1P
5, 1-4
En
critica textual, en lexicografía hay un concepto interesante que es bueno que
un biblista (a un encariñado con la Biblia también le viene bien), conozca: Hápax
legomenon. ¿Qué es esto? Cuando una palabra no aparece sino una sola
vez en toda la obra. Es curioso que en esta breve perícopa encontremos cuatro legomena,
(hay 27 de estos hápax legomena en 1Pe):
1) συμπρεσβύτερος
[simpresbiteros] “compañero de edad avanzada”, “colega también anciano”. (1Pe 5, 1)
2) αἰσχροκερδῶς [aischrokerdos]
“afán
avaro de bienes materiales”, “codicia”, “basada en la ganancia”, “afán de
lucro”. (1Pe 5, 2)
3)
Ἀρχιποίμενος [archipoimenos] “Pastor principal”.
4) γκομβώσασθε [egkombosasde] “Adueñarse”,
“apropiarse de algo” (1Pe 5,5).
En
estas perícopa tenemos unas pautas para el ejercicio de la autoridad en el seno
de las comunidades, recomendaciones pastorales dirigidas a los Obispos y
sacerdotes, es decir, a quienes toca el pastoreo de la comunidad. Son
esencialmente dos reglas que tocan a la sinodalidad:
a) Apacentar el rebaño
de Dios no por la fuerza.
b) El servicio y la
entrega generosa, en vez del afán de ganancias.
Quepa aquí reiterar
que la palabra “anciano” en griego es Πρεσβυτέρους [presbíteros]. El hagiógrafo nos informa que él
también es un “presbítero”. Es decir que está revestido de la autoridad propia
del “pastor”.
La sinodalidad reclama -como se dice en la
perícopa- no liderar como si fueran dueños de la grey que se les ha confiado y
puesto bajo su encargo. Y les advierte, que cuando les corresponda “calificar
servicios”, vendrá el Jefe de los Pastores y, les premiará la fidelidad con la
que hayan ejercido ese encargo, entregándoles la Gloria como una merecida
corona.
Sal
23(22), 1-3a. 4. 5. 6
Este
es un Salmo del Huésped de YHWH. Una de las más reveladoras imágenes del Señor
con nosotros está en la imagen del Pastor. La tarea del Pastor está retratada
en la misión del que cuida. La misión del Pastor se intensifica cuando de
“caminar por cañadas oscuras” se trata, es allí donde las ovejitas más
temblorosas y atolondradas se ponen, y donde la presencia de su Pastor más las
tranquiliza.
Busca
para sus ovejas las praderas de mejores pastos y hacía allí las conduce.
También las lleva a los abrevaderos de aguas más limpias. Evita los
despeñaderos para que sus ovejitas no se vayan a desbarrancar el atravesarlos.
Su nombre es Pastor y en la honra de su Nombre está que no se pierda ninguna.
Al
ver una vara las ovejas, y casi todo animal, se asusta. Pero cuando la oveja ve
el cayado de su Amo, la tranquilidad y la paz la invaden porque la vara de su
Amo es su defensa y su protección, esa vara solo se abatirá contra el lomo de
los lobos.
David
prefigura la imagen del Pastor porque lo era en ejercicio y porque sabemos que
enfrentaba chacales, lobos y leones -a riesgo de su propia vida- por defender a
su rebaño.
El
Salmista salta en su hagiografía de la imagen del Pastor a la imagen del
sirviente que atiende las mesas. Dice que busca la mesa mejor servida y la más
abundante, para llevar su grey y sentarla en esa mesa. Aunque allí hayan de
compartir con enemigos, el Pastor estará siempre alerta para que no sean
atacadas mientras están alimentándose de los más suculentos manjares.
Hay
dos rasgos esenciales del Pastor Hermoso, es Bondadoso, y es Misericordioso.
Añádase que es fiel y constante en su protección y acompañamiento. Él les ha
construido un aprisco donde defenderse de las inclemencias; allí les ha
preparado morada, y allí vive con ellas: No viene de vez en cuando, sino que
las acompaña “todos los días de su vida”.
¡Así
definido Su Pastoreo, sabemos que nada nos faltará!
Mt
16, 13-19
Petros & petra
… y vosotros, que
estáis conmigo cada día y me conocéis de cerca, ¿qué habéis aprendido más? El
Maestro espera de los suyos una respuesta alta y otra respecto a la de la
opinión pública.
Papa Francisco
La
perícopa de hoy tiene como marco espacial Cesarea de Filipo, región donde
convergen tanto judíos como gentiles. Esto nos dice mucho y nos reubica en el
contexto de un evangelio que se anunciará para todas las naciones de la tierra:
Un Evangelio católico.
