Sab
7,22 – 8,1
Un
recurso literario para hablar de un valor o de alguna calidad especial o
particular es la prosopopeya, valga decir, presentarlo como si se tratara de
una persona que nos está dando su auto-descripción. Esta es la técnica
narrativa empleada en la perícopa, y la forma es hímnica.
Este
“personaje” se describe con (7 X 3), compendiados aquí, en cinco rasgos:
1. Una sola. (Lo que
incluye definirse como un personaje femenino)
2. Nada manchado la
alcanza (en otras palabras, es inmaculada)
3. Es “más móvil que cualquier
movimiento”, pero no se debilita a medida que se mueve, sino que su vigor es
indisminuible.
4. Busca en cada
generación amistades -almas buenas-, lo que implica que no cualquiera puede
hacerse a su amistad.
5. Todo lo “gobierna”
(en el sentido de darle un orden) acertadamente. Por eso es “sabia” porque
domina el arte del gobierno (reiteramos que es la habilidad de poner a cada
quien en la situación perfecta para que alcance su optimo)
Esta
forma-técnica tiene raíces griegas, no es de origen hebraico. Nos sitúa en el
origen y se adentra, como se puede ver, en la naturaleza de la Sabiduría.
La
Sabiduría viene a ser el reflejo de la Luz Divina e imagen de su Divinidad.
Ella “renueva todas las cosas” con su indetenible Creatividad.
La
seguridad, la felicidad y la paz no han de buscarse directamente, para
alcanzarlas lo que es preciso buscar es la Sabiduría.
Sal
119(118), 89.90.91.130.135.175
Este
Salmo es una súplica. El verso 135 nos da una clara idea de lo que estamos
suplicando: “Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus decretos”. Y
la petición es muy razonable, Dios nos ha dado las “directrices”, pero,
nosotros parecemos impedidos para entender el Lenguaje Divino, y esto es así
porque el Perverso ha introducido en nuestra mente unos algoritmos parásitos
que distorsionan la función “intelectiva”, son “software viral” que corrompe
los archivos.
¡Viene
una noticia fenomenal! Hay, a disposición, un anti-virus, y esta no es una
propaganda para dar un plazo corto para comprarlo, tampoco es un anuncio de
alguna empresa para lucrarse. Lo único que hay que hacer es decidirse a
instalarlo en la “entrada” del corazón. ¡Es absolutamente gratuito!
Y
-aún decimos más- no es de esas versiones de prueba que funcionan ocho días y
después, tienes que pagar para tener la versión “verdadera”. Nada de eso.
A
veces, se nos hace la propuesta de vivir el “hoy”; y eso está muy bien, está
directamente relacionado con el antivirus del que venimos hablando. Pero no
debe entenderse como una desconexión con la tradición y las experiencias,
porque si se permite esa tergiversación, perdemos nuestras raíces identitarias,
no hay que vivir atados al pasado, pero hay referentes que no se pueden soltar,
so capa de estar viviendo el “hoy”, porque ese es un subterfugio que, lo único
que hace es impedirnos saber “quiénes somos”, empezando por los elementos de la
fe, que están enclavados en fundamentos históricos (tratar de desconectarnos del pasado sería como
decir, cojan la Biblia y arránquenle el Éxodo y Hechos de los Apóstoles, y
empezando por ahí, vamos arrancando.) Tampoco podemos abandonar absolutamente
el futuro, porque hay unas pautas contenidas en las promesas que tensan el
puente del otro lado, hacia el futuro, es la revelación escatológica del Reino.
Sin enfocar hacia la “meta” tampoco hay fe sólida que se pueda construir, vivir
el “hoy” en el vacío, es como decir, vivamos flotando en la nada: ¡ese es un
discurso nihilista!
Leamos
la perícopa del Salmo atentamente y veremos claras señales de historicidad para
la fe. Enclaves sin los cuales ser católico, es nada. Vivir sólo el hoy, es un argumento del
Maligno que debemos desenmascarar. Es un facilismo a-histórico, que suena muy
atractivo a los apáticos. Argumento muy emparentado con aquel otro tan amado
por los politiqueros: No hay que aprender nada de memoria. La memoria es
“inútil, ¡que muera la memoria! Es que no quieren que nos acordemos de nada
porque en el espejo de la historia se pueden leer las vergüenzas de sus
fechorías.
Lc
17, 20-25
Digamos no, al inmediatismo
Las
señales pintorescas y espectaculares que anuncian el advenimiento del Reino no
serán tales. No nos dejemos seducir por las fantasías que quieren verlo llegar
en el maremoto, en el tsunami, en el estallido del volcán, o en unos juegos
pirotécnicos soñados. Muchos conectarán sus mega-parlantes y dirán con
estruendo que se acerca por el medio oriente o por Europa Oriental y extenderán
en los escritorios los mapas que luego -caída la tarde- con alarmismo,
analizarán en el noticiero.
Por eso es de gran valor la advertencia que nos entrega Jesús: No se dejen deslumbrar, no se dejen manipular, siempre ha pasado que el destello de los flashes encandelilla. Como los reflectores de la “espectacularidad. En el Evangelio, Lucas usa la palabra παρατήρησις [paratéresis] que significa algo como una alarma-piloto que anuncia un estado de emergencia, y que uno mira fijamente, para observar inmediatamente se active, que el proceso ha empezado, y ser el primero en saberlo. Este verbo griego, sólo es usado por Lucas en este versículo (17, 20).
Ya
se cumplió la condición: Primero tenía que sufrir mucho y fue rechazado por
aquella generación. El punto está, en que sigue siendo rechazado, que nuestra
generación sigue siendo “refractaria” al Mensaje, y lo seguimos crucificando,
crucificando a sus “pequeños”.
No
se tiene que estar ahí, pendiente del momento. La manera como creemos se debe
actuar es, ser coherente con la “Verdad” revelada, y procurar estar siempre
obedientes, siempre disponibles a la Voz del Amado.
No
vivamos pegados, siempre al borde del infarto, aguardando la llegada del fin
-con la secretísima ilusión de que este final nunca llegará- pero manejando la
creencia de que, nuestra misión está especificada en conducir hacia la
salvación por mecanismos de pánico. ¡Se echará de ver enseguida que esa clase
de fe no es “religión, sino “terrorismo”!
Cuando
sea el momento del Reino, su resplandor llenará el Cielo de un extremo al otro,
y no habrá ninguna duda. Pero, y esto es algo digno de repetir una y mil veces,
siguiendo el ejemplo de Jesús, vivamos como Él, procurando llevar el bien, a
cada paso, y obrar acciones Misericordiosas, como Él nos enseñó.
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