sábado, 27 de mayo de 2023

Sábado de la Séptima Semana de Pascua



Hch 28, 16-20. 30-31.

Y toda carne verá la σωτήριον τοῦ Θεοῦ [soterion tou Theo] “Salvación de Dios”.

Lc 3, 6

 

Se tiene la sensación de que San Pablo quiere abrirles los ojos a los “principales” del judaísmo en Roma. Denuncia que fueron los propios judíos los que lo entregaron a los romanos, muy a pesar de que él no había hecho nada contra las tradiciones de sus mayores y mucho menos contra su amado pueblo Israelita. Les relata que, al interrogarlo, los propios representantes de Roma, querían liberarlo; pero los judíos se empecinaron en contra suya, él tuvo que apelar al César -como ciudadano romano. Les dice que precisamente por eso fue que los convocó porque les quiere presentar que su coherencia con la causa judía y su confianza en las promesas que fueron hechas a su pueblo, él arrastra esta condena.

 

A veces, por algunas frases que se pronuncian, se puede y se ha llegado a pensar que Pablo dejó de lado a los judíos y se entregó por entero a la predicación entre los paganos. Lo que vemos aquí, en estas últimas páginas, es que el apóstol de los gentiles nunca los descuidó y estuvo al cuidado de ellos hasta sus últimos momentos. Ya el profeta Isaías se lo había predicho, son tercos, duros de corazón, hay que anunciarles, pero te estrellaras y quebraras tus élitros contra la dura roca de su corazón (cfr. Is 6, 9-10). Otro detalle muy válido de señalar es que Pablo no ve el cristianismo como una secta del judaísmo -como lo veían los romanos que no observaban con detalle los pormenores de esta Buena Noticia- y pasaron desapercibidos de la novedad y la diferencia del Evangelio respecto del Vino viejo en los odres viejos. Es esto lo que Lucas quiere destacar en estos versos. Haber apelado al César llevó el Anuncio Apostólico a Roma, indirectamente el Imperio tomó a su cargo llevar al Mensajero a aquellos dominios y anunciar la Noticia del Reino de Dios por los territorios imperiales.

 

Pablo vivía en Roma en su condición de “casa por cárcel”, como -en la época no había grilletes con señal electrónica, tenía un guardia que lo controlaba permanentemente. Allí recibía a todos los que venían a visitarlo, a consultarle, aprovechando toda oportunidad de predicar, y testificar en favor de Jesucristo. Y así pudo enseñar «lo que se refiere al señor Jesucristo con παρρησίας [parresias] “toda libertad”, ἀκωλύτως [akolutos] “sin estorbos”, “sin impedimentos”.» Esta es la palabra final de Los Hechos. 

 

Sal 11(10), 4. 5 y 7

Este salmo cae en el grupo de los salmos “proféticos”. De él -7 versos- se toman tres para organizar le perícopa de dos estrofas.

 

Dios está en su templo, en su Morada-Celestial, uno podría pensar que allí no le llega ninguna noticia de todo cuanto ocurre en esta tierra. Pero estamos muy equivocados, su Amor se expresa en su constante Mirada, tierna y cuidadora, que vela, así como un padre/madre terrenal vela por su criatura. Sus ojos no parpadean para cuidarnos y su Paternidad es constante en su Protección.

 

No quiere decir que Él no discierna entre nuestros comportamientos de buena o mala laya; Distingue entre los que no tienen culpa de nada y el que ha sembrado las semillas de huracón y está presto a cosechar tempestades. ¿hay alguien a quien Dios rechace? ¡Si! Al violento, al que usa la fuerza y su “autoridad” contra el desvalido, su sangre clamará el Cielo Eternamente y Dios no lo olvidará. Así que ¡Solo los justos contemplaran el resplandor de su Rostro!

 

¡Está es, lo reiteramos, una profecía!

 

Jn 21, 20-25



Dejamos un poco a Pedro cumpliendo su Misión de pastorear. Nos acercamos al que tanto amaba al Señor y a su vez era amado por Él. No podemos olvidar que tenía la dicha de reclinar su cabeza en el pecho de Jesús. (Cfr. Jn 13, 23). A Él le entregó el Mandamiento del Amor, fue él el hagiógrafo (su Comunidad) a quien le cupo la dicha de consignar lo de la Amistad, porque Él no nos ve como “Siervos”, si del régimen de la servidumbre se trataba, no nos ve como esclavos, si el régimen imperante era el de la esclavitud, no nos ve como peones, si de labrar la tierra se ocupaba aquella sociedad. Nos ve como Amigos, y llega a dar la vida para llegar al colmo del Amor por nosotros y dejar fundido a fuego el sello de la Amistad (Cfr. Jn 15, 13-17).

 

Pero nosotros siempre nos vamos por las ramas, nuestra dificultad para llegarnos a su Amistad consiste -no tanto en nuestra torpeza- más bien en esos desplazamientos, en esas evasivas para no ver la realidad a los ojos. Jesús nos está hablando de que lo prioritario es el cumplimiento de Su Santísima Voluntad, totalmente conforme a la del Padre, y ellos en cambio, se ponen a cavilar si eso tal vez significa que el Discípulo Amado iba a ser inmortal. Cualquier cosa es buena para desviar la atención y pasar al territorio de lo mágico, de lo pueril, de lo esotérico, de los mistérico. ¡Nuestra debilidad consiste en una obcecada dificultad para sacar el “tren de aterrizaje” y, en cambio, preferir un sobrevuelo a distancia sideral!

 

Otro ejemplo es este de los libros sin cuenta que se podrían escribir si el empeño consistiera en reparar en todos los detalles y anécdotas. Y no podemos aterrizar en que ya está todo lo necesario, que si algo faltara Él lo habría hecho incluir. Que Él -que lo hace todo Bien y Completo-, juntó todas las piezas indispensables. No se trata de desvelarse calculando si tendría que ser una biblioteca como la de Alejandría, o la del Congreso en Washington, o la Británica, o la Beinecke en la Universidad de Yale (New Heaven). O, dadas las técnicas actuales de almacenamiento de la información, si se podría constituir, por fin, la biblioteca exhaustiva sobre Jesús.

 

Es muy seductor sobrevolar a distancia y despistarse. Pero el amor, nada tiene que ver con esto. El amor consiste en dar testimonio, y en que el “testimonio” sea ἀληθὴς [alethes] verdadero. Quepa destacar que este concepto entraña no tanto un acuerdo con la “realidad” sino más bien, una concepción ética de ser una información que no se puede ocultar, sino que se ha de difundir, algo que se tiene el deber de compartir, algo que sería “pecado” acaparar, porque todos dependen de Ella para poderse Salvar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario