viernes, 3 de noviembre de 2023

Viernes de la Trigésima Semana del Tiempo Ordinario

 



Rm 9, 1-5

Romanos puede de-construirse en tres sesiones:

1.    Saludo y Acción de Gracias

2.     Estructura doctrinal

a.    El tema de la Justificación

b.    El tema de la Salvación

3.    Alusión a unas situaciones concretas con un conjunto de pautas morales.

 

Llegando el capítulo 9 de la “carta”, nos adentramos en una unidad nueva donde Pablo profundiza el rol que, en este conjunto soteriológico, tiene Israel. En estos tres capítulos, del 9-11, pasará revista a las enormes figuras del judaísmo: Abraham, a quien ya ha mirado intensamente desde el capítulo 4, Isaac, Jacob (Israel), Moisés y David. Para ensamblar esta visión de conjunto, se remite a los salmos y a los profetas.

 

Dice San Pablo, que preferiría ser uno de los renegados del cristianismo y no tener que ver a sus hermanos de fe, alejados y rechazando a Jesús, reincidamos recordando que Pablo lleva en sus venas y en su corazón, las raíces de un fariseísmo recalcitrante, violento, dispuesto a imponer su fe y su opción “leguleya” a sangre y piedra,  y -descubrimos en su pasado- su connivencia como lapidador de creyentes cristianos, donde su complicidad en el asesinato de San Esteban, es el cuadro radiográfico para entender quién es Saulo.

 

Tal vez -y es legítimo pensar que- Pablo después de “convertirse” en el célebre episodio camino de Damasco, supusiera que un giro similar podía darse en los corazones de los demás fariseos, acompañando el llamado, con una clara explicación, es lo que parece estar haciendo al presentar la estructura doctrinal que contiene Romanos.

 

De este momento (año 34 aproximadamente), al año 57-58 en que se escribe Romanos, han trascurrido -los nada vanos 24 años que median entre los dos puntos-, y que permitieron “desmontar” la ilusión de una conversión del fariseísmo, y, en cambio, la realidad que sobrevino fue un progresivo e intensificado proceso de “división”, que condujo a polarizar las diferencias y hacer ver a los cristianos como una secta herética del judaísmo.

 

En cambio, el fariseísmo se hizo hegemónico en el judaísmo -mientras que, por otra parte- las otras sectas judías fueron decreciendo y, hasta desapareciendo. Y, muchos helenistas fueron adhiriendo el cristianismo, y Pablo fue -paulatinamente- haciéndose a la idea que el cristianismo encontraba mejor recepción a nivel de los “gentiles”.

 

Este suceso, no puede desvincularse -de ninguna manera- del creciente helenismo que desde Alejandro Magno y en el periodo subsecuente, bajo el gobierno de los seleucidas, expandió la cultura griega, lo que llevo a que el sustrato de la dominación imperial Romana, tuviera raigambre helenista y que el griego fuera la “lingua franca” de este imperio. Sin ignorar, que el corazón de los padres del cristianismo -Pablo, en ellos comprendido- latía en hebreo.

 

Pablo presenta su argumento como un testimonio garantizado ante el Espíritu Santo. Al ser israelitas, no le cabe duda, que poseen la filiación adoptiva que contiene 5 elementos:

1)    La gloria

2)    Las Alianzas

3)    La Ley que se les ha dado

4)    El culto, toda la liturgia prescrita

5)    El circuito de todas las promesas manifestadas.

Podemos añadir todavía dos elementos para completar el septeto:

6)    Los patriarcas

7)    Y-como cúspide de los patriarcas, Jesucristo procedente de los Patriarcas.

Y da un rasgo magnifico y magnificador, que Cristo está por encima de todo.

¡Bendito sea Dios por siempre!

 

Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20

Este salmo es un himno Los himnos son alabanzas con una estructura tripartita: se invita a alabar, se alaba -propiamente lo que se quiere alabar y, se concluye. ¿En este caso que se quiere alabar? Lo que significa Jerusalén. “Ciudad de Paz” La paz en este caso se traduce en tres elementos: seguridad, brindada por sus murallas, pan en abundancia, y un segundo cinturón de protección y seguridad, contar con Dios como Aliado. Tiene 20 versos, de los que se han tomado 6, para conformar tres estrofas.

 

1ª estrofa: El Gran Aliado es quien ha hecho que los cerrojos de las puertas de la muralla tengan tanta resistencia que sean inavasallables. Los que viven protegidos por la muralla, no se regocijan por la muralla, sino por Dios que es su Salvaguarda.

