jueves, 5 de octubre de 2023

Jueves de la Vigésimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario


 

Neh 8, 1-4a. 5-6. 7b-12

Ante todo, tenemos hoy, la Palabra, la Palabra como eje del pueblo, el Pueblo la escucha, y muchos datos históricos aparecen, muy inspiradores para todos nosotros, son esos elementos los que vivifican la Palabra entre nosotros, la hacen actual y actuante, nos muestran como permanece joven, Vital, Valida y Valiosa.

 

Tomemos un solo aspecto, estaba el escriba Esdras, que proclamaba la palabra, a su derecha seis representantes de la comunidad y a la izquierda otros seis (hombres prominentes), mientras Esdras proclamaba, los levitas explicaban la Ley, leían el Libro, lo traducían y lo iban explicando para que se entendiera la lectura. Observemos esta función pedagógica que desempeñaban los levitas.

 

De ahí podemos pasar a otro aspecto: fue el pueblo el que pidió que se trajera la Ley para leerla, y todos estaban congregados הָעָם֙ כְּאִ֣ישׁ אֶחָ֔ד [ja-am keis iejad] “como un solo hombre”, “todos los presentes en perfecta sintonía” ¿qué significa? Con disponibilidad para ponerse en comunión, para dejar que la Palabra se arraigara en ellos. Con apertura para “escuchar”. Esta es la significación de la palabra “comunión” “todos los presentes en perfecta sintonía”, sintonía ¿con Quién?, ¿sintonía de unos con otros? ¡no!, porque en tal caso se habrían instruido unos a otros, sin necesitar la mediación levítica- esta Sintonía es con יְהוָ֖ה [Yah-weh] "El Señor”.

 

¿Esto tendrá algo que ver con el lugar donde estaban congregados? ¡sabemos que estaban en la plazoleta que quedaba ante la שַֽׁעַר־הַמָּ֑יִם [sa-ar hamayim] “Puerta del Agua”, al sud-este del Templo, esta agua que era llevada allí se usaba para las ceremonias de Purificación, es muy interesante que allí se impartía Justicia y que la gente Juraba en ese lugar, poniendo como “testigo” del juramento el Agua, (de alguna manera, la “pileta” en al Atrio del Templo, evoca esta Puerta del Agua. Esta agua entraña un significado Absolutorio, y calma la sed -como lo hace la Palabra- el agua la sed física, la Palabra la Sed espiritual, la sed de Dios.

 

Normalmente sólo se reunían los hombres, es muy interesante que en esta oportunidad se haya congregado también a las mujeres y los niños que ya tuvieran uso de razón.

 

En el verso 4 encontramos una palabra interesante מִגְדָּל [migdal] que en muchas versiones lo tenemos como “púlpito”, es como una especie de torre-escenario, al que le viene muy bien la idea de “pulpito”, especialmente por la función que cumple en este relato: para leer y explicar la Palabra.

 

Ahora, quisiéramos señalar una serie de acciones-respuesta que tuvo el pueblo allí congregado: a) se pusieron de pie al desenrollar el rollo; b) cuando Esdras pronunció la bendición, respondieron “Amén, amén”, levantando las manos, c) adoraron al Señor, rostro en tierra, d) la gente lloraba, e) el pueblo se fue y comió, bebió וּשְׁת֣וּ מַֽמְתַקִּ֗ים וְשִׁלְח֤וּ [wesilja manout le-an] y “les compartieron a quienes no tenían nada”. וּשְׁת֣וּ [wesilja] es “organizar un paquete”, “mandar una encomienda”, “disponer un avío”, “llevarles el portacomidas”. Estas acciones representan una liturgia, como se ve, no son ritos, son respuestas, brotadas en el marco de la situación de la Asamblea que escucha con toda el alma la Palabra.

