miércoles, 6 de septiembre de 2023

Miércoles de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

 


Col 1, 1-8

Empezamos hoy el estudio de la Carta a los Colosenses, y le dedicaremos 7 días, desde hoy 6 de septiembre, hasta el jueves 14, exceptuando pasado mañana -8 de septiembre- que celebraremos la Natividad de la Santísima Virgen María- con Lecturas propias.

 

En la Biblia, en repetidas oportunidades nos enfrentamos con el problema de la seudoepigrafía.  Hay unos rasgos que hacen a este Carta diferente de otros escritos -de los cuales tenemos mayor certeza que responden a la autoría de San Pablo. Hay una cierta solemnidad, por ejemplo, y una manera muy diversa de abordar el tema de la fe cristiana para insertarlo en el contexto asiático (aun cuando la mayor parte de la población era de origen frigio), habida cuenta de la ubicación geográfica de Colosas, ubicada en la península de Anatolia, cerca de Laodicea. Esta Iglesia pivotaba en torno a la Iglesia de Éfeso que era su Metrópoli. Esta ciudad que había tenido su importancia comercial, para la época en que San Pablo les remite su Epístola año 61-62, empezaba a decaer.


 

Otro rasgo diferente aquí tiene que ver con la inserción de elementos tomados de cierta corriente litúrgica, más aún si se tiene en cuenta que San Pablo no había estado allí y que la comunidad le era conocida a través de las informaciones de Epafras. Junto con un enfoque muy particular relativo a la vida y la familia cristiana que son tratadas desde la óptica de los códigos de deberes familiares. Pero, mayor desconfianza suscita el hecho de no hacer ninguna alusión a la Iglesia de Éfeso, que si conocía muy bien.

 

Hoy nos encontramos con el “Saludo”, que contiene una referencia -que es frecuente en los saludos paulinos- a las que llamamos “Virtudes Teologales”. La médula de este saludo reposa sobre el trípode fe, amor y esperanza.

 

Nótese que en el saludo se presenta a Timoteo, como coautor: Son ambos los que están saludando. El saludo es una comunicación de Gracia y Paz que ellos transfieren a la comunidad destinataria. El saludo va acompañado de Acción de Gracias, en primer término, porque les ha llegado la noticia de la fe que tienen estos hermanos colosenses. Luego, acción de gracias porque hay una corriente de amor fraternal que los une. Y, en tercer lugar, porque todos han apoyado su fe en las enseñanzas de la Iglesia sobre el Cielo como destino común y como presea.

 

Luego, da gracias porque la expansión del Evangelio que continúa fructificando en aquella zona y en el mundo entero, y menciona a Epafras -a quien denomina “compañero en el servicio”-, como pionero de la siembra evangélica en aquella región. Es Epafras quien ha dado testimonio acerca de la fidelidad amorosa de aquellas.

 

Sal 51(50), 10. 11

Este Salmo pertenece al grupo de los Salmos proféticos que -por lo general- hablan prediciendo como les va a ir a los impíos. En este caso se compara como les va a los fieles por contraste con cómo les va a los impíos:

 

A los impíos, dice que les va tan mal, que son arrancados de la tierra; en cambio, a los fieles, les pasa lo que a un Olivo Verde sembrado en la casa Patronal. Allí gozara de las preferencias Misericordiosas. Será defendido, admirado, protegido con una cerca defensora.

 

El Santo Nombre de Dios muestra tal Bondad que ningún santo, por virtuoso que fuera, podría asimilársele ni en lo más mínimo. Toda Santidad proviene de Él, por eso para Él, todo ensalzamiento y toda Gloria, por siempre jamás.

 

Lc 4, 38-44

El que no nace para servir, no sirve para vivir.

Rabindranath Tagore

 

Hay un verbo, que aparece en Lc 4, 39 y es διηκόνει [diekonei] “servirles”, derivado del verbo διακονέω [diakoneo] “para servir”; que funciona como el engranaje cardinal de toda la maquinaria de la perícopa. Recuerdan que una de las Misiones que se derivaban de Isaías 61 era “Poner en libertad a los oprimidos”: La suegra de Pedro, (un personaje “pequeño” en toda la extensión: es mujer, es la parienta del lado femenino de la pareja, es mayor, está enferma, prototipo de “oprimido”), asume el rol co-protagóníco; de una sola pincelada nos es mostrada, y en un abrir y cerrar de ojos, Jesús, con ternura y entrega, se inclina sobre ella y la cura. La consecuencia es que de inmediato se incorpora y se brinda -toda entera, toda ella- al servicio de la comunidad que está allí. No se dice cómo sirve, ni que hace, ni se enfoca el lente sobre ella; sin embargo, esta acción que ella desarrolla, parece como un espejo que recoge el ejemplo de Jesús, porque toda la perícopa nos lo muestra como Persona consagrada a servir, y de Él sí sabemos qué servicio presta, sanar: “los iba curando”.  



El protagonismo general lo encarna el verbo: parece como si dijera, miren el Evangelio lo que quiere enseñar, el Mensaje que lleva es “la entrega en el servicio”. Bien es cierto que Jesús atiende dolencias físicas, pero no es menos cierto que también expulsa demonios y así cura liberando, (y libera curando). Un servicio evangélico básico es la liberación. Allí en Cafarnaúm no quieren llevarlo a despeñar, quieren que se quede, que siga liberándolos, que siga esparciendo salud, haciendo florecer la vitalidad.

 

Tiene que irse, Jesús les explica que no puede quedarse porque tiene una Misión ir a las otras ciudades. Y, se va a cumplir su trabajo, realizándolo a cabalidad con el método de ir de sinagoga en sinagoga, esto es esencial para ver lo que hace Jesús y entenderlo, Él es Fiel a la consigna de “ir a apacentar las ovejas descuidadas de la casa de Israel” (Cfr. Mt 15, 24).

 

¿Por ventura será esta la situación análoga a la de un candidato que va pueblo tras pueblo diseminando sus afiches, repartiendo camisetas, propalando su discurso y sus promesas?

¡Rotundamente no! Porque los candidatos van “tras el voto”, Jesús no quiere que lo elijan, es más recordemos que cuando quisieron hacerlo Rey, se retiró a orar, y ya desde la “escuela de las tentaciones” hizo su opción de rechazo a las carantoñas del “poder” ¡Jesús lo que quiere es brindar, por doquier, la posibilidad de tener un encuentro, una experiencia existencial con Dios-Humanado. No era una campaña de reclutamiento, no quería más miembros que pagaran su cuota de afiliación, no quería conformar un “comando” de acción. Su servicio consistía en “pasar haciendo el bien”, porque este es el rostro que Dios tiene para mostrarnos. Quieren ver el Rostro de Dios, aprendamos a ejecutar con Ternura Celestial los dulces detalles de la Misericordia. ¡El servicio como un lenguaje de Amor!

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