1Jn 5, 14-21
La comunidad cristiana
es una solidaridad de pecadores llamada a ser comunión de santos, y para que
esta dinámica sea operante es necesario orar los unos por los otros cuando se
cae en pecado, hay que pedir la Misericordia de Dios.
Enzo Bianchi
El
mapa para la carta 1ª de San Juan podría ser una segmentación en cinco tramos:
a) La Introducción 1,
1-4
b) Primer segmento 1,5
- 2,28
c) Segundo segmento 2,
29 – 4,6
d) Tercer segmento 4,7
– 5,12
e) Conclusión 5,13-21
Valga decir, hoy, en la
última lección de nuestro estudio de la1a de San Juan, vamos a ver el segmento
conclusivo. Veamos a qué conclusión nos lleva el hagiógrafo.
Sentimos que la veta
primigenia de esta conclusión radica en el rechazo de los ídolos y de toda
idolatría. Pero esta veta no aparece evidenciada, ni nombrada directamente, los
argumentos que enumera y que va puntualizando, remiten innegablemente a
desmantelar la ideología gnóstica, que como dijimos era el adversario que
enfrentaban y que desorientaba a muchos.
Al lado de esta veta se
propone una consigna para que tengamos una relación estrecha con Dios, en
términos de oración. En esta relación de amistad está fija y enraizada la
confianza, que es así mismo el fruto del amor de Dios. Y brota la convicción de
que cuanto le presentemos como súplicas, Él nos responde atendiéndonos en “todo
cuanto le pidamos”.
Es definitivo que
comprendamos que los pecados son mortales, algunos y otros veniales. Todo
pecado desagrada a Dios, sin embargo, hay, por así decirlo, faltas mayores y
faltas que sólo infringen levemente la ley. Este escalonamiento del pecado es
definitivo tomarlo en cuenta para afinar nuestra relación con Dios. Tenemos que
evitar a toda costa el pecado mortal y rogar para que no caigamos en “la
tentación”.
Cuando alguien comete un
pecado venial, pese a todo, no está desgraciado irremediablemente, el
hagiógrafo nos recomienda acogernos a la intercesión de los hermanos. Y a todos
nosotros -miembros de la comunidad- nos responsabiliza de orar por él, para
alcanzarle el perdón.
Se nos entrega un retazo
esencial de información espiritual: ¡el que ha nacido de Dios, no peca, porque
tiene una Sangre Redentora que lava sus pecados, para que -pese a las
arremetidas del Maligno- sea preservado sin que la baba del Malo llegue a
tocarlo.
Es entonces cuando el
hagiógrafo nos lleva a la cúspide de la conclusión: “El Hijo de Dios ha venido
y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al verdadero Dios.
Nosotros estamos en el Verdadero, en Su Hijo Jesucristo. En el
Dios-Verdadero-y-la -Vida-Eterna”.
Concluye identificando a
Dios con la Verdad y lo llama ἀληθινὸς [alethinos] -que no es la verdad de los filósofos-, sino el Dios-Salvador
que nos da la Verdadera Vida Eterna: “Verdadero Salvador”, nuestro Defensor que
responde por nosotros ante Dios, nuestro גואל [Go-el] “Redentor”.
Y ¿de qué “inteligencia”
está hablando? En griego dice διάνοιαν [dianoian], es un
“entendimiento” que tiene el poder de penetrar hasta la más dura roca para
llegar al núcleo mismo del “estar consciente”; es usar de la mente para llegar
al fondo de un asunto, es un “saber crítico” que taladra toda oposición para
alcanzar la Luz. Se llega a saber, más allá de todas las barreras interpuestas
y a decidir con nitidez y claridad. Téngase en cuenta, primero que todo, que es
un “saber teologal” que nos lo ha “dado” el Hijo. No es un saber por propia
cuenta, sino es una Revelación; y no-poseerla, sino disfrutarla es Gracia
donada para usufructo.
Entonces, y sólo entonces, se nombra el desfigurador y
desconcertante, con su herramienta asesina: Τεκνία [Tekia] “Hijitos” ¡Cuídense de los ídolos!
