viernes, 1 de marzo de 2024

Viernes de la Segunda Semana de Cuaresma


 

Gn 37, 3-4. 12-13a. 17b-28

Les proponemos empezar trazando una estructura del Génesis para co-textualizar la perícopa. Podemos descomponer este Libro en dos partes bien diferentes:

1)    Los capítulos del 1-11 sobre el origen del mundo, de la vida, de la humanidad y de la ambigüedad que esta arrastra.

En esta sesión se insertan tres rupturas:

              i.        La de Dios y el hombre y la mujer (cap. 3)

             ii.        La que se da entre “hermanos”: Caín y Abel /agricultores y pastores. (cap. 4)

            iii.        Del hombre y la tierra (Cap. 11): El pecado del zigurat, “torre de Babel”. Esta tiene que ver con la disyunción campo/ciudad.

 

2)    A partir del capítulo 12, la descripción literaria (relatos populares) de las raíces del pueblo de Dios. Son relatos forrados en la nebulosa del tiempo.

 

Este Libro no se escribió de corrido, sino que es el fruto de un proceso de adiciones y ediciones de por lo menos mil años, para llegar el texto que conocemos hoy.

 

 La segunda parte puede dividirse en tres ciclos:

1)    El de Abrahán (caps. 12-25)

2)    El de Isaac y Jacob (Israel) (caps. del 26-36)

3)    Y el de José (caps.37-50)

Hoy, estamos -como salta a la vista a partir de este esquema- en el tercer ciclo de la segunda parte que establece un “puente” entre el Génesis y el Éxodo, mostrando cómo los Israelitas fueron a parar a Egipto, allí se reprodujeron y cayeron en una penosa esclavitud y explotación.

 

Ahora, en el terreno de la contextualización, diremos que esta historia -redactada por los escribanos de Salomón- deja traslucir cómo entraron elementos políticos, gubernamentales, económicos y culturales en la corte salomónica.

 

La historia patriarcal (caps. 13 y sucesivos) apuntan a una restauración de las rupturas señaladas en la primera sección.

·         Abrahán restaura respecto de la ruptura Dios-hombre por medio de la fe.

·         Jacob restaura la ruptura entre hermanos por la reconciliación con Esaú.

·         José, restaura en el plano triple: tanto con Dios, como con sus hermanos, como con la comunidad y con su pueblo, con la tierra y la civilización.

 

En este sentido diríamos que José es el mejor y más claro tipo de Jesús.

a)    Enviado por su padre, va a buscar las ovejas/hermanos (ovejas perdidas)

b)    Vendido por unas monedas, como Jesús también lo fue.

c)    Rechazado como la piedra que fue descartada y llegó a convertirse en la piedra fundamental.

d)    Lo bajaron a un pozo seco (tumba) y de ella resurgió.

 

Evidentemente la perícopa está integrada por tres trozos (y deja por fuera dos segmentos):

1.    El segmento de los versos 5-11. Donde José cuenta unos sueños que lo hacen chocante para sus hermanos y que hasta su propio padre le reprocha porque auguran lo que pasará posteriormente cuando lleguen a encontrarlo como Visir en Egipto.

2.    Y el segmento 13b-17a: Dónde Israel manda a José a buscar a sus hermanos que han ido a pastorear las ovejas en Siquém, y cuando los encuentra se da pie al complot (de sus hermanos) que termina con su venta a los Ismaelitas.

 

Sal 105(104), 16-17. 18-19. 20-21

Salmo de loa Alianza. Muchas veces hablamos de la Primera y la Segunda alianzas como si se tratara de varias Alianzas, pero hay que tener en cuenta que hay una sola Alianza que el hombre ha quebrantado una y otra vez y que Dios ha restañado, ha saneado consecutivamente, como cuando alguien rompe un plato y luego -con pegante instantáneo- lo reconstruye. Esa reconstrucción muestra la Fidelidad de Dios a su Palabra. Y es una pieza clave y magistral para develar cómo es nuestra amistad con Dios y cómo somos nosotros los que siempre fallamos, pero Él nunca quebranta su Amor, el Amor que sella la Alianza.

 

Hablamos de la Nueva Alianza y decimos la definitiva, pero no quiere decir que a Dios se le acabó la paciencia, sino que nos entregó el signo categórico: su Propio Hijo. Lo que hizo fue perfeccionar el signo llevándolo a la perfección en cuanto a su claridad. Cómo -podríamos insinuar esta comparación- la de una pareja disgustada y separada-, a cuya novia el enamorado le ofrece el Anillo más deslumbrante, el Diamante engarzado, para que ella entienda que Él ha sido capaz del perdón “definitivo”. El pueblo Elegido, luce ahora en su dedo la sortija de la Cruz-Salvadora.

 

Todo lo previó para ese “momento” soñado: Preparó la Cena, el lugar romántico de la declaración, los efectos sonoros, la palabra de sus compromisos -los votos- que pronuncia a su Padre que actúa como Testigo y Juez: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”.

 

Según la concepción judía para que el Sacrificio sea válido tiene que haber derramamiento de “sangre”: Él ha dado hasta la última gota, y no de una víctima vicaria, sino de la suya propia.

 

Pero, esta fidelidad deslumbrante le ha valido el premio del “Novio Fiel”. Le abrieron la cárcel, lo nombraron Administrador (Juez Plenipotenciario), y le dieron la Llave Maestra sobre toda la Heredad, quedando constituido Señor de todas Sus Posesiones. Autoridad Suprema de toda la Creación.

