sábado, 27 de diciembre de 2014

LA SAGRADA FAMILIA EN CONTEXTO DE SÍNODO



«…todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
Mt 12, 48b-50.

Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.

Col 3, 14

«… viendo cómo funciona el cuerpo humano entendamos cómo funciona la comunidad cristiana.

… la Iglesia como comunidad no es una organización, la Iglesia es un organismo vivo. Una organización busca intereses, una organización consiste en que, las personas se juntan para buscar entre todas, colaborándose, un interés. Y ese interés está muchas veces fuera de la asociación misma… Eso se llama una organización. En cambio un organismo busca personas, busca fabricar las personas, en otras palabras, un organismo edifica personas. Lo que más se parece a la Iglesia es la familia.

La familia es un espacio (padre, madre, hijos) en donde todos están interesados en la edificación de las personas, la educación de las personas, la transformación de las personas. O sea, una familia no es una empresa, es una fábrica de seres humanos.»[1]

«El concilio Vaticano II ha hablado de la familia en términos de “Iglesia doméstica”, de “santuario intocable” donde la persona madura en los afectos, en la solidaridad, en la espiritualidad…. En la exhortación apostólica Familiaris consortio, el Beato Juan Pablo II indicó para la institución familiar cuatro deberes que quisiera recordar brevemente: la formación de una comunidad de personas; el servicio a la vida; la participación social y la participación eclesial. Todas ellas son funciones en cuya base está el amor, y es a testo a lo que educa y para lo que se forma una familia.»[2]

Dios hecho hombre nació y creció en el seno de una familia, de una fábrica de humanidad, y allí cobra todo su significado aquello de “Dios Humanado”. Si Jesús es enteramente Dios y enteramente humano, esta segunda parte de la afirmación  requería ser producto de una “fabrica” de seres humanos: La Divinidad se tradujo en humanidad al seno de la Sagrada Familia. ¿Cuánto aprendió Jesús de María y de San José? Al meditar sobre este tema es definitivo no perder de vista que ¡Jesús no se disfrazó de hombre, se hizo hombre!

«Para encarnarse el Hijo de Dios, acercarse a nosotros y ofrecer la luz de su salvación a una humanidad que andaba perdida en la tinieblas del pecado, Dios optó por una familia. Llamó a María y a José, quienes asumieron la vocación matrimonial, obedientes al proyecto de Dios y en el interior de ese amor conyugal, nace la luz del mundo… Pero hay que estar dispuestos a recibir al Señor. Adecuar  el interior de nuestro ser, de nuestra familia y de la sociedad.»[3]


Para atender a “Los Desafíos Pastorales de la familia en el contexto de la evangelización” el Papa Francisco convocó  un Sínodo Extraordinario sobre la Familia que se desarrollará en dos etapas: la primera de carácter diagnóstico sesionó este año del 5 al 19 de octubre; la segunda que propondrá líneas operativas, recomendaciones concretas, se llevará a cabo entre el 4 y el 25 de octubre de 2015. Enormes expectativas se cifran sobre la segunda parte del Sínodo. «El Sínodo quiere anunciarle una vez más al mundo que la familia es una institución querida por Dios y que representa para el mundo como un reflejo de Dios uno y trino, por lo tanto, su ser y su misión es de gran nobleza e importancia… En la carta que el Santo Padre envió a las familias en el mes de febrero les dice “les pido que invoquen con insistencia al Espíritu Santo para que ilumine a los Padres sinodales y los guíe en su grave responsabilidad”… “Queridas familias, su oración por el Sínodo de los Obispos será un precioso tesoro que enriquecerá a la Iglesia”… Otra forma de comprometernos en este momento tan significativo para las familias  es tomando la decisión de mejorar en cada familia. Es la hora de la reconciliación, del reencuentro, del perdón y de unir fuerzas para poder enfrentar con valentía los grandes desafíos que el momento le presenta a la familia.

Es la hora de presentar a las nuevas generaciones el proyecto de vida llamado “matrimonio y familia”, como una gran empresa en la que vale la pena comprometerse para toda la vida. Anunciarles que es una propuesta salvífica, que vivida en medio de las dificultades y vicisitudes de la existencia lleva a la santidad, porque Dios lo ha propuesto como un camino de salvación.»[4]

«”También en la evangelización, de hecho la familia tiene un lugar importante, como recordaba recientemente en Ancona: esta no es, sencillamente, la destinataria de la acción pastoral, sino que es protagonista de ella, llamada a tomar parte en la evangelización de un modo propio y original, poniendo al servicio de la misma Iglesia y de la sociedad el propio ser y la propia actuación, como íntima comunidad de vida y de amor”»[5]


Resulta evidente que hay una línea de continuidad entre la Sagrada Familia, nuestras familias y el Sínodo Extraordinario sobre la familia y que los lineamientos de pastoral familiar que de él dimanen nos conducirán con luces claras para celebrar  con sinceridad y compromiso esta Fiesta de Jesús, María y José que no es fiesta de un día sino de toda la vida familiar, de todos los días del año.





[1] Baena, Gustavo. LA VIDA SACRAMENTAL. Ed. Colegio Berchmans Cali-Colombia 1998 p. 16
[2] Benedicto XVI. EL AMOR SE APRENDE. LAS ETAPAS DE LA FAMILIA. Romana editorial. Madrid-España 2012 pp. 69-70
[3] Restrepo, Jaime Pbro. LA NAVIDAD: FIESTA DE LA FAMILIA. En Iglesia SINFRONTERAS. No. 350 Diciembre de 2011. p.13.
[4] Restrepo, Jaime Pbro. ESTAMOS EN EL SÍNODO DE LA FAMILIA. En Iglesia SINFRONTERAS. No. 381 Octubre de 2014. pp.12-13.
[5] Cita de Juan Pablo II. FAMILIARIS CONSORTIO hecha por Benedicto XVI. en Op. Cit.  pp. 71.

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