Sal 149, 1bc-2. 3-4. 5-6a y
9b
La danza es el cuerpo hecho oración. Salmo de gestos.
Rubrica de movimientos. El pueblo habla con más elocuencia que la mente, y una
inclinación rítmica vale por mil invocaciones. Si el que canta “reza dos
veces”, ¿qué no hará el que danza?
Carlos González Vallés s.j.
Este Salmo es un himno,
alabanza histórica, para Dios que no nos ha dejado nunca solos, sino que
siempre ha estado con nosotros. Ese acompañamiento no es el de un mero
observador, se trata de un Observador, nada neutral, sino enteramente
comprometido con su pueblo y que nunca vacila entrar en la contienda, puesto de
la parte de los que Ama.
Cuando nosotros nos llamamos
fieles, tenemos que tener el discernimiento de saber que esa fidelidad no nace
de nosotros, El que ha sido Fiel, ha sido siempre Él, nosotros no somos fieles,
somos los-siempre-gozadores-de-Su-Fidelidad. YHWH siempre ha sido
Dios-con-nosotros.
Y nosotros, los
“Victoriosos” al Amparo de su Poder, no somos el pueblo-potencia, un pueblo que
al mirarnos los otros pueblos tiemblen; ha sido más bien lo contrario, los
otros pueblos nos han mirado con lástima, nos han visto con pesar. Somos un
cardumen de pobres, un redil de ovejas enjutas. Así que nuestro paso victorioso
no ha sido desbrozado por nuestros machetes, la Victoria es de Dios, Él es el
Autor de nuestra marcha de Campeones (“Campio” esta palabra en la Antigua Roma, se usaba para describir a los gladiadores
que siempre ganaban sus combates).
¿Qué es esto de un cantico
nuevo? Pues que nosotros que siempre terminábamos las batallas entre llantos y
lamentos, tenemos que componer y estrenar ahora un cantico de Victoria; la
novedad consiste en que hemos pasado de ser “los derrotados”, para llegar a ser
los “definitivamente Victoriosos”.
Pero como la Victoria es
Suya, nosotros sólo hacemos calle de honor, para que Él llegue, en victoriosa
procesión y nosotros a lado y lado, por donde pase, entonemos esta Alabanza.
En la historia Sagrada es
célebre la danza de David 2 S 6, 14-23, con la que él iba orando al Arca de la
Alianza. Allí, en David había esa consciencia teologal, las Victorias no eran
suyas, eran de Dios. Dios merecía todo Honor y toda Gloria. Esa consciencia es
la que conduce al verso responsorial: “El Señor ama a su pueblo”.
Este salmo tiene 9 versos.
Se llegan a tocar 7 de ellos en la perícopa, sin embargo, 3 de esos siete, solo
se incluyen a medias. Podríamos, entonces, estar hablando de una perícopa
armada con 4 versos y tres fragmentos de verso. Con ese material se han
construido tres estrofas.
En la primera domina la idea
de estrenar un cantico distinto, ahora, uno victorioso, y que en las asambleas
cultuales resuene esa Alabanza, que todo el pueblo se alegre.
En la segunda estrofa, Pide
reforzar la danza con canticos, con tambores, con citaras; en particular porque
ha reservado la Victoria para los humildes.
En la tercera estrofa, el
tema es el festejo, las victorias deben celebrarse, el pueblo de Dios es un
pueblo eminentemente celebrativo, nosotros celebramos porque nos alegramos en
las victorias con las que Dios nos dignifica, nos corona de honores, nos da
prueba de Amor.
Jn 3, 22-30
Al hablar de los judíos
como un grupo diferente, ya nos está indicando que no nos hallamos en tiempos
de Jesús, sino en una época en que la comunidad juanina se sentía diferente de
estos.
José Cárdenas Pallares
La
perícopa de hoy nos hace pensar, de alguna manera, en una carrera de postas: la
carrera de relevos, es una prueba de atletismo en la que los miembros de un
equipo se turnan para pasar un testigo a lo largo de una determinada distancia.
