lunes, 27 de enero de 2025

Lunes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario

 



Hb 9, 24-28

De hecho, Él se ha manifestado una sola vez, al final de los tiempos, para destruir el pecado con el Sacrificio de Sí Mismo

Hb 9, 26

Hemos venido trabajando la idea de que Dios quiso darnos a “conocer” el Cielo -una realidad espiritual que somos incapaces de conocer- y nos la “muestra” parabólicamente. Por medio de realidades físico-materiales, nos muestra una “maqueta” del Cielo. Por ejemplo, la Sala Real del Cielo, nos la “transparenta” con el קֹדֶשׁ הַקֳּדָשִׁים [Kodesh haKodashim] “Sancta Sanctorum” del Templo. Los sacerdotes de la Primera “Alianza”, repetían año tras año y vez tras vez, este ritual de entrada al Kodesh haKodashim, pero esa sólo era una parodia, ningún sacerdote entró en el verdadero Sancta Sanctorum, hasta que Jesús entró, Muerto. Resucitado y Ascendido, al Cielo, ante la Presencia del Dios-Altísimo, en el Santuario no construido por “manos humanas”.

 

Todo lo que hacían los sacerdotes Aaronitas, del linaje Levítico, era “bocetado” un “bosquejo”, del Sacerdocio Real. Algunos teólogos dicen que era “simbólico”, pero no era la “pura verdad”. Tan sólo era un “esquema calcado” con el que Dios nos entregaba el “diseño” que era importante para que tuviéramos los datos necesarios y pudiéramos “vislumbrar” de qué se trata la Redención y cómo el Sacerdote presentaba la “sangre” de la Victima-sacrificada, derramándola sobre la Tapa-del-Arca, en el Propiciatorio que en hebreo se llama el Kapporet (cubierta).

 

Yom Kippur, Día de Propiciación, o Día de la Expiación. Cae el décimo día del mes judío de Tishrei, también es conocido como, Yom Peduth (El Día de Redención), Yom HaDin (El Día del Juicio), Día de Reposo de Día de Reposo, Día de Yahweh (Día del Señor). También se hacía referencia en hebreo como, “Panayim-El-Panayim” viendo a Yahweh cara a cara. Este día parece establecido en Lv 16, 27-34 y en el capítulo 23, 27-32, se estipulan las acciones que se deben realizar durante este día.

 

No se hace ningún trabajo ese día. Es el Día más solemne entre los días más santos, día de Reposo. En ese día y solamente ese día, el Sumo Sacerdote entraría al lugar Santísimo para hacer propiciación por sus pecados y por los pecados del pueblo. El llevaría la sangre del macho cabrío de Yahweh más allá del velo, como ofrenda por el pecado.

 

En verdad, Cristo se ofrece una sola vez para quitar los pecados de todos; una precisión, en realidad no dice “de todos”, dice πολλῶν [pollon] “de muchos”.

 


Esta es la razón de que se hable de una Alianza -o Testamento- Nuevo, donde el Mediador es Cristo (dicho en griego; Mesías, se dice en hebreo), la Suya es una Muerte Redentora, así, la ecclesia “los convocados”, “los llamados”, van a recibir la herencia, nosotros somos los herederos (por filiación), Dios es el Testador, Cristo, es el Mediador: Su Mediación consiste en hacernos hijos adoptivos por su Propia Sangre Derramada y Presentada en el Altar del Cielo, derramada sobre el Kapporet. El Hijo entró, de una Vez y para Siempre en el Verdadero Santuario donde presentó al Padre la inmolación (que significa meterlo, incorporarlo entre la “mola”, de harina de trigo, es decir, la masa; podríamos decir que la víctima era “apanada” para hacerla más refinada y más presentable ante los Ojos de Dios. Jesús se apana como ofrenda Eucarística), y Dios la recibió de sus Manos, porque la encontró, Victima Agradable, y aprobó el Cordero como Perfecto e Inmaculado. En este Acto -Verdadera Liturgia Celestial-  Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote- es acogido en su Trono, a la Derecha de YHWH.

 

Sal 98(97), 1bcde. 2-3ab. 3cd-4. 5-6



Un Cantico Nuevo no significa un canto que se viva cambiando, que tengamos que, en cada Eucaristía, inventarnos uno diferente. En realidad, el Cantico Nuevo ya ha sido incorporado a la Liturgia, ya está allí, prescrito (establecido), ni siquiera tenemos que aprenderlo de memoria porque nosotros no tenemos que pronunciarlo. El Presidente de la Asamblea tiene a su cargo proclamarlo (él y sólo él, nosotros guardamos un rotundo silencio contemplativo) se llama la Doxología: «Por Cristo, con Él, y en Él, a Ti Dios, Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria, por los siglos de los siglos».

 

Tal vez, quisiéramos que nuestra participación fuera muy extensa y farragosa en palabras, pero en verdad se ha concentrado en un sumo que condensa toda nuestra Acción de Gracias, toda nuestra Alabanza, toda nuestra Gratitud: Y la llamamos el Gran Amén, porque es simplemente esta la palabra con la que entramos en plana comunión reconociendo la Victoria de Dios sobre el pecado y la muerte.

