jueves, 7 de diciembre de 2023

Jueves de la Primera Semana de Adviento

 



Is 26, 1-6

Los capítulos 24-27 conforman el que llamamos el “Apocalipsis Mayor de Isaías”. La apocalíptica se mueve sobre un carril histórico, explora -y no desdeña ni renuncia- a una visión conjunta del Sitz in lieben desde perspectivas culturales, políticas y científicas, pero sin agostarse en el puro examen de las tendencias que se extrapolan del decurso que las líneas de avance que van tomando las diversas disciplinas (futurología), lo que tiene mucho más que ver con la economía y la rentabilidad de la inversión y que a veces es más lo que callan que lo que enseñan, lo que ocultan que lo que muestran; sin que esto desconozca la seriedad de los estudiosos, sólo queremos indicar que se mueven en otra carrilera.

 

No esperamos un “mapa arquitectónico” que nos dé en detalle las diversas instancias del edificio. La apocalíptica revela por yuxtaposición, con mecanismos más emparentados con los recursos estéticos más caros al arte, con una suerte de técnica de collage, donde se van viendo -desde los diferentes ángulos- los diversos aspectos que luego podremos recoger en una imagen global. Así, encontramos una sucesión de imágenes que pasan del “Banquete”, a la “Ciudad fortificada”, y avanzan apuntando hacia el concepto de Resurrección, pasando por la imagen de la “Viña” para desembocar en la expiación del pueblo de Israel que alcanza su resolución en la Convocatoria de los que habían sido universalmente dispersados.

 

Anotemos que esta sección se trata de una inserción post-exilica en el cuerpo del proto-Isaías.

 

Sal 118(117), 1 y 8-9. 19-21. 25-27a

Es un salmo de Acción de Gracias. Todo lo que este pueblo ha alcanzado es Gracia de Dios.

 

1ª estrofa: Inicia reconociendo la Bondad del Señor y que su Misericordia sea Fiel. Es muy preferible atenerse a Dios que atenerse a los seres humanos, aun cuando se les haya puesto en la jefatura.

 

2ª estrofa: La Puerta del Señor es la entrada Salvífica. Solo los que vencen -logrando practicar la fidelidad, ese Don Divino- cruzan el umbral de esa Puerta, lo que se llama “ser Victorioso- siendo conscientes que esa Victoria se alcanza sólo gracias a que Dios escucha y atiende que se lo hemos pedido.

 

3ª estrofa: Pidamos Salvación para que Dios nos la socorra, para alcanzar la Salvación; y, además, pidamos prosperidad, para salvaguardarnos de penurias. Bendigamos al Señor desde el Templo, congregados en Santa Asamblea.

 

La Primera Lectura nos hablaba de una Ciudad inexpugnable, dotada de doble muralla y de Bastión: nadie entrará en Ella, a menos que sus habitantes, -el pueblo fiel- le franquee el acceso. Hay que entrar por la Puerta del Señor, los que luzcan la corona de la fidelidad podrán ingresar.

 

Recordemos que este salmo se estrenó en el 444 a,C. en la época de Nehemías, celebrando la fiesta de las סֻכּוֹת sukkōt “tabernáculos”, “chozas” que se celebra entre del 15 al 22 de Tishrei, (septiembre-octubre).

 

Mt 7, 21. 24-27



El Salmo ya nos planteó el tema del acceso, sólo otorgado a los que puedan resistir y mantenerse en la Fidelidad, saliendo victorioso de todas las pruebas que tuviere que enfrentar. Aquí Jesús, en esta perícopa nos explica con mayor exactitud cuál es esa victoria.

 

La Victoria demanda coherencia con la Voluntad Divina: Nadie más entrará en el Reino. En el Reino, en su Interior, es donde se realizará el Banquete, donde se recuperará la condición paradisiaca perdida. En el verso 24 dice, manifestando que la Voluntad Divina se expresa en las Palabras de Jesús, que quien ponga por obra las Palabras que Jesús dice será el que edificará “sobre roca”, será un hombre φρονίμῳ [fronimo] “prudente”, “sabio”, “ingenioso”.

 

Pero en el verso 26, pone su opuesto (simétrico) si los oye, y, sin embargo, no las practica, ese tal será un μωρῷ [moro] “insensato”, “tonto”, “necio”. En el verso 23 son calificados como τὴν ἀνομίαν [ten anomian] “agentes de iniquidad”, “transgresores”, “promotores de maldad”, “los que proceden con injusticia”.

 

Se ha examinado el asunto de la autoridad que Jesús porta como Hijo, en el verso 29, la gente -según nos informa San Mateo- tiene conciencia de que el proceder de Jesús trasluce la veracidad de su autoridad, no como en el caso de los “maestro de la ley”. La autoridad se trasparenta en el Amor-Ágape con el que procede.

 

La Puerta es la Ley dictada por Dios mismo, y articulada por Boca y Voz de su Hijo Santísimo. ¡Él es la Piedra Angular!

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