martes, 10 de septiembre de 2024

Miércoles de la Vigésimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario


 

1Cor 7, 25-31

El tercer bloque de la 1ª carta a los corintios, (que hemos dicho, se estructura en siete partes y una conclusión), está formado por el capítulo 7, que pivota en torno al asunto del matrimonio. Los versos 1-7 tratan la cuestión de los casados; los versos 8-9 la situación de los separados, los solteros y los viudos; los versos 10-11, afrontan el tema de la separación; los versos 12-16, la cuestión de los matrimonios mixtos. Los versos 12-16 plantean la disyuntiva sobre circuncisión ¿sí o no? Los versos 21-24, tocan el punto de los esclavos que se han vinculado a la comunidad. Los versos 25-35 afrontan la cuestión de los célibes, y de ahí es de donde tomamos la perícopa de hoy. Los versos 36-38, la disyuntiva: ¿casarse o no? Los versos 39-40 tocan el dilema matrimonial de las viudas.

 

Sobre algunos de estos temas, Pablo no ha recibido del Señor algún “precepto”, luego, él lo que hace es dar su apreciación, manifestando que no es palabra de Dios sino su sentir y perspectiva. En este tema de los célibes, ese es el caso. Pablo dice que ἐνεστῶσαν ἀνάγκην [enestosan ananken] “por la angustia”, “por la urgencia”, “por la necesidad presente”, es bueno permanecer célibe.

 

Descompone el análisis en varios focos:

a)    Sí se está unido a una mujer, no hay que buscar separarse

b)    Sí, se está libre, no hay que afanarse por cambiar de situación

c)    Si un soltero o soltera se casan, n cometen ningún pecado. Les hace caer en cuenta que tendrán las tribulaciones de la carne; y Pablo no quiere, de ninguna manera, verlos “atribulados”; de ahí parte su consejo. Pero esta prevención no quiere decir que el vea al matrimonio como una sociedad mal avenida y destinada a convertirse en un altercado permanente; sino que ve que para los que se hacen creyentes, la persecución es una consecuencia previsible y así, les dice que será muy duro sufrir como pareja los males acarreados por la persecución.

 

De ahí se derivan varios corolarios que Pablo enumera a continuación:

a)    Los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran

b)    Los que lloran, como si no lloraran

c)    Los alegres como si no se alegraran

d)    Los que compran como si no poseyeran (luchar contra los apegos a lo material)

e)    Los que negocian en el mundo como si no disfrutaran de esa situación.

No se trata de un “sacrificio”, sino de plenitud de libertad: “poderles pertenecer a todos porque no se pertenece a nadie”.

 

¿Qué hay detrás de todo esto? Que las cosas que tenemos por ciertas, son sólo una apariencia, una “representación”, y ese estado de cosas va a terminar. ¡La representación llega a su fin!

 

Este enfoque parece depender de la cercanía que para la Parusía se preveía. De permanecer célibes, ellos se podrían “consagrar” a la labor pastoral y misionera que la evangelización demandaba. (No se vaya a interpretar como que los solteros son “mejores”, porque se aberraría el concepto).

 

Podríamos, en este sentido, ver aquí las bases de las comunidades religiosas, que, en su exigencia de celibato, las dejaba en libertad y completa disponibilidad y así podían poner su existencia entera al servicio de la causa de la Evangelización.

 

Sal 45(44), 11-12. 14-15. 16-17

Epitalamio

Este es un salmo de entronización. La primera parte del salmo se concentra en el Rey (es decir, Dios que toma su sitial para gobernar toda la tierra); A partir del verso 11, comienza la segunda parte, donde se mira hacia la Reina, su Esposa (el pueblo de Dios).

 

De ella, declara:

a)    Su belleza, por eso Dios está enamorado de Ella.

b)    La ve prosternada ante el Señor.

c)    Buena, gentil y sonriente

d)    Elegante y gloriosa.

e)    Festiva y engalanada para la “festividad”, para la entronización

f)     Tendrá hijos que serán los Príncipes de la tierra entera.

