miércoles, 11 de diciembre de 2024

BIENAVENTURA VIRGEN MARÍA DE GUADALUPE


 

Is 7, 10-14; 8,10

 

Para celebrar hoy, esta fiesta, regresamos al Proto-Isaías; más exactamente al Libro del Immanu-E, que está constituido por una sserie de oráculos, y comprende la sección 7,1 – 9,6, y cuyo marco temporal engloba los años 734 – 732 a.C. Los capítulos 7-12 de Isaías, conforman el Libro de Immanu-El (con nosotros-Dios); nos hallamos en el reinado de אָחָ֖ז Acaz (o Ajaz), hijo de Jotán de Judá, gobernó entre el 734 a. C. - 715 a. C. frente a la guerra siro-efraimita (736 a. C.-732 a.) aquí Efraím es una manera de referirse al reino Septentrional de Israel, se alía con Tiglat Pileser III de asiría, y, para consolidar ese “alianza” rinde culto a las divinidades extranjeras, pone en el Templo un altar que había visto en Damasco y que le había llamado la atención. Llegó a sacrificar a su propio hijo, y hacerlo pasar a fuego, atentando contra el linaje Davídico.

 

El núcleo de la perícopa es el signo del Inmanu-El. El profeta llama al orden a Acaz, y le dice que le pida una señal a Dios, Acaz contra argumenta con una supuesta fidelidad a la Escritura que no va a pedir ninguna אוֹת [oth] “señal”, “signo que sirve de argumento para demostrar algo”, porque sería como “tentar” al Señor (Cfr. Dt 6, 16), es decir, ponerlo a prueba. En verdad lo que quiere es salirse con la suya y hacer lo que le parezca, para no reconocer que en realidad él desconfiaba de Dios y le parecía que era mejor confiar en “hombres”, con un ejército profesional.


 

La señal será que “una doncella” concebirá y dará a luz un hijo, y le podrá por nombre עִמָּ֖נוּ אֵֽל Immanu-el. Cuando las dificultades eran muy grandes, el Rey no engendra el hijo, sino que el hijo es engendrado por el propio Dios, en esas circunstancias, el nombre no lo pone el Padre, sino la Madre.

 

Al llegar aquí debemos decir que todo el capítulo nos habla de la “confianza en Dios”, que debe ser una confianza a toda prueba. No consiste en decir si yo creo en tal y tal; es mucho más que eso, es dar el salto al vacío.

 

Sal 67(66), 2-3. 5. 7-8

Es un salmo Bendicional porque se está pidiendo a Dios que derrame sus Bendiciones. Sabemos, en un nivel superficial, que somos el “pueblo elegido”, que estamos vinculados a Él por la Alianza. Pero, en el nivel profundo… ¡Sabemos nada!

 


La poesía tiene una peculiaridad -dicen que se inventó para facilitar la memorización, en las culturas pre-literales, donde la falta de la escritura obligaba al aprendizaje memorístico de todo el texto. Solemos pensar, también, que memorizar una poesía de una página es una tarea sobrehumana. En particular en una cultura que ha elevado al estatus de la memoria a un nivel de indeseable y está proscrito aprender algo de memoria. Se dice que muchos de los textos que tanto valoramos nos legaron gracias a esta manera de “conservación”. Incluidos los textos bíblicos más antiguos.

 

Para facilitar la mnemotecnia, se usaban las rimas, las acentuaciones, le repetición de palabras, como en el presente caso donde hay una asociación sonora pendular gracias al regreso una y otra vez de ciertas palabras: bendiga/bendice, den gracias, tierra/mundo, gobiernas, naciones/pueblos, alaben. En ese ritmo pendular hay muchísimo de sístole/diástole.

 

¡Qué felicidad que hayamos sido elegidos por Dios para la Alianza!

 

1ª estrofa: Que el Señor arroje su Resplandor sobre nosotros y su Brillo nos haga caer en la cuenta que Él es el Sendero Único de la Salvación, que se entere el Mundo Entero.

 

2ª estrofa: La Justicia de Dios es un lujo que nos alegra a todos, qué otra cosa puede esperar uno que vivir en un contexto donde la Justicia sea respetada.

 

3ª estrofa: La tierra ha dado un fruto, si el Señor lo bendice será un fruto propicio. Y, entonces, nadie querrá desobedecerle, todos serán conscientes que lo mejor que puede suceder es lo que Dios tiene “proyectado”.




 

La clave para nuestra vida consiste en conocer los caminos que nos llevan al Señor. A veces pensamos que lo importante es que uno conozca el Camino y lo siga. Y los de más ¡que se soben!

