Neh
8, 1-4a. 5-6. 7b-12
Ante
todo, tenemos hoy, la Palabra, la Palabra como eje del pueblo, el Pueblo la
escucha, y muchos datos históricos aparecen, muy inspiradores para todos
nosotros, son esos elementos los que vivifican la Palabra entre nosotros, la
hacen actual y actuante, nos muestran como permanece joven, Vital, Valida y
Valiosa.
Tomemos
un solo aspecto, estaba el escriba Esdras, que proclamaba la palabra, a su
derecha seis representantes de la comunidad y a la izquierda otros seis
(hombres prominentes), mientras Esdras proclamaba, los levitas explicaban la
Ley, leían el Libro, lo traducían y lo iban explicando para que se entendiera
la lectura. Observemos esta función pedagógica que desempeñaban los levitas.
De
ahí podemos pasar a otro aspecto: fue el pueblo el que pidió que se trajera la
Ley para leerla, y todos estaban congregados הָעָם֙ כְּאִ֣ישׁ אֶחָ֔ד [ja-am keis iejad] “como un
solo hombre”, “todos los presentes en perfecta sintonía” ¿qué significa? Con
disponibilidad para ponerse en comunión, para dejar que la Palabra se arraigara
en ellos. Con apertura para “escuchar”. Esta es la significación de la palabra
“comunión” “todos los presentes en perfecta sintonía”, sintonía ¿con Quién?,
¿sintonía de unos con otros? ¡no!, porque en tal caso se habrían instruido unos
a otros, sin necesitar la mediación levítica- esta Sintonía es con יְהוָ֖ה [Yah-weh] "El Señor”.
¿Esto tendrá algo que ver con el lugar donde estaban
congregados? ¡sabemos que estaban en la plazoleta que quedaba ante la שַֽׁעַר־הַמָּ֑יִם [sa-ar hamayim] “Puerta
del Agua”, al sud-este del Templo, esta agua que era llevada allí se usaba para
las ceremonias de Purificación, es muy interesante que allí se impartía
Justicia y que la gente Juraba en ese lugar, poniendo como “testigo” del
juramento el Agua, (de alguna manera, la “pileta” en al Atrio del Templo, evoca
esta Puerta del Agua. Esta agua entraña un significado Absolutorio, y calma la
sed -como lo hace la Palabra- el agua la sed física, la Palabra la Sed
espiritual, la sed de Dios.
Normalmente sólo se reunían los hombres, es muy interesante
que en esta oportunidad se haya congregado también a las mujeres y los niños que
ya tuvieran uso de razón.
En el verso 4 encontramos una palabra interesante מִגְדָּל [migdal] que en muchas versiones lo tenemos como “púlpito”, es como
una especie de torre-escenario, al que le viene muy bien la idea de “pulpito”,
especialmente por la función que cumple en este relato: para leer y explicar la
Palabra.
Ahora, quisiéramos señalar una serie de acciones-respuesta
que tuvo el pueblo allí congregado: a) se pusieron de pie al desenrollar el rollo;
b) cuando Esdras pronunció la bendición, respondieron “Amén, amén”, levantando
las manos, c) adoraron al Señor, rostro en tierra, d) la gente lloraba, e) el
pueblo se fue y comió, bebió וּשְׁת֣וּ מַֽמְתַקִּ֗ים
וְשִׁלְח֤וּ [wesilja manout le-an] y “les compartieron a quienes no tenían nada”. וּשְׁת֣וּ [wesilja] es “organizar un paquete”, “mandar una encomienda”, “disponer un
avío”, “llevarles el portacomidas”. Estas acciones representan una liturgia,
como se ve, no son ritos, son respuestas, brotadas en el marco de la situación
de la Asamblea que escucha con toda el alma la Palabra.
Sal
19(18), 8. 9. 10. 11
Hay
dos enfoques polares para mirar la Ley: se puede ver como una carga pesada que
se pone para alienar a la persona, o como un plano de orientación para moverse
por la vida. Este Salmo, pone en paralelo dos legislaciones: la que rige el
mundo de la física y la que trata de dar pistas al ser humano para ir por una vía
a Salvo. El ser humano, permeado por una ideología de la desconfianza, no puede
suponer que su Padre quiera colaborarle para que viva su mejor vida posible. La
ideología de la desconfianza, ha sido una de las tareas que la cultura de la
muerte se ha impuesto como misión fundamental.