 

Este cantico le habla al pueblo (personificado en la Reina), y le da todos los argumentos para que “ella atesore” la Santidad, que tiene prendado a Dios con todo Su Amor. ¿En que consiste esa “santidad”? En volcarse enteramente hacia Él, en amarlos con toda el alma, en no desviar sus ojos de Él ni un solo instante. Consagrada por entero a su Amado.

 

Lc 6, 20-26

Los privilegios destinados a los pobres de YHWH



San Mateo hizo famosa la idea de que el famoso “Sermón” de Jesús tuvo lugar en un Monte. San Lucas lo sitúa en un “Llano”. La gente expresa su “sed”, se de espiritualidad, el pueblo intuye que las preguntas de fondo, que interesan a la vida espiritual, deben llegarnos de Dios. Estos interrogantes tienen por respuesta un “misterio”, que sólo Dios puede revelar, y que sólo Él lo puede “descifrar”. Este es la hermosa “claridad perceptiva” que sólo el pueblo tiene. “Los poderosos”, creen que todo lo que es valiosos, y más lo trascendente, es monopolio del “poder adquisitivo”, sólo el “billete” les abrirá las puertas al “saber” que vale la pena. Creen que la llave de la puerta de los Secretos Celestiales tiene por llave un lingote áureo.

 

Ante esa claridad de “la gente de la común”, y para evitar que se les adelanten, han optado por “fabricar” “ídolos”, musicales, deportivos, políticos, financieros, cientificistas, tecnológicos y otros más. Y generan campañas publicitarias para llevarlos a creer que con esas idolatrías podrán saciar su sed.

 

No hay que subir, nos aclara Lucas, Jesús bajará, y se pondrá al alcance, en la “llanura”, porque Él es generoso, se hace asequible, se ofrece, se pone al alcance, y -como nos dice papa Francisco- “nos primerea”.

 

No habrá que hacer cola, no habrá “contados” boletos, no pagaremos tarifas descomunales, no habrá que vestirse de determinado color ni habrá que comprar los adminículos de la parafernalia comercial en torno a Él. Es casi una ironía: los que hasta la fecha habían sido marginados, tendrán asignados los puestos vip. En primera fila, toda la platea para ellos, y los palcos serán para los más hambrientos y los más carenciados. A ellos se les dirigirá.


 

No vayan a pensar que, para los dirigentes, los escribas, los fariseos y los miembros del Sanedrín no tendrá una palabra: por el contrario, Él no es discriminativo, a ellos les dirige 4 palabras; los toma en cuenta y les proporciona esas 4 advertencias, los ayes destinados a los egoístas:

1)    Ay de ustedes los ricos, ya han gozado de “consuelo”.

2)    Ay de los que están saciados, prepárense porque las cosas van a cambiarles radicalmente, tendrán oportunidad de probar el sabor del hambre.

3)    Ay de los que ahora se desternillan de risa, las facciones les van a mudar a luto y llanto.

4)    Ay de los que gozan de que se les mencionen con elogios y alabanzas; porque eso es exactamente lo que hicieron sus antepasados adulando a los falsos profetas.

Bueno si ese era el discurso dirigido a los poderosos, ¿cómo es el sermón correspondiente a los marginales?

1)    Bienaventurados los pobres, será para ellos el Reino de los Cielos.

2)    Bienaventurados los que ahora tienen hambre porque quedarán saciados

3)    Bienaventurados los que ahora lloran, porque reirán.

4)    Felices ustedes si los hombres los odian, los expulsan, los insultan y los consideran unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre.

5)    Alégrense en ese momento y llénense de gozo, porque les espera una recompensa grande en el cielo.


 

“Recuerden que de esa manera trataron también a los profetas en tiempos de sus padres”. Esta perícopa lo que anuncia es una inversión de las cosas. La Justicia Divina lo que hará, será convertir lo muelle de los acomodados, en lo lamentable que les ha tocado vivir a los infortunados y viceversa.

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