 

¿Con qué palabras reconoceremos tan enorme Autoridad? Diremos en el responsorio: “Recuerden las Maravillas que hizo el Señor”, porque esta Fidelidad es eso, ni más ni menos: ¡Maravillosa!

 

Mt 21, 33-43. 45-46



Cuando una cosa se establece como análoga a otra se tiene una parábola: Como la del grano de mostaza, que sirve como referencia del crecimiento: de muy pequeña llega a ser muy grande, ¡y ya! Pero cuando cada elemento del referencial tiene un elemento analógico en el referente de comparación, se genera una alegoría. Como pasa entre la recta y la serie de los números, donde a cada número le corresponde un punto de la recta, en una correspondencia uno-a-uno, esta correspondencia es alegórica.

 

La palabra alegoría ἀλληγορία [allegoria], formada de αλλος (allos: otro), ἀγορά “ágora”, “mercado”, “asamblea”, “plaza pública”, “discurso”. El ágora era centro comercial, cultural y político de la vida social griega.

 

Eso es lo que pasa hoy: a todos los elementos de «La Viña» se le asocia uno en la historia del pueblo de Dios.

 

Está el “Propietario”, la “cerca”, el “lagar”, la “torre”, los “labradores arrendatarios”, el “tiempo de los frutos”, los “criados”, el “apaleamiento”, la “lapidación”, el “asesinato del Hijo-Heredero”, la “sacada de la Viña”, lo que hará “el Dueño cuando vuelva”.

 

Un mecanismo interesante que se suele aplicar en estos casos, es dejar que el desenlace brote de la lógica de los “escuchas”; esto da como resultado que:

a)    Los escuchas se pingan en los zapatos del Otro y dicten la sentencia.

b)    Que se entienda la “justicia” y la “lógica” divinas

c)    Que uno-se-implique. Cada uno de los “oyentes” que participan de la toma de decisiones, se convierte en un “hermeneuta” y enriquece su consciencia con un crecimiento de su nivel ético.

La implicación nos eleva a la calidad de súbditos del Reino, y este Reinado es el del Mesías. Al participar con nuestra toma de decisiones la Palabra nos abra el acceso al Reino. Y, en este caso, se nos brinda la inigualable oportunidad de reconocer en el Señor a la “Piedra Angular”, es decir, comprender que Él es la Base-de-Todo.

 

Hay una cita del Primer Testamento esencial para la cabal comprensión de la perícopa de hoy:

Por eso, el Señor dice:

Voy a poner en Sion una piedra,

una piedra escogida y muy valiosa,

que será la piedra probada, angular,

y servirá de fundamento.

El que confíe, podrá estar tranquilo.

En esa construcción usaré como plomada la Justicia

Y como nivel la Rectitud.

                                           Is 28, 16-17

 

La piedra angular tiene por función cargar el peso de las columnas, o sea que da sustento y es el soporte de todo el edificio.

 

Intentemos explicitar algunos de los elementos que componen esta alegoría:

1.    Plantar una Viña, eso no es algo que se haga a la ligera, en realidad requiere el mayor desvelo posible e imaginable, desde la elección del lote hasta la cuidadosa distribución de todas las estancias de una viña.

2.    El cercado: es protección y límite: protege de ladrones y de fieras. Deja afuera la maldad y encierra, como en un abrazo cálido, el bien.

3.    El lagar, donde se pisan las uvas, es donde se desangran los racimos para obtener el mosto. Equivale en el Templo al Altar, donde se apuñalaba y se ponía a quemar la Víctima.

4.    La torre, permite una vigilancia del rebaño a la vez que prever la cercanía de alguna amenaza. Los silos para aprovisionarse de alimentos tienen la configuración de torres.

5.    Los arrendatarios:  Son los escuchas. El auditorio.

6.    El Señor se Ausenta para dar espacio a los arrendatarios de desplegar su actividad, su diligencia, todas sus habilidades agrícolas para hacer fructificar la Viña. El Señor tardo seis días para establecer la Viña con toda responsabilidad. Llegado el Séptimo, les da espacio, como, ya lo hemos dicho, a los arrendatarios.

7.    Los criados que envió a cobrar son los profetas, a quienes efectivamente persiguieron, acosaron, lapidaron y rechazaron.

8.    Finalmente nos ha enviado a Jesucristo, el Unigénito, el Legítimo Heredero y nombrado en el Cargo de Juez Supremo.

9.    ¿Por qué matamos al heredero? Ya lo vimos en el ataque del Diablo a Eva, “queremos ser como dioses”.

10.  אֶבֶן [Eben] “piedra./ בֵּן [ben] "hijo". Es “piedra angular o “Hijo favorito”; la asonancia nos permite pensar que no se refiere a una piedra desechada, sino al Hijo despreciado, descartado, sacado de Jerusalén.

11.  Sacado de Jerusalén porque el Mesías debía ir a Jerusalén a morir, pero en nuestro desprecio, lo haríamos morir fuera del perímetro propiamente urbano, en un Monte Pelado.

12.  Hoy somos nosotros los escuchas, pero en aquel entonces el auditorio fue de escribas, Sumos sacerdotes y fariseos; fueron ellos los que devinieron Viñadores asesinos.

 

 

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