Is
9, 1-3. 5-6
Un
texto, a ser compuesto, recoge inevitablemente influencias del momento en que
se escribe, de la manera de pensar predomínate, del lenguaje en boga, de las
diversas expresiones culturales y formas literarias del momento. A eso lo
llamamos co-texto -distinto del contexto, que son los otros escritos que
acompañan a ese documento, dentro del mismo escrito. La crítica bíblica generó
la categoría Sitz un Leben
(lugar en la vida), para marcar esta “circunstancia en la que se escribió”.
Por
ejemplo, la perícopa isaiana de hoy, tiene como marco cronológico la guerra
siro-efraimita; se usaba, en aquel momento, el género oracular, no es raro
pues, que aquí nos hallamos ante un oráculo del “heredero del rey”.
De
otra parte, hacia el 732, la influencia de la cultura egipcia era patente en
Siria. Según los egipcios, el Faraón portaba 5 títulos; aquí en este oráculo se
nos presenta al Príncipe, como una Luz Grande que derrotará toda la tiniebla
dominante; las sombras son destronadas por su Brillo, y mientras recogen la
cosecha, exultan de felicidad. ¿De dónde acá tanta dicha? Ah, pues hay motivo: todo garrote, todo
flagelo y todo yugo han sido reducidos a astillas y puestos en ascuas, así como
durante el Éxodo, allá en Madian.
Los
títulos del Mesías que se mencionan aquí son:
1) Niño-recién-nacido
2) Maravilla-de-consejero
3) Dios guerrero
4) Padre-de-eternidad
5) Príncipe -de-Paz.
El
tercer título, el núcleo de la titularidad es אֵ֣ל
גִּבֹּ֔ור [‘El-Gibbor] “Dios Guerrero”, esta es la caracterización rotunda de este
“Príncipe”; por eso no nos debe extrañar que el “Ungido-esperado” por el pueblo
judío fuera de naturaleza “líder-militar”.
Pues bien, he aquí que en nuestro propio Sitz in Leben,
nuestra mentalidad adosa a cada rey, su reina-consorte; para nosotros según
nuestra manera de pensar, la reina, es natural que sea su esposa. Más,
¡atención! No era así en aquella cultura. Al גִּבּוֹר [Gibbor] “Guerrero” correspondía la Reina:
גְּבִירָה [gebirah]
“Reina-madre”, “Su-Señora-Madre”. Se debe comentar que:
a)
En tanto que esposa, la mujer no tiene
ninguna valía en aquel co-texto y su marido la puede despedir.
b)
Ya como madre, su situación cambia, porque el hijo puede
ripostar por ella y así el hijo se hace protector suyo,
c)
Mientras el hijo siga siendo menor de edad, sin facultades
para sentarse en el trono, la mamá sigue en un orden de sumisión; cuando sea
coronado el hijo, automáticamente recibirá su poder de intercesión.
d)
No alcanzará nunca autoridad gubernativa, pero podrá
influir a través de su hijo.
Como
será el poder del aquel Príncipe, “desde ahora y por siempre”. ¿cómo será
posible eso? Pues porque su Trono esta erigido sobre dos pilares de firmeza
perenne: el מִשְׁפָּט
[mishpat] “Derecho”, “Rectitud” y la צְדָקָה [tsedaqah] “Justicia”.
Sal
113(112), 1-2. 3-4. 5-6. 7-8
Este
Salmo es un himno. Es el primero el Hallel egipcio, que se recita especialmente
en la Pascua. Constituye una invitación a la alabanza, a la gratitud a toda
hora y siempre, son 8 versos, que conforman la proclamación de hoy, de los
nueve que forman la totalidad del Salmo. Son como una especie de puente entre
el Primer Testamento y el Segundo, con una proyección escatológica.
