su reinado y de su personalidad: En su conjunto se percibe cómo, la construcción del Templo fue un andamiaje para justificar la opresión.

1.    David tiene profetas a los que escucha y fortalecen la voz de su consciencia. Salomón, no.

2.    Disuelve las tribus, a fin de no tener ninguna cortapisa a su mandato. Y las disgregó en aldeas que no pudieran ser objetoras eficaces.

3. Oblitera los líderes populares y les nombra a las aldeas “gobernadores”, solidificando la estructura piramidal, rotando el encargo de allegar los recursos indispensables al sostén de su burocracia, su corte y su aparato “estatal”..

4.  Introdujo otra manera de tributación, la del “trabajo forzado” (levas), formando brigadas de trabajo de 30.000 hombres para traer la madera del Líbano, 70.000 cargueros y 80.000 canteros; con turnos de un mes.

5.  Al concluir las obras del Templo, destinó toda esta fuerza de trabajo a la construcción de ciudades-silos y de milicias (servicio militar forzado).

6.    Se volvió intermediario en la compra-venta de armas, caballos y carros de combate.

7.    Todo este peso recayó sobre el campesinado.

8.    Trajo a formar parte de su corte a escribas que redactaron la Historia de la Sucesión del Trono y la parte del Pentateuco que identificamos como Yahvista. Esta capa de “intelectualidad” concentrada en la corte trajo como consecuencia la imagen de “sabiduría” que rodea a Salomón

9.    Desde el principio, usa las tácticas conyugales como “matrimonios de conveniencia”, casándose con esposos “paganas” y llevándoles la idea en sus “mañas” cultuales y supersticiosas.

 

Cuando David siente que se acerca su muerte, le da a Salomón una serie de órdenes que deberán ser cumplidas después de su muerte:

a)    Observar la ley para tener éxito y mantener la dinastía.

b)    Ocuparse de que Joab muera a causa de crímenes cometidos anteriormente y en los cuales David parecía culpable.

c)    Cuidar y tratar con benevolencia a los hijos de Barzilai como retribución por la ayuda que ellos le prestaron en los momentos en los que Absalón lo acosaba.

d)  Vengarse de Semeí, quien lo maldijo ¿recuerdan?, pero a quien juró no matar, por lo cual Salomón deberá darle muerte, ten pronto falleciera David.

 

Correspondería, dejar claro que el Libro inicia con la puesta en vigencia de viejos rencores que llaman a ser actualizados para cobrar -a precio de sangre- las venganzas correspondientes. Mala manera de morir y vergonzoso testamento de David; y, de iniciar su reinado, para Salomón. Sin embargo, Dios lo dejó consignado en su Palabra. Es muy sano co-textualizar nuestra Lectura para llegar a ver lo que Dios nos ha querido mostrar; a la vez que resulta “muy interesante” reflexionar por qué motivo se han dejado al margen las otras facetas del relato.

 

Pero también se debe reconocer que David, tuvo 4 hijos con Betsabé, (Sima, Absalón, Adonías, y Salomón), con los dos mayores muertos, el mayor de los sobrevivientes era Adonías (otro muchacho muy hermoso, dice en la Biblia), a quien -en legalidad- correspondería asumir la sucesión, entonces, él se dispone a tomar el trono, prepara los sacrificios de toros correspondientes y se acaballa en le mula real de David; pero, el profeta Natán le dice a Betsabé que le exija el cumplimiento del juramento de darle el Trono a Salomón, juramento que no hemos podido encontrar en ninguna parte, quizás aprovechando la senilidad del real gobernante, que ya tenía una enfermera permanente de cabecera, que dormía con él para calentarle las noches, se trataba de la sunamita Abisag. Lo que leemos es que, David entregó la corona a Salomón y luego, cuando, Adonías cedió el trono sin chistar a Salomón, lo único que pidió fue que le dieran a Abisag por esposa (un recuerdo paterno, un souvenir de carne y hueso), y Salomón por esa petición, lo mando a “tostar”, mejor dicho, a calificar servicios en el Sheol.

 

Con estos detalles inicia este 1R. Aun cuando la perícopa de hoy prescinde de 1R 2, 5-9 y no menciona a Adonías, dejando un embarazoso hiato en el relato.

 

Sal 1Cro 29, 10bc. 11abc. 11d-12a. 12bcd

Tomamos para el Salmo responsorial un fragmento del Primer Libro de las Crónicas, en verdad del último capítulo de esta Primera parte en la que ha sido dividido el Libro de las Crónicas, que, del mismo modo que los Libros de Samuel y de Reyes, fueron divididos en dos por el tamaño del Rollo.

