Col 1, 1-8
Empezamos
hoy el estudio de la Carta a los Colosenses, y le dedicaremos 7 días, desde
hoy, 3 de septiembre, hasta el jueves 11, exceptuando el lunes próximo -8 de
septiembre- cuando celebraremos la Natividad de la Santísima Virgen María- con
Lecturas propias.
Se
cree que las Cartas a los efesios, la Carta a los Colosenses y la Carta a
Filemón datan todos del periodo durante el que Pablo estuvo guardado bajo
prisión en Roma. Es decir, que estaban destinadas a Iglesias en la península de
Anatolia, en la Turquía actual. Es bueno anotar que la Iglesia de Colosas era
mayoritariamente formada por paganos convertidos al cristianismo.
En
la Biblia, en repetidas oportunidades nos enfrentamos con el problema de la
seudoepigrafía. Hay unos rasgos que
hacen a este Carta diferente de otros escritos -de los cuales tenemos mayor
certeza que responden a la autoría de San Pablo. Hay una cierta solemnidad, por
ejemplo, y una manera muy diversa de abordar el tema de la fe cristiana para insertarlo
en el contexto asiático (aun cuando la mayor parte de la población era de
origen frigio), habida cuenta de la ubicación geográfica de Colosas, ubicada en
la península de Anatolia, cerca de Laodicea. Esta Iglesia pivotaba en torno a
la Iglesia de Éfeso que era su Metrópoli. Esta ciudad que había tenido su
importancia comercial, para la época en que San Pablo les remite su Epístola
año 61-62, empezaba a decaer.
Otro
rasgo diferente aquí tiene que ver con la inserción de elementos tomados de
cierta corriente litúrgica, más aún si se tiene en cuenta que San Pablo no
había estado allí y que la comunidad le era conocida a través de las
informaciones de Epafras. Junto con un enfoque muy particular relativo a la
vida y la familia cristiana que son tratadas desde la óptica de los códigos de
deberes familiares. Pero, mayor desconfianza suscita el hecho de no hacer
ninguna alusión a la Iglesia de Éfeso, que si conocía muy bien.
Hoy
nos encontramos con el “Saludo”, que contiene una referencia -que es frecuente en
los saludos paulinos- a las que llamamos “Virtudes Teologales”. La médula de
este saludo reposa sobre el trípode fe, amor y esperanza.
Nótese
que en el saludo se presenta a Timoteo, como coautor: Son ambos los que están
saludando. El saludo es una comunicación de Gracia y Paz que ellos transfieren
a la comunidad destinataria. El saludo va acompañado de Acción de Gracias, en
primer término, porque les ha llegado la noticia de la fe que tienen estos
hermanos colosenses. Luego, acción de gracias porque hay una corriente de amor
fraternal que los une. Y, en tercer lugar, porque todos han apoyado su fe en
las enseñanzas de la Iglesia sobre el Cielo como destino común y como presea.
Luego,
da gracias porque la expansión del Evangelio que continúa fructificando en
aquella zona y en el mundo entero, y menciona a Epafras -a quien denomina
“compañero en el servicio”-, como pionero de la siembra evangélica en aquella
región. Es Epafras quien ha dado testimonio acerca de la fidelidad amorosa de
aquellas comunidades.
