Hch 16, 1-10
Y de
esta manera el Evangelio penetró en el continente europeo. Un acontecimiento de
tanta importancia sólo vino a repetirse en el siglo XVI, cuando el cristianismo
entró en el continente americano.
Ivo
Storniolo
Hay un versículo -ya casi al final del capítulo 15- donde
se da propulsión a lo que vendrá a continuación en el capítulo 16, que será el
Segundo Viaje Misionero de Pablo, en el que se centrará la atención hasta
18,22. «Algún tiempo después, Pablo dijo a Bernabé: -Vamos a visitar otra vez a
los hermanos en todas las ciudades donde hemos anunciado el mensaje del Señor,
para ver cómo están» (Hch 15, 36) Ese dato, cumple una función diegética,
porque “hace avanzar” el texto fijando un sucesión temporal, marcada por la
expresión “Algún tiempo después”. Eso mirado desde el punto de vista de la manera
de narrar; a nosotros nos interesa por otro motivo, y es que nos da una valiosa
indicación de orden “pastoral”, no se trata simplemente de lanzar la semilla e
irse, desentendiéndose de la responsabilidad del acompañamiento. A la acción de
sembrar sigue la acción de cuidar, de valar, de dar acompañamiento a los
procesos, lo que en el Libro de los Hechos se condensa en la expresión: “ver
cómo están”. El agricultor, dando continuidad a la analogía con el sembrador,
se levanta a diario, y cuida su “cultivo”, velando por qué más puede hacer en
favor de las plantas que están brotando. También en la analogía con la figura
del “pastor”, él acompaña a sus ovejas y está pendiente para defenderlas.
Silas es un nombre que significa “hombre del bosque”. «Timoteo
acompaña a Pablo y a Silas»: “El que siente adoración por Dios”, este es el
significado del nombre Timoteo (de raíces griegas), este nuevo personaje hace
su aparición, aquí, en el capítulo 16. Era hijo de un matrimonio mixto, de
padre griego, y madre judía; de acuerdo a la tradición judía, el hijo de un
matrimonio mixto debía ser educado en la tradición de la mamá. Nótese que, a
pesar de todo, Pablo tiene una deferencia con los judíos de la región de
Listra, y hace circuncidar a Timoteo (esto nos deja entrever que Pablo sigue
frecuentando a los judíos y no que se separe de ellos para dedicarse con
carácter exclusivo a los gentiles). Luego, la perícopa nos informa que por
donde iban pasando iban, además, comunicando lo que el Concilio de Jerusalén
había decidido, se divulgaban sus “decretos”.
Las Iglesias crecían y se robustecían en la fe.
Viene ahora, un detalle especial: el Espíritu Santo les
impide predicar en Asia. Los lleva directamente a Europa. ¡Ojo! ¡El Evangelio
entra en Europa! ¿Cómo fue esto? Por la visión que tuvo Pablo en Troade, se
trata de un Macedonio que se le apareció de pie y le rogó llegarse a Macedonia.
Esto nos indica otra cosa, en esta Iglesia naciente y en proceso de fortalecimiento,
estaban muy atentos a cómo les hablaba el Espíritu Santo para entregarles sus
directrices. ¡Aquí el medio es una ὅραμα
[orama] “visión”! La visión es algo espiritual que se proyecta en la mente. Lo
que se debe recalcar es que estaban en guardia, atentos y disponibles a la Voz
de Dios.
Se ha de resaltar siempre esta disponibilidad de los
Apóstoles para seguir, no sus propios impulsos sino las mociones del Espíritu
Santo. Por raro, curioso e inexplicable que sea, lo que les pide, ellos lo asumen.
Es una de las máximas enseñanzas que podemos sacar de la lectura de los Hechos
de los Apóstoles.
Así la visión no se limitaba a desviarlos de su
“evangelización” en Asia; sino que implico un verdadero cambio de enfoque, una
metanoia, término griego antiguo que significa "cambio de mente", y que,
en teología, se suele entender como un cambio fundamental de perspectiva: antes
Pablo entendía este “segundo viaje” como visita pastoral, ahora lo llegará a
ver como un verdadero viaje misional.
