1Jn 2, 22-28
Vamos
a continuar nuestro cursillo sobre la Primera Carta de San Juan, retomamos hoy
el tema de los ἀντίχριστος [antikristos], dice que
es una idea que está en el ambiente de la Iglesia, y que nos previene de seguir
a los “confundidores”, ¿Quiénes son los anticristos? Los que niegan el Padre y
al Hijo. Es una especie particularmente perversa de “mentiroso”, es el que
separa a uno que es Cristo y a otro -distinto- que es Jesús. Un anti-cristo es
el que se opone al Plan Salvífico; La verdad consiste en reconocer que Jesús es
el Mesías (Cfr.1Jn 2, 22). Sólo en las Cartas de San Juan aparece este
concepto.
Juan no se refiera a líderes venidos de fuera; sino que
apunta a cristianos que, desde adentro, se encargan de socavar la unidad
(koinonía). Algunos de la comunidad actúan como si no pertenecieran a ella, parecieran
fuereños. Ninguna comunidad está exenta de sufrir esta carcoma. Pero el
organismo -que es la comunidad- posee un fuerte sistema de defensa, es capaz de
distinguir -como decíamos el martes, gracias al Espíritu Santo que nos habita,
las mentiras de los anti-cristos; no es un discernimiento personal, de feligrés
muy inteligente, sino un discernimiento de los que se hallan -por su
sinodalidad- tampoco son los que se acogen a lo que dice la mayoría; son los
que están unidos a la comunión eclesial; es el Maestro interior del que hablaba
San Agustín.
Se nos llama a permanecer “en el Hijo y el Padre”, -es una
especie de biunivocidad para permanecer en el Hijo ha de permanecerse en el
Padre y también ha de permanecerse en el Padre para poder estar en el Hijo- para
permanecer así en la Vida Eterna. Así nos alerta de la labor de zapa que hacen
los anticristos. Y aparece la idea de χρῖσμα [chrisma] “Unción”, “el magisterio del Espíritu Santo, que
hace innecesaria la enseñanza de otros”. Es, en esa pedagogía, que debemos
apoyarnos, y es en ella que debemos permanecer. Es, precisamente esa enseñanza
la que nos capacita para estar bien dispuesto y capaces de acoger su παρουσίᾳ [parusía] “venida”. La permanencia lo que implica es poder o
no acogerlo cuando “vuelva”. Esa firme convicción conduce a la Fidelidad que
nos aprobará para estar en su Presencia; de otra manera caeremos en la vergüenza
de ser arrojados de Él (no es el quien nos exilia, somos nosotros que no
acertamos a pasar el umbral dela “puerta estrecha”.
Los movimientos heréticos que se dieron en aquella época
hicieron necesaria esta clarificación, puesto que el gnosticismo condicionaba
todo a la adquisición de un “saber superior”, hermético, esotérico; el que,
según ellos, era su monopolio. La contraposición que se encara es la Verdad del
cristianismo contra la falsedad del gnosticismo. La vida eterna que se ofrece
no es una quimera futurista, es algo que ya se empieza a vivir con la inserción
en Jesucristo y la consagración fiel a sus enseñanzas. El que se bautiza entra
a gozar de su nueva vida en Cristo -Fuente de la Vida Eterna- lo que implica
gozar del Pedagogo-espiritual que guía y dirige nuestro avance y nos faculta
para el encuentro con Él, a su Vuelta (esta Palabra tiene doble filo, como lo
hemos comentado, parece que el se hubiera ausentado y nos hubiera dejado “al
garete”, y debemos estar muy claros que Él nunca se ha ido, sino que su Presencia
se ha revestido de imperceptibilidad para nuestros sentidos. Por eso, es mejor
la palabra παρουσία [Parusía] que,
precisamente significa “Presencia”.
Sal 98(97),
1bcde. 2-3ab. 3cd-4
Si
en Torno al Señor no se desatara la Teruah, careceríamos de señales para
reconocerlo, por eso Él envía a su Precursor con el encargo de allanar y
rellenar, su misión es terraplenar el terreno; se van a manejar tres temáticas:
a) Dios es mi
Salvador, sólo en Él deposito mi entera confianza,
b) Dios es Refugio a
la vez que Fuerza, sólo Él es Salvador
c) Pongámoslo como Piedra
Fundacional de todo el Proyecto Salvífico.
