miércoles, 8 de diciembre de 2021

¡Alegraté, Llena de Gracia!

 χαῖρε, κεχαριτωμένη


 

Gloriosas realidades se pregonan de ti, María, porque de ti nació “el sol de justicia”, Cristo, nuestro Dios.

Antífona de Comunión

 

1

«Dios el Padre escogió a María para que se convirtiera en Madre de su Hijo. Desde el momento en que ella fue concebida en el vientre de su madre Ana, María era libre de pecado. Esto era un don único del Señor, porque ella se convertiría en la Madre de su Hijo. Esto fue una demostración de su amor por ella, no por algo que ella hubiese hecho, sino por lo que le sucedería al plegarse a su Voluntad. Honramos a la Virgen María por el singular amor que Dios le tiene.

 


A través de la intercesión de María con Dios Padre, rogamos porque Cristo renazca nuevamente en nuestras vidas en este muy especial día de celebración.»[1]

 

2

«El carácter constructivo de la narración brilla todavía con mayor claridad al constatar que los elementos del diálogo entre el ángel Gabriel y María proceden, en su mayor parte, del antiguo Testamento. Existían ya como formas estereotipadas al uso:»[2]



«…la narración es una construcción artificial se nota cuando constatamos que los elementos del dialogo entre Gabriel y María están copiados del Antiguo Testamento. El saludo “alégrate” (v.28) esta sacado del profeta Sofonías (Cf. 3, 14). Le expresión “El Señor está contigo” es del libro de los Jueces (Cf. 6, 12), cuando un ángel se le aparece a Gedeón. “No temas” (v.30) es la frase que el ángel Gabriel le dice a Daniel al presentársele (cf. Dn 10, 12) “Nada hay imposible para Dios” (v.37) lo encontramos en Gn 18, 14 cuando un ángel le anuncia a Abraham que le nacerá un hijo… Lucas ha recopilado, así, frases importantes del Antiguo Testamento referidas todas a intervenciones de Dios en la historia, y con ellas ha tejido un relato sobre la más grande de las intervenciones divinas en la humanidad»[3]

«No puede menos de admitirse que el anuncio del nacimiento de Juan en Lucas 1, 5-20 y el anuncio del nacimiento de Jesús … obedecen rigurosamente a un esquema único:

Aparición de un ser celeste

1.    Anuncio del nacimiento de un hijo

2.    Imposición del nombre

3.    Revelación de su futuro

…. Los exegetas hablan, por esta razón, de “esquemas de anunciación”»[4]



Cuándo Ariel Álvarez Valdés analiza el “esquema de anunciación” encuentre cinco elementos «bien definidos.

1.    La aparición del mensajero celeste

2.    La turbación o el miedo del personaje

3.    El mensaje, que el enviado trae de parte de Dios

4.    Una objeción, que el personaje pone, y que servirá para que se aclare mejor el mensaje.

5.       Un signo, que el ángel da al personaje para confirmarle que viene de Dios.»[5]

Mientras Lohfink señala el ensamble de dos estructuras que se yuxtaponen: Primero, el esquema de anunciación y luego un “esquema de vocación”:

 

«Resulta, por consiguiente, claro que el conjunto de la narración de Lc 1, 26-38 se compuso a base del Antiguo Testamento. El autor no se contentó con tomar del Antiguo Testamento unas fórmulas estereotipadas (ejemplo: “Nada hay imposible para Dios”); ajustó además su narración a un esquema ya existente en el Antiguo Testamento, o, mejor dicho, se atuvo a dos esquemas veterotestamentarios combinándolos.

1)    Aparición de un ser celeste                                       Esquema

2)    Anuncio del nacimiento de un niño                           de       

3)    Imposición del nombre                                              anunciación

4)    Revelación de su futuro

5)    Dudas del hombre                                                     Esquema

6)    Aclaración que disipa las dudas                               de vocación

7)    Signo fehaciente»[6]

 

Concluye Ariel Álvarez Valdés:

«Todos recibimos, cada día, una invitación parecida a la que recibió María. Una invitación a realizar algo para que el plan de Dios se siga cumpliendo en nuestros hogares, en nuestra familia, en nuestra sociedad. Dios se introduce en la casa de cada uno, como el ángel en la de María, para pedirnos colaboración. En nuestro “si” están en juego muchas cosas. Y con nuestro “no” se frustran muchas otras… Pero falta mucho todavía para que se cumpla la obra de salvación de Dios. El mundo no está como Él lo quiere. Hay hambre, hay odio, hay injusticias, hay violencia. Sigue haciendo falta, aún, nuestro sí»[7]


 

Hermoso el total descentramiento de la Virgen que no canta sobre sí misma, sobre la historia de su maternidad, sino que ella se propone en su Himno, en la línea de los Salmos Eucarísticos (Eucarísticos porque son de Acción de Gracias), cantar -con timbre de proclamación- la “Grandeza del Señor”. Al iniciar este tipo de Salmos, se inicia con la “Acción de Gracias”, para luego proceder a relatar como Dios pone su Mano y Actúa para solventar la necesidad y socorrer el auxilio urgente. Esta relación de la intervención celestial se hace en tres fases: se menciona el tipo y la gravedad de la amenaza, luego se enuncia cómo se rogo invocando al Señor; y, en la tercera fase, con muy breves palabras se dice que Dios respondió. Se concluye el Salmo con una suerte de moraleja: Este es nuestro Dios, un Dios que atiende, escucha y cumple su Alianza, porque las alianzas de Dios no son pasajeras o episódicas, la Omnipotencia y la Fidelidad de Dios es Eterna.