 

Los Libros de Crónicas son un resumen de la historia de Israel, y vuelve a contar lo que hemos considerado ya en los estudios previos de Samuel y Reyes.  Sin embargo, no es lo mismo, lo igual son los temas, pero el enfoque que tienen, la teología en que se apoyan, además, se incluyen aspectos que revelan la flojera y desmotivación de un pueblo que no ha visto realizada ninguna de las expectativas no ha llegado el Mesías, y no se ha reconstruido el Templo, se mantienen en suspenso las Promesas de Dios.

 

Se relata que David, ya en sus últimos años de vida, y ante la descomunal tarea a que se va a ver abocado Salomón, hace un llamado a apoyarlo generosamente y de su propio bolsillo le deja pago con todo lo que él poseía. La gente, al oírlo hace también un generoso aporte y de allí brota la aclamación emocionada que, da lugar a la perícopa que se proclama hoy.

 

Son 4estrofas.

1ª. Bendice al Señor por los siglos de los siglos.

2ª. El Señor es Dueño del poder y la grandeza. La gloria, el esplendor, y todo cuanto existe en el Cielo y la tierra le pertenecen.

3ª. Rey de todo. Fuente de toda riqueza y toda gloria.

4ª. Señor del Universo, mantiene -como un auriga, mantiene las riendas en su mano- el poder y la fuerza.

 

El verso responsorial afirma: ¡Dios es el Señor del Universo!

 

Mc 6, 7-13



Empezamos la tercera parte del gran primer bloque en que se divide el Evangelio según San Marcos, que va hasta la Confesión de Pedro, cuando él declara a Jesús como Mesías.

 

La parte dos terminaba con la admiración y desconcierto que causaba en Jesús la incredulidad de sus paisanos. Ahora, como ya ha sucedido, entre una parte y otra viene un sumario. En este caso es una brevísima frase. La parte b del verso 6: “Y recorría los pueblos aledaños enseñando”. Después de cada sumario, un envío: hoy, reúne a los doce y los envía.

 

Todo entrenamiento requiere de una sesión práctica, donde el formando ponga en aplicación lo que ha aprendido, y verifique que lo ha “captado”, que en verdad es capaz de hacerlo, que no requiere tener a su instructor encima, asistiéndolo, dirigiéndolo, que ha alcanzado solvencia y autonomía. Antes, en la fase previa, sólo los llamó, ahora los deja “ponerse a prueba”, “comprobar sus fuerzas”.

 

Les define unos límites para proceder dentro de unas pautas de austeridad, un verdadero ejercicio de disponibilidad y pobreza. En fin, se trata de penetrar hondamente en el espíritu pastoral de Jesús opuesto a la manera de los espíritus inmundos que obran con elementos de “masificación” y de derroche, de malgasto.

 

“Un bastón y nada más” ¿Por qué llevar ῥάβδος [rhabdos] “vara”, “báculo”, “bordón”, “bastón”? Nos parece que el bastón está en la línea mosaica, su bastón se trasformó en serpiente y, cuando los magos de Faraón hicieron otro tanto, la Serpiente en que se había trasformado el bastón de Moisés las devoró a todas: como quien dice, era más poderosa que todos los magos egipcios juntos. Este es -simbólicamente el “poder-autoridad”- que les dio al enviarlo. (También David llevaba su báculo al enfrentar a Goliat). Este bastón es el “cetro” de los pastores.

 

Este envío nos habla de otros dos envíos que hace YHWH:

a)    Envía a Abrahán fuera de su tierra, donde estaba asentado, lo desarraiga, lo desacomoda.

b)    Envía a Moisés a hablar con Faraón para liberar a su pueblo; y le infunde tal ánimo que es capaz de remontar todos sus melindres, inclusive sus temores por la dificultad al hablar.

 

Este bastón portátil hallará un asentamiento firme, inamovible en el que al sembrarlo se convertirá en un árbol: el Árbol de la Cruz.


 

El bastón es un signo profético que señala tanto el Árbol del Paraíso, como el Árbol del Calvario. Y línea de equilibrio tendencial es la realización de una iglesia -por medio de la misión- despojada de toda arrogancia, de toda hambre de dominación, de todo poder ambicioso, ni siquiera la ambición de tener la razón, que es lo menos importante en el cumplimiento de una tarea que se basa sobre el Amor.

 

Devanemos el amor, en sus estambres constitutivos:

a)    Predicar la conversión

b)    Expulsar los demonios que trasplantan “encadenamientos”, “alienaciones”.

c)    Ungir: la unción da fuerza, pero es una fuerza suave, que fluye, que se desliza como la balerina.

d)    ἐθεράπευον [eterapeuon] “Curar”, “sanar”, “cuidar”, “atender”, “aliviar”. Es toda una cultura del “cuidado”.

¡No importa quien tenga la razón, siempre que mi “hermano” logre ver la Verdad, Su Luz y amarlo!

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