El equipo quedará descalificado si el testigo se cae o se pasa fuera de la zona
de cambio, y es que El testigo debe entregarse dentro de una zona de cambio
específica.
Vamos
a partir de una precisión temporal que se marca en esta perícopa: esto sucedió
antes que Juan fuera apresado. Juan está en Enón; Enón significa "fuente",
o puede significar "masa de oscuridad"; de acuerdo con Jerónimo, está
a unas 8 millas romanas (unos 12 Km) al sur de Escitópolis, es decir, Bet-seán.
La perícopa nos informa que, en aquel lugar, “había una gran cantidad de agua”,
abundancia que propiciaba la posibilidad de bautizar.
Una
treta que usa el Malo con inusitada frecuencia es la de sembrar división, el
que siembre división adora profundizar la brecha hasta generar un ancho y
profundo abismo de separación. Prestemos atención, porque esta clase de
personas parecen polillas en torno a la llama, están siempre voloteando en
torno nuestro. Por el contrario, el que anda los caminos de la sinodalidad,
fomenta la unión. Lo que nos ofrece un criterio de discernimiento, no para que
nosotros procedamos -a nuestra vez- a ser soldados del Perverso, dándonos a la
tarea de fabricar despeñaderos. Lo que se debe es hacer es evitar caer en sus
trampas, pero no por eso estamos autorizados a fabricar más enconos y más
distanciamiento: No somos profesionales de la segregación.
Este
judío (en el Evangelio Joánico, los artífices del ataque contra el cristianismo
no se llaman fariseos, sino judíos, en general, como este fue el Evangelio que
se escribió más tardíamente, lleva en sí la ruptura del judaísmo con el
cristianismo, poco a poco, los cristianos fueron expulsados de las sinagogas, y
ahogados en el desplazamiento de sus comunidades; a estas alturas, ya no era
una fracción del judaísmo la que se oponía al cristianismo, sino que todos los
que se reclamaban judíos, eran enemigos de esta fe). Así que este judío viene a
ensanchar la fosa de separación. Poniendo toda la sal que tenía y podía en la llaga,
sembrando discusiones, disputas y altercados.
Notemos
que la reacción de Juan el Bautista, no es la de declararse contra Jesús,
cuestionarlo o desconocerlo. Lo que él dice es que las cosas, como se producen,
son designios Celestiales: “Nadie puede tomarse algo para sí, si no se lo dan
desde el Cielo”.
Estas
afirmaciones de Juan el Bautista, tiene un antecedente: Él ya había afirmado no
ser el Mesías. Porque en el fondo, el judío aquel, quería cavar, precisamente
en ese punto, en la identificación y el reconocimiento del Mesías.
Hay
aquí toda una carga de ver en Juan Bautista al “precursor”; pero lo que se
prioriza es el sentido de “testigo”. «Él simplemente se considera “amigo del
esposo”. Esa expresión muestra en qué consiste la función del testigo. El “amigo
del esposo”, era la persona encargada de cuidar todos los preparativos para el
matrimonio de alguien. Su tarea terminaba cuando el novio recibía a la novia en
su casa. El novio es Jesús. La novia es la humanidad. Juan el Bautista
simplemente preparó el encuentro de la humanidad con Jesús. Al oír la voz de
novio, él se alegra mucho.» (José Bortolini). Como amigo-y-pariente-testigo declara:
“El que tiene la esposa es el esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz
del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él tiene que crecer y yo que
disminuir”.
“Es
necesario que Él crezca y que yo disminuya, dice el más grande de los profetas.
Pues solo Jesús viene de lo alto y llena por completo el corazón humano. En Él
no se pierde nada de lo bueno, pues Él lo encierra todo”. «El proyecto de vida
de Dios está, por consiguiente, presente en Jesús. Es una propuesta abierta a
todos. Ante Jesús las personas las personas han de tomar una decisión: con
Jesús a favor de la vida, o contra Jesús a favor de la muerte.» (José
Bortolini)
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