Para
dar contexto a nuestro estudio en 7 lecciones de la Carta a los Colosenses,
hacemos evidente que hubo una especie de desviacionismo frente al cristianismo
“ortodoxo”, por la introducción de corrientes angelológicas y, además, por
prevenciones dietarías y la observancia de fechas y costumbres marcadas en su
calendario: fiestas anuales, mensuales y sábados, con ayunos y rigores hechos
pasar como actos virtuosos; “Por qué pues viven como si todavía fueran del
mundo, sometidos a reglas tales como ‘no toques esto, no comas aquello, no lo
tomes en tus manos? Todas esas reglas tienen que ver con cosas que se acaban
con el uso y sólo son mandatos y enseñanzas de hombres. Es verdad que tales
cosas pueden parecer sabias, porque exigen cierta religiosidad y humildad y
duro trato con el cuerpo, pero son cosas que no honran a nadie pues sólo sirven
para satisfacer los deseos puramente humanos”. (Col 2, 20c-23). Estas
desviaciones de ascetismo desmesurado, no eran aspectos menores ni periféricos
y restaban trascendencia a Jesucristo desplazándolo como centro de la fe. Así
que esta carta fue redactada con el objetivo fundamental de corregir estos
enfoques poco y nada cristianos: “Pablo muestra que Cristo es el mediador único
y universal entre Dios y el mundo creado; todo se realiza por medio de Él,
desde la Creación hasta la Salvación y Reconciliación de todas las cosas”. Ivo
Storniolo – Euclides Martins Balancin)
Sal 51(50),
10. 11
Este
Salmo pertenece al grupo de los Salmos proféticos que -por lo general- hablan
prediciendo como les va a ir a los impíos. En este caso se compara como les va
a los fieles por contraste con cómo les va a los impíos:
A los impíos, dice que les va tan mal, que son arrancados de la tierra; en cambio, a los fieles, les pasa lo que a un Olivo Verde sembrado en la casa Patronal. Allí gozara de las preferencias Misericordiosas. Será defendido, admirado, protegido con una cerca defensora.
El
Santo Nombre de Dios muestra tal Bondad que ningún santo, por virtuoso que
fuera, podría asimilársele ni en lo más mínimo. Toda Santidad proviene de Él,
por eso para Él, todo ensalzamiento y toda Gloria, por siempre jamás.
Lc 4, 38-44
El que no nace para
servir, no sirve para vivir.
Rabindranath Tagore
Hay
un verbo, que aparece en Lc 4, 39 y es διηκόνει [diekonei] “servirles”, derivado del verbo διακονέω [diakoneo]
“para servir”; que funciona como el engranaje cardinal de toda la maquinaria de
la perícopa. Recuerdan que una de las Misiones que se derivaban de Isaías 61
era “Poner
en libertad a los oprimidos”: La suegra de Pedro, (un personaje “pequeño” en toda la
extensión: es mujer, es la parienta del lado femenino de la pareja, es mayor,
está enferma, prototipo de “oprimido”), asume el rol co-protagóníco; de una
sola pincelada nos es mostrada, y en un abrir y cerrar de ojos, Jesús, con
ternura y entrega, se inclina sobre ella y la cura. La consecuencia es que de
inmediato se incorpora y se brinda -toda entera, toda ella- al servicio de la
comunidad que está allí. No se dice cómo sirve, ni que hace, ni se enfoca el
lente sobre ella; sin embargo, esta acción que ella desarrolla, parece como un
espejo que recoge el ejemplo de Jesús, porque toda la perícopa nos lo muestra
como Persona consagrada a servir, y de Él sí sabemos qué servicio presta,
sanar: “los iba curando”.
El protagonismo general lo encarna el verbo: parece como si
dijera, miren el Evangelio lo que quiere enseñar, el Mensaje que lleva es “la
entrega en el servicio”. Bien es cierto que Jesús atiende dolencias físicas,
pero no es menos cierto que también expulsa demonios y así cura liberando, (y
libera curando). Un servicio evangélico básico es la liberación. Allí en
Cafarnaúm no quieren llevarlo a despeñar, quieren que se quede, que siga
liberándolos, que siga esparciendo salud, haciendo florecer la vitalidad.
Tiene que irse, Jesús les explica que no puede quedarse
porque tiene una Misión ir a las otras ciudades. Y, se va a cumplir su trabajo,
realizándolo a cabalidad con el método de ir de sinagoga en sinagoga, esto es
esencial para ver lo que hace Jesús y entenderlo, Él es Fiel a la consigna de
“ir a apacentar las ovejas descuidadas de la casa de Israel” (Cfr. Mt 15, 24).
¿Por ventura será esta la situación análoga a la de un
candidato que va pueblo tras pueblo diseminando sus afiches, repartiendo
camisetas, propalando su discurso y sus promesas?
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