sábado, 5 de agosto de 2023

Sábado de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario

 


Lev 25, 1.8-17

Hoy se trata de una pieza magnifica de la Legislación del Pueblo Escogido: יוֹבֵ֥ל [Youbel]el Jubileo”, “cuerno de carnero usado como instrumento de viento”. Cada Quincuagésimo año de la salida de Egipto, se hacía resonar el שֹׁופַ֤ר תְּרוּעָה֙ [Shofar Teruah] “Shofar Jubilar”, y se iniciaría el año de la triple característica:

 

1ª) Decretaba la libertad para todo israelita que estuviera bajo servidumbre. 2ª) Todos tendrían que devolver las posesiones de los antepasados a los que habían tenido que venderlas porque la pobreza les había obligado. Por eso, no se podía vender una parcela a perpetuidad. 3ª) Sería un año de reposo para la tierra. La tierra quedaría sin roturar. El pueblo judío viviría simplemente de lo que los campos produjeran durante el año anterior al Jubileo, y de lo que creciera espontáneamente.

 

Así como en el caso del precio de los esclavos, la ley estipulaba que el precio de las propiedades variaría de acuerdo con la proximidad al año jubilar, y de ello se derivaba que -como podemos leer textualmente- lo que se vendía no era la tierra, sino las cosechas durante el número de años que faltara para llegar al Jubileo, cuando la tierra, nuevamente, retornaría al usufructo de quien la había “arrendado”.

 

No se puede garantizar que el pueblo judío haya cumplido estrictamente lo que esta Ley del año jubilar preveía. Pero se ve lo que YHWH quería, aquí se manifestaba la Voluntad Armonizadora de Dios para su Pueblo Escogido, valga decir, el Espíritu que animaba la Alianza: “Que nadie perjudique a אִ֣ישׁ אֶת־עֲמִיתֹ֔ו [is weta mitow] “su prójimo”. Y teme a tu Dios, porque Yo-Soy el Señor tu Dios”.

 

Sal 67(66), 2-3. 5. 7-8

Se trata de un Salmo de בָּרַך [Barak] Bendición.  Suplica que Dios derrame su Bendición: “El Señor tenga piedad y nos bendiga, que haga brillar su rostro sobre nosotros”. Estas palabras fueron las que Dios inspiró a Aarón para “Bendecir”, y que reconocemos como Birkat Hacohanim “Bendición Sacerdotal”: Es una oración principalísima en Sabbath; (Cfr. Nm 6, 22-27), y que se ha trasmitido y ha perdurado: Se dice que no son los sacerdotes quienes bendicen, sino que es Dios a través de ellos. Se cree que era un Salmo especialmente destinado para celebrar las Primicias, o la Cosecha. Pentecostés o Sucot.

 

Reforzamos una idea muchas veces presentada en el salterio: ¡La Universalidad! Queremos hacer notar que el llamado para apreciar y resaltar los Caminos de Salvación trazados por nuestro Dios, son “todos los pueblos”.

 

Es un salmo relativamente corto, son sólo ocho versos.  Hoy se proclaman cinco de ellos: Digamos de manera sintética que, si la tierra ha dado su fruto, nosotros tenemos que dar el propio, consistente en alegrarnos y manifestarlo y comunicarlo y compartir esa dicha.

 

Mt 14, 1-12



Decimos, refiriéndonos a San Juan Bautista, que era el Precursor, nos explicamos, el que va abriendo camino, el que en la carrera pasa antes para quitar las piedras y obstáculos que pudiera haber en la trayectoria, y, emparejando, si hay un hundido, o un “turupe” rellenarlo o abajarlo, respectivamente.

 

San Juan el Bautista, fue por delante diciendo que ya venía, que se acercaba, y convidando a la conversión, con una ablución ritual, para que la gente se lavara y se despercudiera el alma, y así, tener los oídos -mejor dispuestos- para oír el anuncio que se iba a proclamar, la Buena Noticia que en breve se haría oír.

 

Cuando lo vio venir, lo señaló, y apuntando hacia Él les indicó que él no siquiera tenía la alcurnia espiritual para desatarle la correa de las sandalias, y eso que aquel era oficio de esclavos.

 

En el bautismo de Jesús, notó que Este era el Elegido del Padre, el Enviado de Dios. Y, propició una reinterpretación de la palabra “Mesías”, en la tónica de lo que el Segundo-Isaías dibujó, cuando vaticinó al Siervo Sufriente. Así lo designó “Cordero de Dios”, valga decir, espécimen sacrificial. En realidad, Juan el Bautista ya declaraba a los gritos, que Jesús iba rumbo al Martirio, y que su Martirio era testimonio del Infinito Amor del Padre por sus criaturas.

 

Como los profetas acostumbraban mostrar signos contundentes, y no limitarse a la predica, Juan ilustró su profecía, dejando que, su propia cabeza se hiciera trofeo de una demostración bailable, de una danza en la que -más que la persona- danza la pelvis, y cuya invención se estima hacia el 1200 antes de nuestra era. Cumplido que ella le ofrecía a Herodes con motivo del cumpleaños. Muchos antropólogos han pensado que estas danzas han tenido siempre como destinatario al género masculino.

 

Y cual fue el detonante de la decapitación: el relato bíblico que nos entrega San Mateo señala que Juan Bautista, puso su cuello en el borde afilado de la cimitarra, el día que llamó la atención sobre el adulterio de Herodes con Herodías, antes esposa de Filipo, y que ahora había pasado a manos de Herodes Antipas, el que se emocionó -sin límite- con la orgiástica demostración. Filipo era su hermano, he ahí el módico detalle.

 

Precisamente fue Herodías quien recomendó a Salomé -su hija- pedir como inequívoco diploma de su técnica de ballet de cadera, la decapitación de Juan. De esta manera, Juan siguió su función de precursor, allanando el camino y desenmascarando que el precio de la Salvación se compraría al costo de la Sangre de Jesús.

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