En la Acción de Gracias, la Virgen anuncia su felicidad que se troca en Gratitud, en Alabanza. Luego se presenta la amenaza, el problema, el conflicto: Ella (que no es ella sóla, sino todo el pueblo de Dios, el que se sabe pueblo y el que no se da cuenta que lo es…también) que es esclava, que está sometida a humillación. Pero, de inmediato Dios se Revela -desvelando su Omnipotencia-:

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Esta es la parte profética del Magnificat, de lo cual aguardamos su realización. Luego se procede a sacar una conclusión:

Auxilia …, acordándose de Su Misericordia

–como lo había prometido a nuestros padres–

en favor de Abrahán

y su descendencia por siempre.


 

“El Magnificat es el himno que cantó la vida de María… El Dios que se ha visto a través de ella, lo contó así… cada vida cuenta a Dios a su manera …. La vida de cada uno de los que estamos aquí es un Magnificat, Y cuenta a Dios de una manera. Y no lo contamos con las palabras que decimos ,.. que a veces debajo de las palabras que decimos hay verdadero veneno -me perdonáis que sea tan duro- pero, a veces, las palabras bonitas lo aguantan todo… Lo contamos con cómo nos relacionamos, lo contamos con cómo nos sentimos enviados por Dios, que amándonos, nos enseña a amar. Lo contamos con cómo amamos, ¡Claro que sí! Nuestras vidas cuentan muchas cosas, Muchas que ni nos damos cuenta de que lo estamos contando. Cuenta lo que creemos, lo que nos mueve, lo que amamos, cuenta nuestras heridas y las huellas que nos han dejado y lo que nos hace saltar y lo que nos hace todavía encerrarnos en nosotros mismos. Pero cuenta también nuestros sueños, nuestras esperanzas, nuestros anhelos… por lo tanto una primera pregunta muy general es ¿qué estoy cantando con mi vida? O ¿qué está cantando mi vida? Ojalá nuestra vida cante la justicia extraña de los que dan a todos una oportunidad, y no la de los que todo lo miden por un mismo racero. ¿Ojalá nuestras vidas canten la fraternidad universal, todavía está reciente fratelli tutti, y ¡ ya está olvidado ¡” Nos ha dicho José María Olaizola en el Retiro de Adviento[8].


 

3

«Señor Jesús

tu Madre, la Ss. Virgen María,

Madre nuestra,

nos mostró la forma de vivir nuestra fe,

como responderte

como ser discípulos tuyos

como vivir para ser agradables.

Tu madre Señor

nos dio el ejemplo de entrega

de sumisión, de disponibilidad

y generosidad.

Ella sin entender, supo decir sí

sin ver claro lo que le pedías, dijo sí

con todo lo que implicaba decir sí, dijo sí

aunque lo que tú le pedías

le cambiaba sus planes, dijo sí

aunque eso le podría traer problemas, dijo sí.

María es la mujer del sí incondicional

la mujer de la entrega total e incondicional

María es la mujer según el corazón de Dios.

por eso Señor danos también a nosotros

la gracia para siempre responder sí,

para decirte siempre Sí, sí como María,

para decirte como María:

“Hágase en mí según tu Palabra”.

Así sea.

 


María,

María del sí

María del hágase

María del aquí estoy

María tú que te diste toda

para que Dios actuara en ti

María tú que fuiste cubierta

por el poder del Espíritu Santo

María tú que sentiste crecer

al Hijo de Dios dentro de ti

María tú que creíste en Dios

María tú que supiste decir sí

María tú que dejaste tus planes y proyectos

para hacer los de Dios.

María tú, mujer, Virgen, Madre

María tú, Madre mía

María tú, Madrecita Santa

María tú, Virgencita Santa

intercede por mí, pide por mí, ayúdame.

Ayúdanos a celebrar una santa Navidad

que cada uno sintamos

al Niño Jesús nacer en nuestro corazón

Que nos sintamos más cerca de Dios

que sea una Navidad de Dios.

que tu Hijo nazca en cada corazón

en cada hogar.

Así sea.»[9]



[1] Buckley. Mnsr. Michael ORACIONES PARA EL CATÓLICO DE HOY Ed. Planeta Colombiana Bogotá-Colombia 2002. p. 111-112

[2] Lohfink, Gerhard. AHORA ENTIENDO LA BIBLIA. CRITICA DE LAS FORMAS Ed. Paulinas Madrid España. 4ª Edición. 1977 p. 165

[3] Álvarez Valdés, Ariel. ¿QUÉ SABEMOS DE LA BIBLIA (III) Ed. Centro carismático “Minuto de Dios” Bogotá – Colombia pp. 83-84

[4] Lohfink, Gerhard. Op. Cit. p. 166

[5] Álvarez Valdés, Ariel. Op. Cit. pp. 85-86

[6] Lohfink, Gerhard. Op. Cit p.170

[7] Álvarez Valdés, Ariel. Op. Cit. p. 92

[8] Rodríguez Olaizola, José María. MARÍA, ESPEJO DE NUESTRA ESPERA.  27 de noviembre de 2021 https://youtu.be/UEDSziwTpcY    

[9] Weisesee Hetter, Jesús Antonio. Pbro. EVANGELIOS DE LA INFANCIA MATEO – LUCAS LECTIO DIVINA. Febic – Lac. Federación Bíblica Católica. Bogotá D.C. – Colombia. pp. 54-55.

1 comentario:

  1. Virgen María, tú que supiste proteger la vida de tu amadisimo hijo, ayúdanos a proteger a nuestra Familia y a cada uno de nuestros hermano. AMÉN

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