Parece
que este tipo de ideologías no se puede levantar en el vacío, así que se ha
inoculado un virus paralelo, el rencor, el odio, el resentimiento. El teorema
fundamental que soporta todo el sistema es el siguiente: ¡Todo hombre, no es
otra cosa que un Judas Iscariote en potencia, y sólo hay que esperar que
reviente!
Este
salmo es un poema que nos revela el verdadero valor de la Ley: Así como las
leyes de la física -cuyo autor es Dios- han sostenido el Cosmos por los siglos,
así las Leyes dadas para la convivencia armónica y pacífica de los hombres, nos
conducirá al palatino crecimiento del Reino hasta desembocar en la Nueva Jerusalén.
Lo
primero que declara es la perfección de la Ley Divina. Y Dios no tiene una “traición”
por ahí almacenada, para sorprendernos con su “destructividad” como la de un
creador aburrido con el juguete de su propia invención.
La
normatividad Divina no quiere conducirnos por un fragoroso Calvario salpicado
de llantos y dolores; ¡no! Esa legislación es para llevarnos de dicha en gozo,
de alegría a felicitad. Así que, no tenemos que vivir pegados al techo con el
Miedo de un dios-terrorista; porque Dios es Verdad-y-Justicia.
Estas
Tablas de la Ley ya han sufrido “control de calidad” y se ha probado -sin
ningún lugar a duda- que son más finas que el oro y más dulces que la miel más
sabrosa.
¿Por
qué ha tenido tanto éxito la ideología de las piedras entre los zapatos? Porque
nosotros hemos puesto nuestro mejor esfuerzo en propagandear una supuesta
divinidad sádica, de la que no se puede esperar otra cosa que amargura y dolor.
Sólida contribución a los pintores que adoran pintar paisajes oscuros, sombríos,
tenebrosos.
¡Un
dios así, no es recto!
Lc
10, 1-12
Cuando
Jesús nos previene que la cosecha habrá que irla a segar en un terreno poblado
por lobos (no nos está diciendo que mayoritariamente son lobos). Muchos quieren
que miremos en la dirección de los malos, y muchos de esos muchos quieren que
precisamente miremos e identifiquemos como malos, precisamente, en dirección a
sus “pequeños”. Resulta que no, los lobos son los que trabajan “arduamente” diciendo
que Jesús estaba loco, que andaba por ahí convenciendo gente para que se le
unieran y fueran a cosechar a un campo estéril, poblado de “inútiles”, “tontos
de capirote”, “gente doble y traicionera”, sólo serpientes de las más
peligrosas”.
Jesús
nos proponía llevarles la paz, pero estos “lobos” que andan mimetizados por
ahí, nos incitan para adelantar compañas bélicas, y nos proponen -a manera de
kerigma- decir que no hay de otra, que la violencia es necesaria, que nuestra
única salvación consiste en golpear cuanto antes, antes de que “ellos” alcancen
a jadear. Jesús contaba con la hospitalidad, pero “no sabía” (si lo sabía, Él
todo lo sabe, y sabe que a pesar de que en aquel entonces el costo del
armamento venía del arca de los “beligerantes”, hoy es el propio pueblo el que
paga las guerras con sus “impuestos”) que el armamentismo era tan costoso, y
que no iba a quedar ni un peso suelto para que “los obreros de la mies” se
pudieran sustentar.
Así
que hoy hay muchos operarios, sentados a la vera del camino, sacudiéndose un “polvo
imaginario” de los pies, porque ni siquiera se atrevieron a poner un pie
afuera; los “lobos” los habían desalentado antes de salir a echar la red, antes
de dar el primer paso.
Y,
sin embargo, ¡Gloria a Dios! Hay tantos que siguen proclamando que el Reino de
Dios ha llegado hasta nosotros.
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