viernes, 18 de mayo de 2012

μου μάρτυρες



Señor Jesús … Tú quieres que yo
…………………………………….
tenga el corazón y los ojos abiertos de par en par,
para mirar, acoger y trasmitir
el misterio que libera y salva,
como si fuera un guerrillero del amor
en los campos de la violencia,
un mensajero de misericordia
en los sótanos de la marginación,
un sembrador de estrellas
en el cielo nublado de mi vida.

Averardo Dini

1

La palabra “Ascensión” está supremamente cercana a otra de nuestro lenguaje cotidiano, y de uso muy frecuente: “ascensor”. Por otra parte, y con frecuencia muy cercana a la palabra “ascensos” buscados o alcanzados, para referirnos a la movilidad laboral, en el sentido de  mejora, de pasar de un cargo menor (por lo general “menor” en remuneración) a otro, considerado “superior” en la estratificación jerárquica de estos cargos (que, junto con su diferencial salarial conllevan –casi siempre- un aumento en la cuota de poder).


Esta reflexión inicial nos lleva a considerar cómo el lenguaje se vale de una metáfora espacio-posicional, que está profundamente arraigada en el fondo de nuestra mente como una connotación entre arriba/mejor - abajo/peor. Recordemos de paso que, según sabemos, en las luchas entre gladiadores, si el Emperador mostraba el dedo pulgar hacia arriba, se le perdonaba la vida y, si lo mostraba hacia abajo, quedaba condenado a muerte (entendemos que aún sobrevive el gesto, por ejemplo, en las corridas de toros). Así hablamos de alguien que tiene un cargo “más alto”, de dirigirnos a una instancia “superior”, de llevar la queja “más arriba”, de proponer una idea “superior”, y aún, alguien irrumpe preguntando ¿aquí, quién está en la cúspide? Para indagar por el “mandamás”.

Todo esto tiene su contrapartida teológica y sus implicaciones hermenéuticas. Sabemos que Jerusalén esta colocada en la cima del monte Sión; que Dios entregó las tablas de la ley en el Horeb, que Jesús pronuncio su sermón “de la montaña”, que se transfiguró en el Tabor, y que se sentó en el glorioso trono de la cruz, en lo alto de otra montaña, el Gólgota. Toda la Biblia está marcada por montes simbólicos donde suceden las Teofanías. Otra vez, siguiendo la relación espacio-posicional, Dios está en el Cielo (arriba), el hombre (en medio)en la tierra, los muertos abajo, los perdidos, por sus pecados en los ínferos-infiernos. No podemos liberarnos de este pensamiento, de esta estructuración lógica del lenguaje que está implícito en él.  A lo sumo, podemos, por lo menos al leer estos pasajes bíblicos, tratar de tomar conciencia que se trata –simplemente- de un artificio lógico para significar algo que, el lenguaje parabólico permite intuir y que de otra manera sería bastante pero bastante difícil alcanzar de comunicar. Pero aquí se relativiza la palabra “comunicar” porque, siendo mucho lo que “comunica”, es, también, mucho lo que oculta y, no poco lo que “confunde”.

¿Realmente, ascendió Jesús –perdonen el pleonasmo- de abajo hacía arriba? Este es el tema que nos ocupa directamente conectado con la frase del Padre Nuestro que reza “Padre Nuestro, que estás en los Cielos” y, también con el gesto litúrgico que denominamos “elevación” con el cual queremos decir que el Pan dejo de serlo para transubstanciarse en el mismísimo Dios-Hijo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Si Jesús subió, de abajo para arriba, entonces, sin duda “se fue”, y si se fue, entonces incumplió la Promesa de quedarse siempre (πάσας τὰς ἡμέρας) con nosotros hasta la consumación de los tiempos  (otros traductores han puesto: “hasta que se termine este mundo”) ἐγὼ μεθ’ ὑμῶν εἰμι πάσας τὰς ἡμέρας ἕως τῆς συντελείας τοῦ αἰῶνος. Mt 28, 20.