A partir de 16,10, el texto empieza a estar en primera persona del plural, lo que uno entendería como que a partir de allí, Lucas se les une y va viajando con ellos.
Sal 100(99), 1-2. 3. 5
Salmo del ritual de la Alianza. Está muy en la línea de lo
que nos está narrando Hechos, de la catolicidad, de la apremiante necesidad de
llevar la buena Noticia hasta los confines del orbe. Para la perícopa a proclamar se tomó casi todo el salmo,
sólo se exceptúa el verso 4.
La primera palabra del salmo es ר֫וּעַ [ruá] que se ha traducido por “Aclamad”, con exactitud quiere decir “armen un ruidaraje ensordecedor”, “revienten los oídos de la gente”. Y llama a todo el mundo, sin discriminación, sin excepciones. Ese ruidaraje no se arma para hacer alarde de tan escandalosos que somos, sino para externalizar la alegría rebosante. Al presentarnos delante de Él, llamémoslo “Victorioso”, digámosle, gritemos: ¡Eres el Vencedor!
Declaramos que el Señor es
Dios en Persona, que Él es nuestro Creador, que Él es nuestro Dueño, que nosotros
somos “ovejas de su rebaño”, porque Él es nuestro Pastor: ¡Pastor Hermoso!
La tercera estrofa resalta
tres cualidades que Dios nos ha dado a conocer:
a)
Es
Bueno
b)
Su
Misericordia es eterna
c)
Igual
que lo es su Fidelidad, que dura por siempre.
Hay una alusión tácita:
Cada Eucaristía es el cumplimiento de esta Liturgia, querida y mandada.
Jn 15, 18-21
Desenmascarando los mundos incompatibles
El “mundo”
en Juan, por lo general, tiene una connotación negativa. No es tanto la
creación, obra de Dios y escenario de la vida del hombre, Es más bien un modo
de pensar y de obrar basado en el miedo y en el egoísmo. Se impone a todos casi
un guion en el cual cada uno se ve obligado por las circunstancias a recitar su
parte. Quien busca la verdad, la libertad y el amor es odiado, perseguido y
excluido como uno que desenmascara y echa a pique el juego opuesto, que todos
realizan.
Silvano
Fausti
Se nos recomienda tener cuidado con la palabra “mundo” en
el Evangelio joánico porque cobra distintos significados. Por ejemplo, en este
contexto de hoy, significa “todo lo que rechaza y persigue la fe cristiana” y a
la vez, “todo lo que nos aparta o nos puede llegar a alejar de nuestro Credo y
de nuestra firmeza en Él”. Es, por así decirlo, el “enemigo total”. Es el poder del Mal. Hemos de notar
que, si Él fue perseguido, también sus discípulos lo serán, así como es
perseguido todo su Mensaje.
Esta persecución tiene su
razón de ser en el desconocimiento del Padre. Si alguien supiera que Jesús es
Sacramento del Padre, se Le respetaría y se Le amaría, pero no sólo nuestros
sentidos están embotados, sino que, además, el Malo narcotiza nuestra
espiritualidad para impedirnos reconocerlo.
Si quisiéramos desertar,
bastaría con engancharnos del mundo, entregarnos a lo que él nos pide, nos
sugiere, y automáticamente el mundo nos aceptaría -se ve todos los días-, es
más, nos prodigaría todo su amor-veneno que mata al son del griterío, aplausos,
escandalo y risotadas ramplonas.
Por el contrario, si
queremos mantenernos fieles a Jesús, tendremos que “guardar su Palabra”. Si
nosotros guardamos “la Palabra” quienes reciban el Mensaje, también sabrán
guardarla.
Hay algo que está detrás
de todo esto, detrás del Amor, del odio, de la persecución, del discipulado,
del anuncio de la Palabra, de la construcción de Comunidad: ¡El Santo Nombre de
Dios!
«Hay una incompatibilidad entre el modo de concebir el poder según los criterios mundanos y el servicio humilde que debería caracterizar a la autoridad según la enseñanza y el ejemplo de Jesús. Incompatibilidad entre las ambiciones, los afanes y el seguimiento de Cristo; incompatibilidad entre los honores, el éxito, la fama, los triunfos terrenos y la lógica de Cristo crucificado». (Papa Francisco)
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