Es
un salmo que gira en torno a Dios Salvador. Lo que vendrá será la realidad de
Dios Misericordioso, Dios con la Verdadera Justicia, por fin se ha superado la
visión “vengativa” con la que se enunciaron los viejos códigos. Avanzamos hacia
el tiempo del Perdón ("Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz"),
aun cuando muchos enamorados de la represión echan de menos los “castigos”, no
alcanzan a imaginarse una realidad que haya logrado eliminar las
“correccionales”.
Por
fin, después de tanto esperar, Alguien ha cruzado el Jordán, Alguien ha llegado
allende Betania; veremos cómo es aquello de una juridicidad que “mane leche y
miel”, en vez de llaga y escarmiento.
Aun
cuando los límites de nuestra imaginación no dan para tanto.
Jn 1, 19-28
En la vida espiritual,
yo creo que muchos hombres de Dios, en determinado momento, corren el riesgo de
llegar a ser estrellas, “personajes”, a causa de la celebridad que han
alcanzado. El único antídoto que existe para ellos es interrumpir el ser centro
de atención fingiéndose locos y pecadores, mostrándose muy distintos de lo que
los otros esperan. Es una manera de estar abajo, muy abajo, para ser realmente
pequeños.
Enzo Bianchi
Juan
da testimonio negativo sobre sí mismo. Él no podía cumplir su misión precursora
adueñándose de un título que no era el suyo.
Desde
hoy y hasta el sábado, haremos un breve cursillo sobre Juan 1 y la primera
parte de Juan 2, el episodio de las Bodas en Caná de Galilea.
Una
sabiduría intensiva es la que permite reconocer los talentos, las capacidades,
los carismas que han sido otorgados por el Señor, pero sin exagerarlos,
reconociendo que están supeditados al Proyecto de la Divinidad. Eso no quiere decir que seamos actores de
reparto y Dios tenga el guion ya escrito y, que a nuestra parte, sencillamente corresponda
nuestro rol, que sólo amerita memorizar y recitar correctamente los parlamentos,
que no parezca que estamos leyendo, sino que nuestros diálogos suenen naturales
y espontáneos. ¡No se trata de eso! ¡hay plenitud en nuestra libertad! Si
nosotros tomamos por otra ruta, el Proyecto divino se “recalcula”, un poco como
la aplicación Waze, que corrige sobre la marcha (recalculando) las indicaciones
ignoradas, sin perder de vista el objetivo prefijado.
Queremos
referirnos a la sabiduría de San Juan el “bautista” que sabe de los dones que
Dios le otorgó, pero no se engaña, creyéndose superior a ellos, sino que los subordina
al Fin Mayor. El abre la puerta a un derrotero y prefigura lo que prosigue,
pero no pretende acaparar lo que no es suyo. Es un “testigo idóneo”, porque
comunica los “datos” sin excederlos ni aminorarlos. Informa sin deformación. Y
lo que dice acusa revuelo.
En
el profeta Isaías había recibido el “algoritmo” de su propósito:
a) Ser la Voz que
grita en el desierto, él no es la Palabra, no pretende ser lo que no es; sólo
es la voz que pronuncia indicando hacia El-que-es-Verbo y no sustantivo.
b) Convocar para el
allanado y terraplenado del Camino.
Observemos
que, para los fariseos, hay esa división de funciones y tareas que competen a
los actores: ¿usted quién es? ¿es el protagonista? ¿es el coprotagonista’ ¿es
el antagonista? ¿es un personaje secundario? ¿es un extra? ¿hace sólo un rol de
relleno? Bueno, pero ¡tenga bien en cuenta no irse a salir de su cuadrito en la
cuadrícula!
La
vida no es lo que la cuadricula del papel cuadriculado. Si no es el Mesías, sí
no es Elías y, si no es el profeta… entonces, restrínjase a su cuadrito y no
moleste, no se meta a bautizar, su derramarse por fuera del cuadrito nos
desconcierta. Pero hay maneras y maneras de bautizar: ahora, después de un
largo proceso, se ha elucidado bien que hay
a) Bautismo con agua y
b) Bautismo de Uno del
que Juan “no es digno de desatarle las sandalias”: El Portador de un Bautismo
Nuevo, lleno del Poder Divino
Este del que
Juan Bautista -quien “no ha entrado en la tierra prometida”, está todavía al
otro lado del Jordán- no se considera digno de desatarle las sandalias; el Otro
bautismo es de Aquel que entrará a la Tierra de promisión: ¡Él si es “El-
Mesías!
No hay comentarios:
Publicar un comentario