Nosotros lo entendemos así: Él ascendió, no de “abajo para arriba” sino que se sustrajo de sus apariciones a los “discípulos”, lo cual está expresado en el relato que leemos en los Hechos de los Apóstoles, 1, 1-11 con la afirmación καὶ νεφέλη ὑπέλαβεν αὐτὸν ἀπὸ τῶν ὀφθαλμῶν αὐτῶν. “Y una nube lo ocultó a sus ojos”, recordemos que la Nube es simbólica de la Presencia de Dios (Shekinah שכינה). Aún aventuraríamos llevar nuestro midrash más lejos diciendo que, si Jesús se hubiera seguido “Apareciendo” habría generado un tipo de dependencia que nos mantendría en la servidumbre, que no nos habría permitido evolucionar hacía la amistad, porque el siervo es “dependiente” mientras que el amigo es autónomo. Si el se hubiera seguido apareciendo no nos habría podido entregar el Espíritu Santo. Por eso nos convenía que se sustrajera a nuestros sentidos, para que nosotros asumiéramos, por fin, nuestra entera responsabilidad.

Entonces, Pasión, Muerte, Resurrección, Ascensión, Pentecostés no son momentos en el sentido temporo-cronológico sino escalones del discipulado, o como dirían en el esoterismo, niveles de iniciación. Hay muchas personas que se quedan en la Pasión, lloriqueando por los padecimientos infinitos de Jesús, otros se han quedado en la Cruz, porque para ellos allí murió Dios (y de pronto eso es lo que querrían, que estuviera muerto y “a Rey muerto Rey puesto”), otros se han quedado mirando fijamente al cielo, porque se quedaron en la Ascensión, para ellos, Jesús se montó en su Platillo Volador y se fue; y otros, desarrollaron un desplazamiento dejaron de mirar a Jesús y se dedicaron, o mejor, se recargaron en el Espíritu Santo, y se quedaron en Pentecostés atenidos a que con cantos “aleluyáticos” lograrán que el Espíritu Santo lo hará todo, muy santitos ellos, nos miran por encima del hombro.

Un verdadero discípulo evoluciona hacía la misión y la misión es “ser su testigo… hasta los últimos rincones de la tierra” ἔσεσθε μου μάρτυρες… ἕως ἐσχάτου τῆς γῆς. Hch 1; 8c Aquí, con perdón de todos, regresamos a ese hermosa por contundente frase del Padre Carlos Valles sj. «Proclamo la victoria con los labios y lucho con las manos para que venga».

2

Esa es la misión: ἀλλὰ λήμψεσθε δύναμιν ἐπελθόντος τοῦ ἁγίου πνεύματος ἐφ’ ὑμᾶς καὶ ἔσεσθε μου μάρτυρες ἐν τε Ἰερουσαλὴμ καὶ [ἐν] πάσῃ τῇ Ἰουδαίᾳ καὶ Σαμαρείᾳ καὶ ἕως ἐσχάτου τῆς γῆς, «sino que van a recibir una fuerza [δύναμιν], la del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.» Hch 1, 8. Aquí la palabra ἐσχάτου significa “lo más alejado”, “lo más remoto”, “hasta los límites”.

En Juan 20, 18 vemos que María Magdalena entiende esta misión como un ἀγγέλλουσα τοῖς μαθηταῖς ὅτι ἑώρακα τὸν κύριον, καὶ ταῦτα εἶπεν αὐτῇ. ir a anunciar a los discípulos “He visto al Señor y me ha dicho tales y tales cosas” Jn 20, 18b, o sea, repetir a otros lo que el Señor le ha dicho a ella αὐτῇ. Nos parece que lo entendió muy bien, la misión es dar testimonio, y no sólo con palabras sino con la manera de vivir.


