Hch 16, 1-10
“El que siente adoración por Dios”, este es el significado
del nombre (de raíces griegas) Timoteo, este nuevo personaje hace su aparición,
aquí, en el capítulo 16. Era hijo de un matrimonio mixto, de padre griego, y
madre judía; de acuerdo a la tradición judía, el hijo de un matrimonio mixto
debía ser educado en la tradición de la mamá. Nótese que, a pesar de todo,
Pablo tiene una deferencia con los judíos de la región de Listra, y hace
circuncidar a Timoteo. Luego, la perícopa nos informa que por donde iban
pasando iban, además, comunicando lo que el Concilio de Jerusalén había
decidido, se divulgaban sus “decretos”. Las
Iglesias crecían y se robustecían en la fe.
Viene ahora, un detalle especial: el Espíritu Santo les
impide predicar en Asia. Los lleva directamente a Europa. ¡Ojo! El Evangelio
entra en Europa. ¿Cómo? Por la visión que tuvo Pablo en Troade, se trata de un
Macedonio que se le apareció de pie y le rogó llegarse a Macedonia.
Se ha de resaltar siempre la disponibilidad de los
Apóstoles para seguir, no sus propios impulsos sino las mociones del Espíritu
Santo. Por raro, curioso e inexplicable que sea, lo que les pide, ellos lo
asumen. Una de las máximas enseñanzas que podemos sacar de la lectura de los
Hechos de los Apóstoles.
Sal 100(99), 1-2. 3. 5
Salmo del ritual de la Alianza. Está muy en la línea de lo
que nos está narrando Hechos, de la catolicidad, de la apremiante necesidad de
llevar la Buena Noticia hasta los confines del orbe. Para la perícopa a proclamar se tomó casi todo el salmo,
sólo se exceptuó el verso 4.
La primera palabra del
salmo es ר֫וּעַ [ruá] que se ha traducido por “Aclamad”, con exactitud
quiere decir “armen un ruidaraje ensordecedor”, “revienten los oídos de la
gente”. Y llama a todo el mundo, sin discriminación, sin excepciones. Ese ruidaraje
no se arma para hacer alarde de lo escandalosos que somos, sino para
externalizar la alegría rebosante. Al presentarnos delante de Él, llamémoslo
“Victorioso”, digámosle, gritemosle: ¡Eres el Vencedor!
Declaramos que el Señor es
Dios en Persona, que Él es nuestro Creador, que Él es nuestro Dueño, que
nosotros somos “ovejas de su rebaño”, porque Él es nuestro Pastor: ¡Pastor
Hermoso!
La tercera estrofa resalta
tres cualidades que Dios nos ha dado a conocer:
a)
Es
Bueno
b)
Su
Misericordia es eterna
c)
Igual que
lo es su Fidelidad, que dura por siempre.
Hay una alusión tácita:
Cada Eucaristía es el cumplimiento de esta Liturgia, querida y mandada.
Jn 15, 18-21
Se nos recomienda tener cuidado con la palabra “mundo” en
el Evangelio joánico porque cobra distintos significados. Por ejemplo, en este
contexto de hoy, significa todo lo que rechaza y persigue la fe cristiana y a
la vez, todo lo que nos aparta o nos puede llegar a alejar de nuestro Credo y
de nuestra firmeza en Él. Es, por así decirlo, el “enemigo total”. Es el poder del Mal. Hemos de notar
que, si Él fue perseguido, también sus discípulos lo serán, así como es
perseguido todo su Mensaje.
Esta persecución tiene su
razón de ser en el desconocimiento del Padre. Si alguien supiera que Jesús es
Sacramento del Padre, se le respetaría y se le amaría, pero no sólo nuestros
sentidos están embotados, sino que, además, el Malo narcotiza nuestra espiritualidad
para impedirnos reconocerlo.
Si quisiéramos desertar,
bastaría con engancharnos del mundo, entregarnos a lo que él nos pide, nos
sugiere, y automáticamente el mundo nos aceptaría -se ve todos los días-, es
más nos prodigaría todo su amor-veneno que mata al son del griterío, aplausos,
escandalo y risotadas ramplonas.
Por el contrario, si
queremos mantenernos fieles a Jesús, tendremos que “guardar su Palabra”. Si
nosotros guardamos “la Palabra” quienes reciban el Mensaje, a través de nosotros, también sabrán
guardarlo.
Hay algo que está detrás de todo esto, detrás del Amor, del odio, de la persecución, del discipulado, del anuncio de la Palabra, de la construcción de Comunidad: ¡El Santo Nombre de Dios!
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