 

En cambio, en el salmo, este “conocimiento” es “para toda la tierra”: Esto llena de sentido la tarea Evangelizadora. En realidad, de verdad, cuando logramos “poner en común” el conocimiento del Camino, entonces, no soy yo solito el que se salva, no soy exclusivamente yo el que recorre caminos de Santificación. «Sí, acoger a Jesús y llevarlo a los demás es la verdadera alegría del cristiano» (Benedicto XVI). Es entonces cuando la bendición se derrama, es entonces, y sólo entonces que hasta los límites del universo llega la relación devota y piadosa con Dios. Esta relación intensa y amorosa con Dios depende de la docilidad con la que recibimos el anuncio y de la donación voluntaria a Su Cumplimiento. No basta decir Señor, Señor; … y, nos parece que tampoco basta con decir “he aquí el/la esclav@ del Señor”, si sólo se dice de dientes hacia afuera, sin que el corazón doble la cerviz con la disponibilidad de ánimo para cumplir sinceramente esa Voluntad.  Y, para eso, se requiere dar otro paso: ¡abrir el oído a Su Palabra que es el lugar donde está manifiesta esa Voluntad!

 

Responsorio: Esto sólo se cumplirá cuando todos de buen grado repitamos con María Santísima: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra”.

 

Lc 1, 39-47

Dios no mide lo que hago por la cantidad, sino por la calidad con que lo realizo. Y la calidad se mide por la presteza dela caridad.

Pedro Jaramillo Rivas

La línea mesiánica en esta perícopa está mostrada en la bina María / Jesús, mientras que el pueblo de Dios encuentra su personificación en la otra bina: Isabel / Juan el bautista. Si no fuera por el Antiguo Testamento, no tendríamos ninguna pista para poder reconocer en Jesús al Mesías y en Juan el Bautista, el Nuevo Elías. Sólo por medio de la Escritura podemos llegar a ver en Jesús el cumplimiento de todas las Promesas que Dios nos había hecho. Un verdadero regalo del Cielo.


 

Cómo va María a casa de Zacarías, el Evangelio nos revela que fue σπουδῆς [spoudes] “aprisa”, “con diligencia”, “avanzando velozmente”, “moviéndose con gran rapidez”, “dando todo de sí”. Nos maravilla siempre como antepone a los demás y como se pospone a sí misma. Sin duda hay diferentes clases de “prisa”: «La prisa de María no es la que quema nuestras jornadas, llenas de un frenético sucederse de compromisos y de demasiadas cosas por hacer (hasta olvidar lo que realmente cuenta), sino que es la “prisa de la caridad”, la que invita a poner a un lado lo que quisiéramos hacer para nosotros y nos mueve hacia el prójimo, hasta dedicarle tiempo y afecto. Y mientras nuestra prisa es fuente de dispersión y de distracción y no deja tiempo a Dios y a los hermanos, la prisa de María está paradójicamente en el origen de una intensa y profunda meditación de la historia de la salvación y del actuar de Dios contenida en el cántico del “Magnificat”. (Primo Gironi)

 

Concluye la perícopa diciendo: que María da al Shema toda su trascendencia, cree lo que oye. “Dichosa tú, porque has creído”. Porque lo que oye, lo vuelve escucha y lo lleva al Seno Virginal de su corazón y su mente, sólo después será Portadora de Él en su Vientre.


 

En los dos últimos versos de la perícopa de hoy, tenemos el inicio del Magnificat: Ella dice, “Proclama mi alma la Grandeza del Señor”, la palabra en griego es Μεγαλύνει [megalunei] “Magnifica”, “Engrandece”, “Declara Grande”. «La expresión es casi paradójica: ¿cómo se hace para magnificar al Señor, hacerlo más grande de lo que es? … el verbo usado por María revela un afecto profundísimo, una emoción muy intensa. Es un querer que Dios sea lo más grande posible como una madre que ama tanto a su niño que desea sea el más bello, el más feliz, el más grande de la tierra. María ama a Dios con todas sus fuerzas, lo ama locamente, con un amor contemplativo que la hace salir de sí.»  (Carlo María Martini)

 

Una de las letanías dice: “Arca de la Nueva Alianza”, arca en hebreo es תֵּבָה [tebah] “arca”, “caja torácica”, (con razón se dice que ella guardaba todo lo referente a Jesús en su “corazón”); será su pie el que pise la cabeza de la serpiente. Aquí Dios mismo nos primerea, es Él el que sale en nuestra búsqueda, es Él quien va preguntando “que quieres que haga”. Todo en Él es salvación, todo en Él es vida. Y María siempre está a la altura de su Misión de Arca: “María es conocida como el primer Sagrario porque fue el lugar donde Jesús tuvo su morada, primero en su vientre y luego en su corazón”. Pro el teólogo dice al revés, primero lo concibió en su Corazón -en el Arca de su caja torácica- y sólo luego de alojarlos en la médula de su amor, lo contuvo en su Vientre Inmaculado.

 


El que viene a Visitar es recibido con agasajo, con regocijo, con un “salto de gozo”. Ya desde el vientre materno está Juan reconociéndolo. Él nos representa muy bien porque intuye lo que nosotros no hemos podido reconocer.




Los padres de la Iglesia solían decir que el pecado mayor es el del Olvido, el de la Indiferencia ante Él. Uno no necesita ver, basta oír la Palabra La fe tiene un aspecto impresionante, ¡se da antes de ver! Porque ve más allá de lo perceptible por los sentidos, llegando a captar aún más allá. 

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