miércoles, 17 de julio de 2024

Miércoles de la Décimo Quinta Semana del Tiempo Ordinario


 

Is 10, 5-7. 13-16

Estamos en la parte del Proto-Isaías, donde él comunica oráculos de YHWH dirigidos contra Judá y Jerusalén. Por medio de Asiria, Él dará merecidos azotes a este pueblo infiel, borracho, inmoral e idolatra. Las consonancias de las palabras hebreas, parecen ser los efectos de sonido de los cascos de caballos y de las ruedas de las carretas bélicas. Sin embargo, si escuchamos con atención, oiremos el corazón de Dios herido, que sufre y llora por la traición de su pueblo.  En medio de su tristeza, mirando su Alianza pisoteada, ignora la violencia con que marchan estos ejércitos invasores que se comparan a un hacha que -despiadadamente- deforesta toda la naturaleza, echando abajo los hermosos y altos árboles que Dios les había regalado.

 

Estos bosques devastados personifican a las figuras gubernamentales del reino del sur. Ellos son los ramos altos de los árboles en los que se desfoga el destructor Asirio.  Como lo dice el oráculo, no es el poderío de estos invasores-destructores el que se manifiesta, ellos son solo la vara de la ira divina.

 

Toda la perícopa tiene por protagonista y conductor de las acciones, la Mano de Dios que pasa como cirujano descartando y extrayendo todo tumor.  No se puede dejar que la impiedad se multiplique e invada todo el organismo. Este pueblo infiel será pisoteado como se pisotea el barro, sin consideración.

 

Nos hace tomar conciencia que, los que han usado del hacha y de la sierra para desbrozarles el camino -han obrado por la orden de quien los ha puesto y dotado de autoridad; y ellos, los malagradecidos, se voltean ingratos como cojos que no agradecen al bastón que les da apoyo, tenemos que comprender, que el bastón no es el que da el avance, sino sólo un punto de referencia que sirve de sostén. (Trata siempre de descubrir quien fue bondadoso y te regalo el “bordón”).

 

Los que sirvieron de vara y bastón se van a debilitar y se quebraran para que entendamos que no ha sido ningún “superhéroe” el que los ayudó, sino la Voluntad Cariñosa del Señor. ¡Sólo Dios es Dueño y Señor, Amo de toda la tierra! Él obra incluso a través de impíos e incrédulos.

 

Tal vez lo que se nombra como “vara” punitiva, se remita e la invasión de Senaquerib en el 701 a. C. Sin saberlo, creyendo tan sólo estar cumpliendo con sus planes ambiciosos, Senaquerib (véase el Segundo Libro de las Crónicas en el cap. 32). Todo cuanto Senaquerib hizo, Él lo veía sencillamente como la implementación de sus planes y caprichos. Era su proyecto personal. No se daba cuenta a quien servía con sus campañas militares invasoras y destructivas.

 

Lo que resplandece en medio del relato y nos sirve como lineamiento práctico, es el potencial que tenemos para estar al servicio de Dios como sustancia maleable y dócil que se complace en cumplir sus designios, sin revelarse, sin revolcarse con resistencias. Como lo resumió tan maravillosamente la Virgen con su expresión “Hágase en mí, según tu Palabra” (Lc 1, 38).

 

Sal 94(93), 5-6. 7-8. 9-10. 14-15

Se trata de un tema candente: la injusticia empoderada. Pero, contra los mercenarios, no se trata de jugar con sus reglas. La justicia no puede convertirse -con pretextos- en retaliación. No se debe añadir a la muerte más muerte y al delito, jugarle son sus reglas sucias. ¡No hay que entrar en su juego! Hay que mantenerse incólume, siempre dentro de la Palabra de Dios. Que es un Dios de Vida. ¡El Dios Viviente!

 

Veamos los renglones de denuncia:

a)    Trituran al pueblo

b)    Oprimen al linaje de los herederos

c)    Asesinan a viudas y forasteros

d)    Degüellan a los huérfanos

 

Pero están absolutamente convencidos que Dios está Dormido, que Él no se entera, ni se da cuenta. Necios e ignorantes: No ven que Él fue quien creo el oído y puso los labios. Él puso el ojo, y lo conectó a su Memoria. La memoria está en Red con la Justica. No es una Justicia amordazada, ni deja nada impune. Con razón se dice que Dios es Omnisciente.

 

La otra idea totalmente falsa es que la injusticia se ha impuesto -el mal es el que domina- y que Dios, les ha dado carta blanca a los “atropelladores”. ¡Despiértense! Dios se levantó de la tumba, y despertó para reactivar la Justicia. ¡Dios tiene ya regadas y abonadas la semilla de la Justicia! La Maldad ha prendido todos sus parlantes y encendido todos sus reflectores tratando de confundir nuestros sentidos y que no podamos leer los signos de los tiempos, pero el profeta dice, oráculo del Señor, ¡la hora es llegada!

 

Se creen muy justos y se acuclillan al lado de Dios, para desconcertarnos, pero el Señor lo ha dicho, y su Palabra no se desmiente: todos los errores de su pueblo hallaran Misericordia, porque su pecado viene del dolor y no de la maldad.

 

Mt 11, 25-27

De Dios se habla solamente por medio de opuestos (coincidentia oppositorum, dice Nicolás de Cusa), para no reducirlo a un ídolo: es cercano y altísimo, tierno y omnipotente, pequeño y grande, madre y padre, misericordioso y justo.

Silvano Fausti

 



Del verso 11, 1 – 13, 52, nos encontramos en una parte del Evangelio Mateano donde se evidencia que la Justica del Reino nos cuesta entenderla. Está fundamentada en otra clase de visión distinta a la que se ha promovido. ¡Funciona con otra lógica!

 

Muy agazapados, ocultos con su camuflaje, están los impíos, convencidos de cierta institucionalidad cómplice, se trata de un entramado que encubre, que alcahuetea, que promueve la injusticia.

 

Jesús, por el contrario, alaba al Padre porque les pone en claro todo esto, a los pobres y oprimidos, empezando por las viudas, los forasteros y los huérfanos. Se trata de restituirles a todos los débiles y marginados lo que se les ha arrebatado, siendo que les pertenece, que es su heredad. ¡Dios ha obrado así porque así le place!

 

Por eso, a los pobres no les cuesta ver en Jesús a su “Redentor”. Sólo la verdadera Justicia es invencible e imperecedera. Tal vez no tenemos títulos académicos que sustenten nuestro “saber”; tal vez no conocemos las jerigonzas de sus “conjuros”. Pero nos basta mirar el Rostro de Dios para descubrir su Sonrisa, nos basta la limpieza de corazón y la generosidad de nuestra ignorancia. Tenemos nada más que Su exuberante Prodigalidad.

 

No se tiene que saber tanto, pero si se necesita anhelar con todas las fuerzas del alma, la edificación del Reino. El Reino viene con una cultura de vida, de perdón, de Amor, de sinodalidad.

 

Es un tipo de “saber”, una clase de conocimiento muy particular, es el conocer que Salva. No accesible para dominar, y no exclusivista, no está destinado a alguna “elite”, es para todos los νηπίοις [nepios] «Simples”, “Sencillos”, “sin ninguna sofisticación mental”. (“indocto”, si cabe decirse). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario