jueves, 13 de julio de 2023

Jueves de la Décimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario


 

Gn 44, 18-21. 23b-29; 45, 1-5

Vemos que la perícopa está estructurada con dos fragmentos tomados del capítulo 44 y un tercer fragmento proveniente del capítulo 45.

 

En primer término, le informan que tienen su padre y un hermano menor, que le nació en la vejez. Y José les había exigido que trajeran a su hermano menor, que quería conocerlo. Sin embargo, Isaac, no lo deja ir; se lee entre líneas el temor de que, al enviarlo a Egipto, lo pierda y ya nunca lo vuelva a ver. Cuando le relatan esta reacción de su papá, José ya no resiste más y se les manifiesta, diciéndoles que pueden abandonar todo cuidado y toda prevención puesto que haberlo vendido fue disposición de Dios para que todos ellos pudieran preservar sus vidas.

 

Aquí hay un valor ejemplar en José, cómo se ha sacudido toda clase de rencor, y en cambio, se ha dejado cobijar por el manto del perdón. Otro atributo importante que Dios le ha regalado a José, es la capacidad para entenderlo todo como Lenguaje de Dios, José sabe leer toda la realidad desde la perspectiva Providente del Señor.  Ve que las cosas que han sucedido, el Señor las había dispuesto, desde tiempo remotamente anterior, para el beneficio de su clan Isaánico. No sólo le ha descubierto Dios el significado de los sueños, sino que sabe entender la realidad en su conjunto, como Voluntad Celestial. Podemos hablar de una fe en acción que tiene inteligencia, perdón y bondad. ¡Y sabe confíar!

 

Sal 105(104), 16-17. 18-19. 20-21

El salmo se remite específicamente a José. Denota que Dios desató la hambruna, pero ya había previsto como neutralizarla a través de la intervención de José.

 

Señala también que sufrió los grilletes carcelarios hasta que Dios lo adornó con el destacado sentido que le afamó, hasta llevarlo a ser el segundo en Egipto, después de Faraón. Interpretar sueños.

 

Y llegó a ser administrador de todos los bienes faraónicos y a estar al frente de todas las posesiones del rey egipcio.

 

Este salmo cae en la categoría de los Salmos de Alianza; el salmo en su totalidad pasa revista a los hitos de la historia del pueblo de Israel, señalando -por parte de Dios- su total Fidelidad.

 

El salmo en realidad nos está convocando para tener un corazón agradecido, porque Dios no pactó con nosotros en vano, y a pesar de nuestra desobediencia tan díscola, Él se mantiene en la Palabra empeñada.

 

Que la consciencia de nuestros corazones agradecidos, sea abonada por tantos prodigios y grandezas como -a través de los tiempos- Dios ha hecho para beneficio nuestro. Dios nos ha elegido para recibir su Unción y su Unción es nuestra defensa, nuestro escudo.

 

Mt 10-7-15



La palabra Paz llenara nuestro corazón como derrotero señalado por el Señor para nuestras vidas. Pero, todos los que se niegan a acoger estas Enseñanzas serán llevados ante el Tribunal Divino, su destino será más deplorable que el de Sodoma y Gomorra. Ese triste destino no nos deje llenar el alma de inquina. Seríamos fariseos, se nos volvería un tumor en el órgano de la predicación

 

Hemos tomado aquí un curso de discipulado, sabemos que hemos de anunciar, cuál es el Mensaje que Jesús nos manda diseminar. Hemos sido iluminados con una directriz inconfundible, que no debemos -por ninguna razón- desfigurar: arar senderos de justicia, llenando los surcos con semillas de Justicia, para recoger en la siega los frutos de la paz. Ya lo dice la sabiduría popular, quien siembra vientos recogerá tempestades.

 

Agucemos nuestro corazón para que no nos engañen. No vayamos a sucumbir y desemboquemos en la traición al Reino. Repasemos las cartas de identidad de nuestra tarea:

a)    Vayan proclamen que el Reino de Dios ha llegado.

b)    Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, arrojen demonios

c)    Gratis lo hemos recibido, gratis hemos de darlo.

d)    No atesoremos so pretexto de estar ahorrando para la Misión.

e)    No nos sobrecarguemos de alforjas que nos incomoden el paso, no es necesario llevar “tantas maletas”. Vayamos “ligeros de equipaje”. Mucho menos llevar “bastón”, todo bastón es garrote incipiente, ya en su inmanencia denota arma, significa agresión, imposición.

f)     A cualquier lugar que lleguemos dirijámonos donde “gente de fiar”; pero en esta búsqueda, discernamos con criterios cristianos, no con los esquemas mercantiles buscando el prestigio de los opulentos, que la evangelización no es cosa de lujos ni meretricio.

 

Y, seamos realistas: habrá rechazo, habrá desprecio, habrá hostilidad, habrá persecución; hemos de tener, un corazón como el de José, que no esté atrapado en las redes del desquite, sino que esté siempre alegre, siempre acogedor, siempre esperanzado, capaz de empatizar, de compadecerse.

 

Católicos implica rechazo al sectarismo, siempre acogedores, siempre con los brazos abiertos, así como está Jesús en la Cruz.

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