domingo, 15 de diciembre de 2024

Lunes de la Tercera Semana de Adviento


 

Nm 24, 2-7. 15-17ª

תּוֹרָה [Torah] que significa "enseñanza", "instrucción" o "doctrina", nosotros traducimos con frecuencia “La Ley”, y está bien, pero contiene, además, todos los elementos que definen la identidad del pueblo elegido. A estos cinco Libros en conjunto los llamamos en griego Pentateuco. Está integrada por cinco Libros:

♦ Génesis, que se llama Bereshit y significa "En el comienzo"

♦ Éxodo, que se llama Shemot y significa "Nombres"

♦ Levítico, que se llama Vayikrá y significa "Y llamó"

♦ Números se llama Bemidbar, que significa "En el desierto".

♦ Deuteronomio, que se llama Devarim y significa "Palabras", "Cosas" o "Leyes".

 

¿Por qué se llama este Libro “números”?  Porque el primer capítulo está dedicado a registrar unos censos, dos, más exactamente. Estos empadronamientos tienen un carácter organizativo, y lo que están significando es que el pueblo elegido va atravesando el desierto como un ejército terrible en formación. Donde ellos se estacionan blindan el Arca de la Alianza tres tribus por cada uno de los puntos cardinales. Cuando van marchando, avanzan seis por delante y seis por detrás.


 

Se podría decir que el pueblo de Israel forma un ejército en torno a Él va su pueblo como un sistema plantario que tiene en el centro su Sol: El Arca de la Ley. Supongamos un desfile marcial que saca a relucir todo su poderío con un desfile, y que pone a su Capitán como eje del sistema. Nosotros también hemos visto los desfiles del anticristo todos poniendo por centro su fetiche: los misiles. ¡La idolatría bélica!

 

Hay una cosa bastante sorprendente en la sagrada Escritura, y es que no se canta un panegírico servil que maximiza al líder, sino que se muestran escuetamente las fricciones y las tensiones y desalientos que se dan al seno del pueblo y de sus líderes y lideresas entre ellos y con el pueblo.

 

Podemos trazar un mapa de este Libro, dividiéndolo en tres segmentos:

i)              1,1 – 10,10: Diecinueve días en el Sinaí

ii)             10, 11 – 21, 35: Treinta y ocho años de travesía por el desierto de Cades

iii)           22, 1 – 36, 13: Once meses al nororiente del Mar Muerto, en territorio moabita

 

En la tercera parte, están los capítulos 22 al 24, que narran la historia de Bala´am y de su burra. Se nos introduce un personaje extraño, brujo y adivino del territorio de Moab, en la actual Jordania; Balak, rey de los moabitas, le había pedido que pusiera a Israel bajo maldición. Babilonia era renombrada por sus adivinos. Para gran sorpresa de Balak, Bala´am era inútil para el cumplimiento de esta tarea y, por el contrario, se vuelve instrumento al servicio de los planes de YHWH. En esta parte -capítulo 22-  se insertan, bastante traídos de los cabellos, cuatro oráculos de Balak ("devastador", "desnudador" o "aniquilador". Proviene del verbo hebreo balak, que es poco usado y significa "devastar o asolar").


 

La perícopa de hoy inicia cuando Bala´am ve al pueblo israelita acampando en perfecto orden de escolta a la Presencia de Dios en el Arca. Lo primero que descubre son las אֹ֫הֶל [o-jel] “Tiendas” del campamento Israelita y lo que él ve en ellas es armonía, que parecen un jardín junto a un río, como aloes plantados por el propio Señor, o cedros que riega con agua de sus Baldes.

 

Pero lo que él ve, no es una visión normal, se le descubre a sus ojos, porque Dios le ha dado esa perspectiva: Ha hecho de él

a)    Alguien capaz de escuchar la Palabras de Dios

b)    De contemplar las visiones del Poderoso

c)    Hombre de ojos perfectos

d)    Del que escucha y atiende las Palabras de עֶלְי֑וֹן [el-yon] Dios-Altísimo y se le han dado a conocer los Planes del שַׁדַּי֙ [Shadai] “El Todopoderoso”, y entra en trance.

 

Dice, no obstante, que “no será pronto”. Anuncia la llegada del Mesías, que aquí es comunicado y proclamado como: a) Estrella de Jacob y b) Cetro de Israel.