 

Nuestro Sumo y Eterno Sacerdote Alaba, Bendice y Glorifica al Padre, que para eso es nuestro Hermano Mayor, y nosotros, todos los hijos adoptivos, nos unimos a Jesús, entrelazando nuestras voces y en un estallido de Alabanza que no nos cabe en el pecho decimos ¡Amén!

 

Este himno es lo que está glosado con el Salmo de hoy.

 

En la Primera estrofa: El señor ha obtenido para nosotros la Victoria, así que a nosotros nos cabe honrarlo, cantarle un himno que lo ensalce un himno que reconozca las asombrosas generosidades que su brazo ha otorgado.

 

En la segunda estrofa recocemos que el Señor define su poder como Justicia, que consiste en hacer expandir su Misericordia y su Bondad. Y todos los pueblos del planeta son testigos de su poderosa Justicia.

 

En la tercera estrofa se les dice a todas las naciones que se han asombrado con su Magnanimidad que lo ovacionen, que aplaudan y hagan gala de pirotecnias de asombro.

 

La cuarta estrofa nos convida a aclamar al Señor, Rey de la Tierra a hacer sonar todos los instrumentos, todas las bandas, todas las orquestas en un atronador concierto internacional de alabanza y glorificación.

 

En el verso responsorial se redobla el propósito de valorar tantas y tantas maravillas como nos vienen del Cielo.

 

Mc 3, 22-30

Estamos llamados a ser los colaboradores de Dios en una empresa tan fundamental y única como es testimoniar con nuestra vida la fuerza de la gracia que trasforma el poder del Espíritu que renueva. Dejemos que el Señor nos libere de toda tentación que aleja de lo que es esencial en nuestra misión, y redescubramos la belleza de profesar la fe en el Señor Jesús.

Papa Francisco

Una estrategia del enemigo ha sido siempre despreciar, minimizar y ridiculizar lo que hace el poder de Dios-infinitamente-Bueno. El Malo despliega todas sus emisoras, todos sus canales, todas sus pancartas y vallas, y megáfonos para ridiculizar hasta el límite las maravillas de Dios. En todos sus noticieros saca algo, que cubra la mayor parte de la emisión para desfigurar la Munificencia y la Largueza del Señor.


 

Una de sus pancartas favoritas es la que dice que no es fruto del Bien, sino que esto ha sido realizado por medio de un poder diabólico. Uno no sabe que es más escandaloso, si este mensaje falsario o que el pueblo de Dios preste oídos a tanta calumnia y tanta villanía. Sin embargo, y para nuestro mayor desconsuelo, hay mucho ingenuo que atiende a estos embustes y sus fruslerías.

 

La otra cara de la moneda es pintar al Perverso como súper-poderoso, como imbatible, como inexpugnable. Convencernos que contra él nada podemos, que sus redes están tan bien entretejidas que todas las palomas caerán cautivas sin remedio. Se presenta la Maldad tan invencible, que -y este es el consejo que nos dan- no les queda más remedio que sentarse a llorar “arrepentidos en un rincón.

 

A este tipo, este fulano tan sólido y prepotente lo desenmascara Jesús: por mucho que lo pinten fuerte, no puede nada porque el que ha venido es mucho más fuerte, mejor dicho, es verdaderamente fuerte, sus músculos no son de espuma, ni su poderío de plastilina.

 

Jesús les responde a los escribas, a los “cultos” que nos quieren convencer de nuestra impotencia, sacándonos la lengua y haciendo muecas, que ese, el muy socorrido con bombos y platillos es solo un dibujo, un inflable, un monigote.

 

A los que se han dejado amedrentar les demuestra que los artífices del engaño no quedaran impunes. Los que han acusado a Dios de obrar con las fuerzas del adversario, recibirán todo el peso del Dios-Verdadero. A esos no se les podrá aceptar que vengan con disculpas y pretextos: a sabiendas han engañado, a sabiendas han fraguado su perdición.

 

Los que se han ido contra los santos de Dios para fabricar mártires, de nada les va a servir sus ¡Ay cuanto lo sentimos! Tampoco les valdrá de nada que digan ¡Lo hicimos sin querer! Ya no podrán engañar a nadie, diciendo que simplemente aplicaron el poder que se les había entregado. Porque precisamente ese poder lo volteará Dios contra ellos mismos y dejará que la pantera que ellos habían entrenado contra los “domésticos” sea la fiera salvaje Justiciera.


 

¡Dios no castiga! ¡cada quien vuelca el plomo ardiente sobre sus propias llagas y las que ha infringido con su mal disfrazada Envidia!

 

«Aquel que niegue o rechace al Espíritu Santo es reo de condenación eterna por propia elección. La razón es porque en el Amor de Dios es donde nos salvamos y somos perdonados.» (Papa Francisco)

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