jueves, 31 de agosto de 2023

Jueves de la Vigésimo Primera Semana del Tiempo Ordinario


 

1Tes 3, 7-13

Concluyendo el balance del proceso fundacional de la Comunidad Tesalonicense, San Pablo reconoce que, a pesar de todas las presiones en contra, como son las persecuciones, él y su equipo misionero, se sienten alentados al contemplar la firmeza de su fe y su estabilidad en la fidelidad.

 

Entonces, sobreviene una plegaria de Acción de Gracias, rogando por la sinodalidad fundada en la solidaridad y el amor fraterno.

 

Resistir es lo que se precisa, Pablo y sus compañeros saben que sólo mediante la Asistencia Divina podrán “afianzar sus corazones” y mantenerse firmes e ἀμέμπτους [amemptous] “irreprensibles” hasta la Parusía. Hemos destacado esta palabra porque es un valor cristológico que Pablo establece como puente hacia la conformidad con la Divina Voluntad. Esta categoría nos habla de “pureza”. De “estar puro de la contaminación del pecado”; que Dios no tenga nada que objetarnos.

 

Esta Carta -ya se ha dicho- encaja en la definición de Epístola Escatológica, y al pensar y plantear la cuestión de la Segunda Venida, se da preaviso de lo que será nuclear en la Segunda Parte, en especial en las dos últimas perícopas que estudiaremos el lunes y martes de la semana entrante. Tema pivote de la Carta.

 

Sal 90(89), 3-4. 12-13. 14 y 17

Este salmo de súplica parece montado con dos piezas poéticas de distinta procedencia: la primera pre-exilica, mira hacia Dios Magnificente contrastando la enormidad de Dios con la insignificancia de la criatura; en cambio, la segunda poesía es definitivamente post-exilica, y tiene una visión de Dios bien diversa, de proximidad y paternidad.

 

Un aspecto muy notable es el sentido de comunidad que reviste el interlocutor de Dios, nunca es un yo, -ni un egoísta, ni un solipsista-; siempre un “nosotros”; el que interpela es un pueblo, y el portavoz, el salmista, habla desde su sentido de pertenencia, con conciencia de ser un simple “vocero”.

 

Un detalle de relieve es que la ruega a Dios que nos dé la capacidad de saber medir el tiempo de estancia en la tierra, para saberlo aprovechar, para gastarlo en los más valioso, para que gocemos de חָכְמָֽה [jak-maj] “sensatez”. El uso sabio de cada instante de existencia.

 

Muy importante es el verso responsorial: Siendo un salmo de súplica, hay que prestar especial atención a qué es lo que se está pidiendo: sácianos de tu Misericordia y estaremos alegres. La Misericordia que pide, en hebreo, es la lealtad de parte de Dios a su Alianza; y la alegría es רָנַן [ranan] “dicha festiva". Dice que temprano en la mañana nos regale Su Fidelidad con el Pacto de la Alianza, para que, llegado el atardecer de la vida, podamos acogerlo con la dicha festiva de haber sido socorridos.

 

Mt 24, 42-51



Aquí empalma el Evangelio con la Primera Lectura, en cuanto se toca el tema de la Parusía: Dice Jesús, que uno tiene que estar γρηγορεῖτε [gregoreite] “en vela” o sea “alerta”, “vigilante”, como se dice ahora 24 X 7 porque esta Segunda Venida, no tiene fecha en nuestros calendarios humanos. Miren lo que pasa normalmente, por ejemplo, con los estudiantes, así sean universitarios, se les encarga una “tarea”, y por lo regular, se va postergando su desarrollo, de manera tal que, casi siempre terminamos cumpliéndola a última hora, o -todavía más grave- incumpliéndola.

 

Podríamos llamarla “la manía postergatoria”. Y si Él llaga y estamos desapercibidos ¿qué será de nosotros?

 

Que no seamos como ese amo de casa que ve en la pared un boquete propicio para los ladrones y resuelva inmediatamente… que lo arreglará el año entrante, porque mientras, es muy improbable que algo pase, … y le parece que el boquete ha estado ahí por años, y ¡nunca ha pasado nada!

 

O, aquel empleado que ha sido muy especialmente contratado para pagar salarios, bonificaciones y entregar los “paquetes alimentarios” a los subalternos, pero él dice, no creo que ahora en septiembre tengan hambre, o cuentas por pagar, en octubre menos, y noviembre es un mes muy tranquilo, casi no se gasta nada; decide -por su sola cuenta- que va a adelantar un programa de ahorro y dejará pagos para diciembre, o tal vez para más adelante, y él le ve dos ventajas: a) cuando reciban paga los empleados tendrán una buena suma una sobre otra, y b) se evitará llevar tantas planillas contables, porque se puede resumir todo por cuatrimestres… o más.

 

Viene aquí, en esta perícopa una bienaventuranza, en Mt 24, 46, para el criado fiel y prudente, es decir sensato -que en el buen sentido significa aplicar el sentido común, no hay que hacer un curso de lógica avanzada, por pura intuición podemos suponer que la dicha la tendremos si el Día que el Señor Vuelva, estamos cumpliendo a cabalidad nuestro encargo, nos entregará las “Llaves del Reino”, nos constituirá Mayordomos de la Casa Real del Rey de reyes y Señor de señores.

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