 

Este extranjero se hace profeta del Altísimo porque el espíritu sopla donde quiere, no sólo sobre un pueblo sino sobre todos los seres que -a fin de cuentas- son sus criaturas también amadas.

 

Sal 25(24), 4-5a. 6 y 7bc. 8-9

Este es un salmo de súplica que alterna la meditación con la plegaria. La súplica es regada -como un jardín- por lágrimas de humilde penitencialidad.


 

El penitente ilumina su propio marco, para que el Señor lo vea allí, rodeado de su abajamiento, de su apocamiento, de su arrepentimiento

i)              Pobre

ii)             Desgraciado

iii)           Atormentado

iv)           Miserable

v)            Apesadumbrado

vi)           Empecatado

vii)          Sitiado por sus enemigos.

 

Es, también un salmo alefático. Lo que se propone es mostrar que la Ley es la Palabra perfeccionada para llevar al hombre a las Cumbres Celestiales. Son pues, veintidós versículos. Tomamos cinco de ellos para articular, en tres estrofas, la perícopa que se proclama hoy.

 

1ª estrofa. Tómame de la mano Señor y condúceme como a niño pequeño que no ha aprendido a caminar.

 

2ª estrofa. Apela a la Ternura y a la Misericordia Divinas.

 

3ª estrofa. Se deja guiar por el Señor porque Él es Recto, a los pecadores les muestra el Camino verdadero, se complace en guiar a los humildes.


 

La antífona responsorial suplica: Señor, instrúyeme para caminar por tus Sendas. La Torah es la Senda para la que nos instruye el Todopoderoso.

 

Mt 21, 23-27

Él es el rechazo de toda idolatría



“Pero sean así ¿no? Un poco más normales, no sean tan rígidos…” Pero detrás de esto está: “Pero no vengan con historias ¡Qué Dios se ha hecho hombre!

La Encarnación del Verbo, ¡ese es el escándalo que está detrás!

Papa Francisco

Jesús es una fuente de inquietud para las autoridades del judaísmo, Él irrumpe en el Templo y vienen a interrogarlo los sumos sacerdotes y los ancianos, a quienes se les entregaba en el judaísmo la máxima autoridad: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?

 

Se trata de una nueva emboscada. No es una pregunta de aquellas que el docente hace para promover o no al estudiante. Aquí estamos ante un examen cuya calificación dará la tumba o la muerte. Cualquiera que sea la respuesta va a “perder el año”. Si Jesús, simplemente se compromete a contestar, diga la que diga, su nota será la peor. Por eso, no les contesta a boca de jarro -a boca de jarro significa a quemarropa, un tiro a quemarropa, no puede fallar, la víctima está tan cerca al cañón del arma, que la pólvora alcanza a chamuscar sus vestiduras, cuánto más quemará las carnes del que caerá súbitamente muerto. Les pone por condición, contestarle antes una pregunta, una vez le contesten, Él se compromete a dar su propia respuesta, pero si ellos no le contestan, Él quedará libre de caer en la celada.


 

Se creen muy “brillantes” estos sumos sacerdotes y ancianos, que sólo ellos tienen y saben formular preguntas acorralantes.  Ante todo, lo que Jesús quiere enseñarles es que Él no cae en la emboscada que puede caer el ingenuo presumido. Que Él sabe -perfectamente- que lo que hacen es tenderle una insidia. Pues contra insidia menor, insidia mayor, contra pelos de perra -como dice la homeopatía- pelos de la misma perra: ¿El bautismo que daba Juan, por qué ellos no lo aceptaban? ¿Era del Cielo o era una invención humana?

 

Quieren plantear dilemas irresolubles, pues miren, ¡aquí tienen uno!

1)    Si ellos decían que venía del Cielo, todos dirán, entonces ¿por qué no lo acogieron?

2)    Si responden que “de los hombres”, el corazón de todos gritará: “Juan era un profeta de Verdad, venido de Dios”, ¡Era el Elías, que había quedado de preceder al Señor! ¡Era el Precursor!

 


«Pero ¿cuál es el problema que esta gente tenía con Jesús? ¿Son quizá los milagros que hacía? En realidad, el problema que escandalizaba a esta gente era el que los demonios gritaban a Jesús: “¡Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Santo!” este “es el centro” esto escandaliza de Jesús: “Él es Dios que se ha encarnado”. (Papa Francisco)

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