Hace
mención de la estéril, y, al mencionarla alude a Sara, a Ana -también en
situación de esterilidad, es Sion símbolo de algo más duro que la esterilidad,
el exilio. Pero, a la vez, nombre a la Virgen, que, en cuanto Virgen, tendría
que ser estéril, pero Dios pone -en Ella- solución paradojal a todas las
esterilidades. “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, el Emmanu-el”. Y al
final de los tiempos, resplandecerá con la corona que detenta las estrellas de
las Doce Tribus, es decir, de la Humanidad entera.
Y
la Virgen será Reina-Madre, Gebirah del Príncipe que está sentado a la Derecha.
Son
4 estrofas:
La
primera: Llamado a la Alabanza por siempre del Santísimo Nombre del Señor.
La
segunda: Desde la alborada hasta el ocaso, sea todo el día consagrado al que
ilumina con su Gloria, aun el firmamento más oscuro, en la hora más oscura de
la noche.
Nadie
se compara con este “Príncipe” que, teniendo su Trono en las Alturas, desciende
hasta nuestra humilde condición para interesarse por todo lo que a nosotros nos
interesa.
Y
toda situación de humillación y desprecio la trasforma, para asuntarnos de lo
más bajo, y equipararnos a Su Altura, no por ningún mérito, sino por su
Munificencia.
Todo
esto nos da razones más que suficientes para Bendecir el Nombre del Señor,
ahora y por siempre.
Lc
1, 26-38
María hablo muy poco;
su callar dentro del que se ocultaba, descubre tanto mejor la Palabra del Hijo.
Ella lo deja hablar, pero en su Palabra se esconde también la suya.
Adrianne von Speyr
Nos
vamos referir a la Reina-Madre. Tenemos necesidad de reconocer si aquí están
cumplidas las condiciones establecidas. Ella va a concebir, que también puede
ser “formar en la mente un proyecto”, María no es reina porque había que
ajustarle a Jesús una reina que correspondiera y completara su Reinado. Ella
reina, porque su fe siempre fue ejercicio de la Escucha que acoge a Dios, que
se muestra disponible a lo que Dios haya previsto. María se hace Reina en su
oír al Arcángel y responderle sin trabas, sin poner reservas, sin imponer
condiciones. No opone dudas ni increencia.
En
el verso 33 predice el Arcángel βασιλεύσει [basileusei] “El reinará”, del verbo βασιλεύω [basileuo] “reinar”. Ahí se completan los requisitos indispensables,
ella será Reina-Madre porque su Hijo, será Rey. ¿Cuánto durará este reinado?
“El Arcángel San Gabriel nos responde: “Su Reinado no tendrá fin”. Hace ocho
días, el 15 de agosto, celebramos la fiesta de María asunta al cielo, como en
una especie de “octava”, hoy celebramos su calidad de Gebirah. Primero es
llevada al Cielo, y luego, es Coronada Reina Universal de toda la Creación.
Antiguamente esta festividad se celebraba el 31 de mayo,
donde la había dispuesto Pio XII en su Encíclica Ad caeli reginam. Esta reubicación obedece a las disposiciones del Concilio
Vaticano II. María se unió como fiel discípula en todo el itinerario redentor
de su Hijo, desde la gestación, el nacimiento, la vida oculta de Jesús y
también su vida pública, al pie de la cruz y lo ha acompañado en su subida al
Cielo y en su entronización a la Derecha del Padre, (Misterios Gloriosos 4to y
5to). La Gebirah, no reina en el plano del dominio y el gobierno, sino más bien
en su rol de intercesora, de auxilio. Cuando se instituyó la Fiesta de Cristo
Rey, el Movimiento Pro regalitate Mariae liderado por María
Desideri, impulso la propuesta de esta celebración.
“… cuando la Virgen de las vírgenes, fue llevada al Cielo por el que era su Dios y su Hijo, el Rey de reyes, en medio de la alegría y exultación de los ángeles y arcángeles y de la aclamación de todos los bienaventurados, entonces se cumplió la profecía del salmista que decía al Señor: De pie a tu derecha está la Reina, enjoyada con oro de Ofir. <San Amadeo de Lausana, Abad y Obispo; Homilía 7.>
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