El
rebaño es tan grande y el pastoreo es una tarea de nunca acabar; por tanto, el
Señor ha instituido una “mayordomía” que se ponga al tanto y lo supla, de forma
que, en el entretanto, el Mayordomo se ocupe. ¿Cuál es la insignia del
mayordomo? El llavero del aprisco. Las llaves del refugio se entregaron a Simón
Pedro. “Jesús entiende que, gracias a la fe donada por el Padre, hay un
fundamento sólido sobre el cual puede construir su comunidad, su Iglesia. Por
eso dice a Simón: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia»”
(Papa Francisco)
La
estabilidad, la firmeza, la fidelidad de esta mayordomía está sintetizada en el
nombre que le dio Jesús a Simón, lo titulo Kefas -en arameo-, porque la
“Piedra” es símbolo de tal Fidelidad. ¿Qué hizo este aprendiz de “pastor” que
le valió tan alta designación? ¡Comprendió la esencia de la Misión de su
Maestro! ¡Captó que Jesús era el enviado de Dios para ser el Rey de su Pueblo
Elegido! Rey se dice “Mesías”, Mesías significa estrictamente “ungido”
-como mucho hemos insistido- pero ¿a quién se ungía? ¡Al rey! Por otra parte,
Ungido -que en hebreo es Mesías- en griego es Cristo.
Jesús
vino a Reinar; y también se ha mostrado que la figura del “gobernante” es el
Pastor: porque el gobernante no se quiere engordar él, ni su billetera; el
gobernante honesto es el que brega por sus gobernados. Si pensamos en el Rey
diremos que lo que lo desvela son sus súbditos.
Muchos
hay, que buscan asimilarse a Jesús para asimilarse a reyes: a esos los
trasnocha la corona, el palacio, la capa con cuello de armiño, las reverencias,
los besos al anillo y el cetro para abollar cabecitas y distribuir abundantes
chichones; sus títulos nobiliarios, sus cofres, sus cajas fuertes y sus
depósitos bancarios.
Al
pastor, en cambio, nada de eso le preocupa lo más mínimo. Al Pastor honesto, al
Pastor Hermoso, le importa solamente el bienestar de la grey. Por eso Jesús
re-interpreta rotundamente su asignación real. No quiere que lo llaman Mesías,
Él acepta este título sólo si implica su compromiso de cuidado con todos sus “prójimos”
y Él sabía hacerse prójimo de todos.
Sólo
alguien que entienda el meollo de una tarea la podrá asumir y darle
continuidad. La gente tenía una idea de quien era y qué tarea tenía Jesús, pero
estaban ligeramente por debajo al interpretarla como sólo profetismo. El
profetismo es como en el caso de San Juan el Bautista, comunicación del
Mensaje, sólo Voz. El Mesianismo es más alta responsabilidad porque es la
misión del Hijo, heredar el Trono, gobernar en su Nombre. Jesús no se limita a
traer el Mensaje, sino que viene a gobernar, a guiar a su pueblo hacia las
verdes praderas. Mucho más que Voz es Palabra.
Jesús
le confirma su aseveración entregándole una “bienaventuranza”. Adorna su
designación como “piedra firme” llamándolo Μακάριος
[makarios] “bienaventurado”, “dichoso”, “feliz”. Jesús sabe que para llegar a
esa conclusión que presentó como respuesta, no podía ser por otro medio que por
la escogencia de Dios para depositar en sus labios tamaña confesión de fe.
Al
hacerlo y constituirlo roca de basamento para su Iglesia, da a esta institución
-a la que le está entregando la continuidad de su Misión- una potestad de la
que deriva la razón de ser eclesial: Explorémosla extrayendo de las propias
palabras del Evangelio, cuál es la quinta-esencia del encargo delegado a la
Iglesia: “lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo y lo que desates
en la tierra quedará desatado en el Cielo”.
¿En
qué consiste este “atar y desatar”? Es una función legislativa con
consecuencias judiciales: prohibir y permitir, respectivamente.
Quedan puestos los cimientos de la Iglesia y delineada la Misión. No por la
fuerza, sino con generosa entrega.
Atentos,
no quiere que aten y desaten en sus establos y en sus pesebreras, en sus
haciendas y en sus bancos. Quiere que perdonen, en su Santísimo Nombre para que
las consecuencias de los “desaciertos”, de los “errores de puntería” -las
palabras en griego y en hebreo para “pecado” significan eso, “errores de
puntería”, “fallas de tino”-, no los condenen al Hades. No quiere leguleyos,
como los fariseos, que pongan cargas tan insoportables que nadie las pueda
cargar, quiere corazones humanizados, compasivos, que tiendan escaleras hacia
el Cielo.
Busca,
no banqueteadores, sino banqueteros, que se pongan su delantal y sirvan a la
Mesa y se desvivan por Su Grey: la congregación de los fieles cristianos bajo
sus legítimos pastores.
Conviene concluir con tonalidades sinodales: Por eso traemos esta palabra de Papa Francisco que nos involucra y nos hace caer en la cuenta de nuestra grandiosa responsabilidad patrocinada por Jesús: «Cada uno de nosotros es una pequeña piedra, pero en las manos de Jesús participa en la construcción de la Iglesia. Y todos nosotros, aunque seamos pequeños, nos hemos convertido en “piedras vivas”, porque cuando Jesús toma en la mano su piedra, la hace suya, la hace viva, llena de vida, llena de vida del Espíritu Santo, llena de vida de su amor, y así tenemos un lugar y una misión en la Iglesia: esta es comunidad de vida, hecha de muchísimas piedras, todas diferentes, que forman un único edificio en su signo de la fraternidad y de la comunión».
No hay comentarios:
Publicar un comentario