 

Sal 19(18), 8. 9. 10. 11

Hay dos enfoques polares para mirar la Ley: se puede ver como una carga pesada que se pone para alienar a la persona, o como un plano de orientación para moverse por la vida. Este Salmo, pone en paralelo dos legislaciones: la que rige el mundo de la física y la que trata de dar pistas al ser humano para ir por una vía a Salvo. El ser humano, permeado por una ideología de la desconfianza, no puede suponer que su Padre quiera colaborarle para que viva su mejor vida posible. La ideología de la desconfianza, ha sido una de las tareas que la cultura de la muerte se ha impuesto como misión fundamental.

 

Parece que este tipo de ideologías no se puede levantar en el vacío, así que se ha inoculado un virus paralelo, el rencor, el odio, el resentimiento. El teorema fundamental que soporta todo el sistema es el siguiente: ¡Todo hombre, no es otra cosa que un Judas Iscariote en potencia, y sólo hay que esperar que reviente!

 

Este salmo es un poema que nos revela el verdadero valor de la Ley: Así como las leyes de la física -cuyo autor es Dios- han sostenido el Cosmos por los siglos, así las Leyes dadas para la convivencia armónica y pacífica de los hombres, nos conducirá al palatino crecimiento del Reino hasta desembocar en la Nueva Jerusalén.

 

Lo primero que declara es la perfección de la Ley Divina. Y Dios no tiene una “traición” por ahí almacenada, para sorprendernos con su “destructividad” como la de un creador aburrido con el juguete de su propia invención.

 

La normatividad Divina no quiere conducirnos por un fragoroso Calvario salpicado de llantos y dolores; ¡no! Esa legislación es para llevarnos de dicha en gozo, de alegría a felicitad. Así que, no tenemos que vivir pegados al techo con el Miedo de un dios-terrorista; porque Dios es Verdad-y-Justicia.

 

Estas Tablas de la Ley ya han sufrido “control de calidad” y se ha probado -sin ningún lugar a duda- que son más finas que el oro y más dulces que la miel más sabrosa.

 

¿Por qué ha tenido tanto éxito la ideología de las piedras entre los zapatos? Porque nosotros hemos puesto nuestro mejor esfuerzo en propagandear una supuesta divinidad sádica, de la que no se puede esperar otra cosa que amargura y dolor. Sólida contribución a los pintores que adoran pintar paisajes oscuros, sombríos, tenebrosos.

 

¡Un dios así, no es recto!

 

Lc 10, 1-12



Cuando Jesús nos previene que la cosecha habrá que irla a segar en un terreno poblado por lobos (no nos está diciendo que mayoritariamente son lobos). Muchos quieren que miremos en la dirección de los malos, y muchos de esos muchos quieren que precisamente miremos e identifiquemos como malos, precisamente, en dirección a sus “pequeños”. Resulta que no, los lobos son los que trabajan “arduamente” diciendo que Jesús estaba loco, que andaba por ahí convenciendo gente para que se le unieran y fueran a cosechar a un campo estéril, poblado de “inútiles”, “tontos de capirote”, “gente doble y traicionera”, sólo serpientes de las más peligrosas”.

Jesús nos proponía llevarles la paz, pero estos “lobos” que andan mimetizados por ahí, nos incitan para adelantar compañas bélicas, y nos proponen -a manera de kerigma- decir que no hay de otra, que la violencia es necesaria, que nuestra única salvación consiste en golpear cuanto antes, antes de que “ellos” alcancen a jadear. Jesús contaba con la hospitalidad, pero “no sabía” (si lo sabía, Él todo lo sabe, y sabe que a pesar de que en aquel entonces el costo del armamento venía del arca de los “beligerantes”, hoy es el propio pueblo el que paga las guerras con sus “impuestos”) que el armamentismo era tan costoso, y que no iba a quedar ni un peso suelto para que “los obreros de la mies” se pudieran sustentar.

Así que hoy hay muchos operarios, sentados a la vera del camino, sacudiéndose un “polvo imaginario” de los pies, porque ni siquiera se atrevieron a poner un pie afuera; los “lobos” los habían desalentado antes de salir a echar la red, antes de dar el primer paso.

Y, sin embargo, ¡Gloria a Dios! Hay tantos que siguen proclamando que el Reino de Dios ha llegado hasta nosotros.

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