 

2ª estrofa: esa seguridad es sinónimo de seguridad, de tranquilidad, de estar resguardados. Pero a Dios no le ha bastado con darles un cerco de seguridad contra las amenazas circundantes, ha hecho más, les ha dado los más deleitosos manjares, significados por la “flor de harina”, lo mejor de lo mejor, para deleitar el paladar.

 

3ª estrofa: ¿Ya ahí les ha dado mucho? Uno de los sinónimos de Dios es “Generosidad”, es “Abundancia”. Así que les da “la Cereza del Pastel”, una “legalidad” para vivir en armonía, en fraternidad en sinodalidad, en koinonía.

 

La categoría de la sinodalidad, se ha tenido que insistir mucho en eta época del sínodo de la Sinodalidad, y lo primero que se tiene que remarcar es que no se trata de un rasgo nuevo para la Iglesia, ni una característica que a Papa Francisco se le ocurrió proponer, sino que esta es una manera que Jesús inculcó a sus Primeros Seguidores, Apóstoles y Discípulos.

 

Lc 14, 1-6

El camino para ser fieles a la ley, sin descuidar la justicia, sin descuidar el amor, es el camino contrario: desde el amor a la integridad; desde al amor al discernimiento; desde al amor a la ley. Este es el camino que nos enseña Jesús, totalmente opuesto al de los doctores de la ley.

Papa Francisco

Homilía, Santa Marta.

 



Nos sentimos en la obligación de aclarar que lo que decimos no tiene nada que ver con el intento de reivindicar un supuesto “Jesús histórico”. Lo único que nos interesa es el Jesús de la fe. Pero, lo que no se puede uno dar el lujo de hacer es, una “lectura acomodada”, para que Jesús salga “bien peinado” en la foto; pensamos -con todo el respeto del mundo- que hay que mirar lo que de verdad dice la perícopa, y no intentar adulterarla de modo alguno. Es lo que honestamente pensamos que debe hacer un buen “discípulo-misionero”.

 

ὑδρωπικὸς [hydropicos] “hidropesía”, es la única vez que esta palabra aparece en el Nuevo Testamento, evidentemente se refiere a alguien afectado por la retención de líquido, lo que conduce a una condición inflamatoria (recuérdese que Lucas era médico de profesión).

 

¿Por qué Jesús entró a casa de un fariseo? La referencia que nos da el Evangelio lucano dice que para comer el “pan” de cada día. O sea, lo que Dios tenía separado para que Él comiera en aquella jornada, el que Jesús llama en la Oración “el pan nuestro de cada día”, que no es sola y exclusivamente “pan”, sino el alimento cotidiano.

 

Parece que otra vez -aquel día- Jesús se había puesto, al peinarse, poco Gel. Estando en casa ajena, donde un fariseo importante -no era cualquier fariseo, sino que era uno de “los principales”-, viene y lo confronta. Nosotros que siempre tratamos de “prohibir” la crítica del prójimo como una conducta francamente poco fraterna, nos encontramos a un Jesús “salido de los cánones estipulados” que, flagrantemente reta al fariseo, y no en cualquier tema, sino en un tema esencial al judaísmo: guardar el precepto del Sabbat.

 


¿Hasta allí llega el reto? ¡Pues no! ¡Va aún más lejos! Infringe el Sabbat y lo cura. ¡Desafiante, no es cierto! Acto seguido, se refiere al hidrópico como si fuera un “animal de carga” y lo conecta como referencia a los burros y los bueyes (¿se trataba de algún trabajador -un esclavo, seguramente- que no se le daba tiempo ni de ver por lo esencial de su salud, porque tenía que estar allí -disponible- en su puesto de trabajo de Sabbat a Sabbat? Aun cuando el Sabbat fuera Día Sagrado de Descanso).

 

Aquí vendría muy bien aquello que nos decía San Agustín: “Ama y has lo que quieras” que para mejor interpretarlo podríamos transcribir como “todo lo que encierre un verdadero acto de amor, nunca podrá condenarse como violación de la Ley” ¿por qué esta paráfrasis? Porque algunos -ya en otra parte lo mencionamos- reinterpretan el dicho agustiniano como “yo digo que es amor y hago lo que se me da la gana, ¿quién me puede decir que eso no es amor?” Y -ojos abiertos, oídos despiertos- no se trata de tener un pretexto para traicionar la Voluntad Divina, sino -todo lo contrario, de hacer lo que “Dios manda” porque sólo lo que Dios manda es “Verdadero Amor”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario