Jc
13, 2-7. 24-25a
Después
de la Torah, en la Tanaj, viene los Libros proféticos (Navi´im): Los “primeros”
profetas, Yehushúa (Josué), Shofetim (Jueces), Shemuel (Samuel) y
Melajim (Reyes); y en segundo lugar, los profetas “últimos”, Yeshayahu
(Isaías), Yermia (Jeremías), Yejezquel (Ezequiel), junto con los doce profetas
“menores” (“menor” se refiere al tamaño más pequeño de estos libros).
Los
profetas “menores” son: Hoshéa (Oseas), Yoel (Joel), Amós, Ovadía (Abdías),
Yona (Jonás), Mija (Miqueas), Najúm (Nahum), Jabakuk (Habacuc), Tzefania
(Sofonías), Jagai (Ageo), Zejaría (Zacarías) y Malaji (Malaquías). El conjunto
de las predicciones de esos doce profetas “menores” está incluido en la serie
de doce profetas llamada “Teré Asár” que en arameo significa doce. En suma, el
asunto viene a que el Libro de los Jueces pertenece a este conjunto, el de los
proféticos.
En
este pasaje del Libro de los jueces aparece una categoría muy especial, la de נָזִיר [Nazir] “Nazireo”. ¿Qué es un Nazireo?
Un “consagrado”, “consagrado”, “puesto aparte”; por estar consagrado, no puede
beber ni comer derivados de la uva, tampoco la mamá, y su cabello es parte del
compromiso de nazireato, no puede ser cortado. Además, para no contaminarse, no
podían -por ninguna razón- entrar en contacto con muertos- lo cual inducía
impureza.
Esta
categoría del Nazireo, abre la puerta a la designación de un “escogido”, un
personaje que da cabida en la historia a la “solución divina”. Una palabra que
parece poseer la misma raíz es nezer, término que se usa para designar
la corona o la condición de tener poder real.
¿Cuál
era la situación de los israelitas para el siglo IX? La llanura de Esdrelón
estaba sometida a los grupos cananeos y los Filisteos controlaban toda la costa
Mediterránea, a Israel sólo le quedaba el confinamiento en la región montañosa.
Hacia el año 1050 filistea se empoderó y se convirtió en una poderosísima
amenaza para Israel.
Hoy
nos ocupa שמשון [Simsun] “Sansón”, “hombre del sol”, de
quien creemos nació en el 1118 a.C. hijo de Manoj -de la estirpe de Dan- y Hatzlelponi
-que era estéril-. Recordamos que el “secreto” de su fuerza, le fue sonsacado
por Dalila, su enamorada, a quienes los filisteos compraron la información por
unas cuantas monedas de plata. Le cortaron el cabello y lo sometieron, pero cuando
recuperó el cabello, también con él recobró su fuerza y derribó el templo de
Dagón, se destaca que, gracias al derrumbe del templo, los filisteos resultaron
seriamente debilitados ya que en dicho acontecimiento murieron muchos de sus
líderes políticos, militares y religiosos, perdiendo además gran parte de su
control e influencia en Israel. El episodio en que murio sansón, se data en el 1058 a.C.
Sal
71(70), 3-4a. 5-6ab. 16-17
Este
es un salmo de súplica. Recientemente repasábamos la idea que en estos salmos
no se trata de un pedir por pedir, sino de un redimensionamiento de la relación
Paternal-filial, pedimos tensando el “cable” que nos conecta con la Divinidad,
y nos hacemos conscientes de la Alianza que media y que da pábulo a nuestras
peticiones.
En
este salmo se presta una especial atención a la Presencia de Dios en nuestra
vida, aun antes de que esta comenzara y sólo existiéramos como proyecto en la Ternura
de su Corazón, y le rogamos que con el correr de los años y llegando la
fragilidad de los años tardíos, su Poder siga siendo siempre nuestro refugio.
Le
pedimos que Él sea siempre nuestra Roca de refugio, almodóvar donde hallamos
salvación, donde la mano perversa no puede alcanzar.
La
segunda estrofa asegura que su Protección ya era vigente al estar en el seno de
nuestra madre.
Desde
jóvenes el Señor se ha encargado de educarnos e instruirnos para que nuestra
boca alcanzara la pericia de saber Adorarlo y Loarlo.
El
responsorial pide que haya siempre abundancia de loas en los labios para saber
gloriar al Glorioso.
Lc
5-25
Es
muy importante en el estilo lucano, la datación y puesta en referencia de
personajes históricos dándole a los hechos de su Evangelio un momento
cronológico que introduce los datos en un encuadre “real” y previniendo una
lectura errada con enfoques mitológicos. Se lee, detrás de esto, que son hechos
realmente acaecidos. Lo de hoy es un relato de la época herodiana.
זְכַרְיָה Zacarías
-personaje sacerdotal- cuyo nombre significa “de quien Dios se acuerda”, estaba
casado con una mujer אלישבע
[elizhava] “Juramento de Dios” -también de casta sacerdotal, y nada menos que
del linaje aarónico, fieles ambos a la Alianza. Ella era estéril -en el relato
bíblico la responsabilidad por la esterilidad recae -invariablemente- en la
mujer.
Estaba
Zacarías en su turno de ejercicio sacerdotal, ofrendando el incienso, cuando -a
la derecha del Altar de la Incensación, se presentó el Ángel del Señor, de pie,
y le entregó la anunciación de que sería padre y que el fruto de las entrañas
de Elizheva le nombraría “Juan” que significa "fiel a Dios". Y lo conmina a resplandecer de “alegría”.
Lo
instruye para que entienda que este Juan será un Nazireo y que su misión será
conducir a la Conversión a muchos hijos de Israel. A continuación, lo designa a
la misión de “Precursor”, pues habrá de ir “delante del señor”, pero no
pensemos que es un simple caminar por delante, sino que esta “precursoría”
implica un “ser portador del espíritu eliseano,
a) Convertir los
corazones de los padres hacia los hijos, es decir, corregir el enfoque de una
paternidad que simplemente entendía a los hijos como “más manos labradoras”
gratuitas al servicio de los cultivos paternos.
b) A los desobedientes
convertirlos a la sensatez.
c) Prepararle al Señor
un “pueblo” adecuadamente dispuesto.
Pero
aquí se presenta -muy a pesar de su prosapia sacerdotal- la duda sobre lo que
le anuncia el “mensajero”, le pide garantías al Ángel.
El
Ángel le entrega el Nombre -saber el nombre de alguien era “someterlo a la
servidumbre”- tendrá, no obstante, que pagar caro precio por esa osadía, y
recibirá como prueba su “mudez”.
La
gente esperaba que saliera Zacarías del Santa Sanctorum, pero lo retrasaba su
entrevista con el Arcángel, y -cuando por fin salió-, al descubrirlo mudo,
supieron que había recibido una visión.
Pasados
los días señalados para servir en el templo, regresó a su casa y Elizheva
concibió y estuvo sin mostrarse a la gente durante 5 meses, tiempo en el cual
ella ganaba consciencia del Prodigio que la Divinidad había obrado en su ser,
levantándole la oprobiosa condena.
Estos
relatos no se han de ver como la anécdota de tal o pascual, ¡no! Se trata de
nuestra propia misión y de nuestra propia historia personal como “precursores”,
y de nuestro llamado a rellenar los hundidos y a terraplenar los morros que
dificultan le “Venida” -tal vez nos suene más comprensible si la llamamos
“Parusía”- del Triunfador-que-llega. No son cuenticos del “pasado”, son
misiones que la fe nos entrega hoy.
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