En el Evangelio de hoy leemos: πορευθέντες εἰς τὸν κόσμον ἅπαντα κηρύξατε τὸ εὐαγγέλιον πάσῃ τῇ κτίσει. «…Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura» Mc 16,15. Al predicar alguna semilla caerá en tierra fértil y de allí surgirán creyentes, los que crean tendrán una marca distintiva: en el Santo Nombre de Jesús δαιμόνια ἐκβαλοῦσιν, γλώσσαις λαλήσουσιν [καὶ ἐν ταῖς χερσὶν] ὄφεις ἀροῦσιν κὰν θανάσιμον τι πίωσιν οὐ μὴ αὐτοὺς βλάψῃ, ἐπὶ ἀρρώστους χεῖρας ἐπιθήσουσιν καὶ καλῶς ἔξουσιν. “expulsarán demonios, hablaran nuevas lenguas, agarraran serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se sanarán”. Mc 16, 17c – 18. Se hablan lenguas nuevas, no conocidas en ese entonces, por ejemplo, en los distintos pueblos de Europa, al venir a America, tanto en la del norte en la central y en la del sur, los misioneros aprendieron las lenguas y los innumerables dialectos indígenas, otro tanto sucedió en Asia, en Oceanía y sigue sucediendo hoy día, especialmente en el Continente Africano. Sabemos de muchas lenguas, que en la actualidad son lenguas muertas, se conservaron registros escritos y diccionarios construidos por los misioneros que trabajaron en esas regiones. Respecto al veneno θανάσιμόν (palabra que deriva del adjetivo θανάσιμος que significa mortal, que es portador de la muerte); quisiéramos recordar en este apartado a San Benito y a San Antonio María Claret y motivarlos a repasar sus biografías para ver cómo fueron librados de los venenos y cómo en ellos se cumplió este signo σημεῖα.. Cuando se habla de expulsar demonios pensamos que se debe entender en el sentido de desalinear, de ser capaces de combatir las doctrinas que distribuyen los medios de comunicación de  masas, la facultad de desenmascarar las demagogias que los políticos cómplices de la explotación diseminan para garantizar la continuidad de las condiciones que facilitan su atropellar a los Anakin.

Contra las ideologías violentas, contra toda forma de odio, contra el revanchismo y las ideologías de tomarse la ley por propia mano, contra las ideologías guerreristas que depositan su confianza en la guerra, en el reforzamiento y acrecentamiento del armamentismo, contra esas otras ideologías de los negociantes de armas que enseñan y predican a los cuatro vientos la “legítima defensa” y en esa misma medida, que todos vivamos armados y, de ser posible, armados hasta los dientes. De esta ideología el mejor blasón son esos afiches de promoción de las películas, donde se nos muestra al “héroe” literalmente, “armado hasta los dientes”; contra la edificación de bands para-militares, etc. Esos son los δαιμόνια demonios que debemos exorcizar los misioneros de esa época que hoy vivimos.

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Mientras la perícopa de Hechos nos historiza este momento de giro, tal vez Bachelard habría hablado aquí de “ruptura  epistemológica”, en la misma razón de tener una nueva manera de “conocer” a Jesús, una nueva manera de relacionarse con Él, de hacer madurar en su corazón los recuerdos guardados, de empezar a “digerir” las enseñanzas de Jesús a partir de una práctica, de una vivencia directa, de anunciar, y polemizar y sufrir persecución a causa de este anuncio, y encontrarse con gentes incapaces de aceptar y entender ese “anuncio”, y ser maltratados y encarcelados y lapidados y expulsados de las sinagogas; vivir una práctica de construcción de Comunidades que, no habiendo conocido personalmente a Jesús, había que trasmitirles sus palabras, su personalidad, sus acciones. Cuando uno narra algo, a la vez, lo asimila y lo re-asimila en el sentido de reinterpretarlo, de profundizar en ello, de descubrir facetas de las cuales uno mismo no se había percatado; por eso, podemos decir que al anunciar, al predicar a Jesús también nos estamos auto-evangelizando. Cuando las Apariciones de Jesús-Resucitado continuaban, la vida de la fe en los discípulos se limitaba al aguardar de la próxima “Aparición”; un poco como el estudiante se limita a esperar la próxima clase. Una vez nos hemos graduado, ya no nos conforma ni dependemos de la próxima clase, ahora pasamos a vivir esa “profesión” y, continuamos aprendiendo, pero ya sobre la práctica. Nos damos cuenta que, por estar graduados no nos las sabemos todas, si somos lo suficientemente modestos descubrimos que es mucho lo que hay por aprender y que es más lo que ignoramos que lo que sabemos, pero no por eso nos devolvemos a la Universidad sino que entendemos que esa pericia deseable, la alcanzaremos con la práctica de nuestra “profesión”. Cada día del profesional es un paso más en la clarificación de ideas y conceptos. Aquí la metáfora de l Asunción es con el grado de un profesional.



Hagamos un breve recorrido por estos últimos domingos: Primero Jesús nos dice que es un Buen Pastor y nos enseña como llegar a ser “Buenos Pastores” para asumir nuestro discipulado. Luego nos dice que el es la Vid Verdadera, y que no podemos desprendernos de Él, de sus enseñanzas, de su modo de ser y de vivir, a riesgo de secarnos y convertirnos en leña buena para la hoguera. Luego, en la tercera etapa, nos dice que para vivir orgánicamente adheridos a la Vid debemos permitir que circule en nosotros la Savia del Amor. El Amor – Ágape será la energía que nos vivifique y nos cohesione al Cuerpo Místico de Cristo, es un llamado a la unidad.

En la perícopa que hoy conforma la Segunda Lectura, tomada de la Carta a los Efesios Ef 4, 1-13, vemos que hay un requisito septiforme  para alcanzar la unidad: ser todos un solo cuerpo, que ese cuerpo esté animado por un solo espíritu (imagínense ustedes un cuerpo animado por diversidad de espíritus, mejor dicho, una locura, un cuerpo queriendo ir en distintas direcciones, como un barco dirigido por distintos capitanes que no logran ponerse de acuerdo a qué puerto se quieren dirigir), una misma esperanza; aceptar todos al mismo Señor, la misma fe y el mismo bautismo. La diversidad está en los carismas y ministerios pero la unidad debe pasar a través de estos siete requisitos. ¿Para qué hemos recibido esa variada gama de ministerios entre los cuales la Carta a los Efesios menciona el apostolado, el profetismo, los evangelizadores, los maestros, los pastores? Para que seamos capaces de construir el cuerpo de Cristo, alcanzando la perfección humana, es decir, asemejarnos al modelo de la plenitud humana que es Nuestro Señor Jesucristo. 


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Γαλιλαοι τί στήκατε βλέποντες 
ες τν ορανν οτος
ησος ναλημφθες φ’ μν
εἰς τὸν οὐρανόν οὕτως ἐλεύσεται
ὃν τρόπον ἐθεάσασθε αὐτὸν πορευόμενον
εἰς τὸν οὐρανόν.

Hch 1, 11

Dos “Ángeles” les preguntan a los allí reunidos “Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando el cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al Cielo, volverá como lo han visto alejarse.” Hch 1, 11. El problema esencial, insistimos, es que nos quedemos ahí, lelos, paralelos (pasmados, embobados), mirando para lo alto, con los brazos cruzados. Comprendemos que a esos Galileos les pasara eso porque ellos todavía estaban en la etapa de creer que Jesús iba a venir en cualquier momento a “restablecer la soberanía de Israel”.



Pero nosotros, ¿no es cierto que estamos en una etapa posterior? ¿Sabemos que la misión es nuestra? O ¿Creemos que simplemente debemos mirar al cielo, voltear los ojos y decir oraciones? ¡Claro que hay que decir oraciones! Pero, ¡eso no basta! Somos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo y en nuestras manos está  εἰς οἰκοδομὴν τοῦ σώματος τοῦ Χριστοῦ,el construirlo Cfr. Ef 4, 12 b, La palabra οἰκοδομὴν significa casa-estructurar, o sea, edificar una casa, o sea “construir”; en este caso es “edificar” el σώματος τοῦ Χριστοῦ el Cuerpo de Cristo. Ese encargo, esa misión, hace de cada creyente un “edificador”, un misionero.

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MONICIONES



ACOGIDA

“Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. ¿Qué celebramos hoy? Eso es lo que celebramos, que no estamos solos, que Dios, en la Persona del Hijo nos acompaña, nos hace Justicia, nos entrega su Espíritu Intercesor:

Jesús, Tú te quedaste en nuestro sufrimiento diario, inclusive en las migajas de vida que hacemos brotar. Te quedaste en el rostro de cada hombre que te busca, que ama a alguien, que espera algo. Estas aquí y allí donde vayamos, porque donde quiera que estemos Tú vas: si entramos en la perdición Tú nos sigues, apesadumbrado y triste; si subimos hacia la virtud, la solidaridad y la hermandad sincera, allí también subes Tú, entonces radiante y victorioso. Porque sufres a nuestro lado; o, a nuestro lado triunfas, ¡Dios de Amor! ¡Dios fiel!

LITURGIA DE LA PALABRA

También nosotros somos interrogados hoy: “¿Qué hacen allí parados, mirando el cielo?” Esta pregunta es como si nos dijera: No se queden cruzados de brazos, no se queden ahí alelados, no esperen que Dios lo haga todo, estoy a vuestro lado, siempre, dispuesto a ayudarles, como un Fiel Escudero, como un Verdadero Guardaespaldas. Mientras escuchamos las Lecturas, con total devoción, ilumínanos y transmítenos -los Dones del Espíritu Santo- a nosotros, los que confiamos en Ti. ¡Danos el Santo Espíritu Paráclito!

ORACIÓN UNIVERSAL DE FIELES

Presidente
Jesús, antes de su Ascensión nos enseñó que le había sido dado todo poder en el Cielo y en la tierra. Como su Padre se lo entregó todo, nosotros nos confiamos a Él, a Él acudimos, Él es nuestro Señor y nuestro Dios.

Jesús, lleva ante el Padre nuestras peticiones, las presentamos diciendo:
Señor, escucha nuestra plegaria!

Por la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, puesta entre nosotros como su Compañía Prometida y Fiel, para que sea promotora coherente de tu Reinado, Jesús.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Por la maravillosa Creación que nos entregaste para que la supiéramos –no explotar- sino administrar con prudencia, sabiduría, amor y caridad fraterna.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Queremos ser santos, lo que significa hacer las cosas corrientes poniendo en ello el sello de tu Presencia Gloriosa que se ha quedado con nosotros.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Señor, te rogamos por todos los que sufren persecución por causa de su fe en Ti, para que en medio de sus aflicciones y padecimientos, la fuerza de tu Victoria resplandezca en ellos.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Oremos juntos por los comunicadores y por los receptores de los mensajes que se transmiten por medio de tantos medios del progreso humano, para que este progreso no sea usado para perdición sino que esté puesto como otra fuerza salvífica entre nosotros.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Concédenos, Señor, la fuerza para salir del cascarón y así vivir Jesús-mente.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Presidente

Padre Misericordioso y Todopoderoso, queremos unir nuestras voces y nuestras voluntades a las palabras de San Francisco de Asís, que dijo: Parece ser más acorde a la Voluntad de Dios que, interrumpiendo el clamor de la oración, salgamos a trabajar en el mundo. Por eso, llevando en nuestro corazón tu Presencia, iremos a todos los rincones de la tierra, transparentándoUe, viviendo Jesús-mente. Concédenos las fuerzas necesarias para cumplirlo, Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que conTigo vive y Reina, en unidad con el Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.»

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