Job 7, 1-4. 6-7; Sal
146, 1-2. 3-4. 5-6; 1Cor 9, 16-19. 22-23;
Mc 1, 29-39
El que no pone toda su
preocupación en Ti,
está muy expuesto al
peligro de caer.
Tomas de Kempis
Los cínicos buscan la
oscuridad allí donde van. Siempre señalan los peligros que acechan, los motivos
impuros y los motivos ocultos. Llaman a la confianza ingenuidad; a la atención,
romanticismo, y al perdón sentimentalismo. Sonríen con desprecio ante el
entusiasmo, ridiculizan el fervor espiritual y desprecian el comportamiento carismático…
Pero al despreciar la alegría de Dios, su oscuridad provoca más oscuridad.
Henri J.M. Nouwen
Podemos
vivir sumidos y empecinados en el pesimismo,
de hecho,
al Malo parece complacerle que nos desesperemos.
Muchos
adquirimos a lo largo de la vida el horrible hábito de verla negra,
siempre negra
y cada vez más oscura.
Miles de
circunstancias pueden subsumirnos en los miasmas de la pesadumbre
y, aún
peor, podemos terminar por habituarnos a la angustia.
Qué
sarcasmo, ¡si no estamos afligidos no estamos contentos!
Ese es el
retrato de Job bajo su circunstancia nefasta,
es cierto
que la está pasando mal, es cierto que le han llovido aflicciones por doquiera,
es cierto
que el Ángel Acusador lo tiene a prueba
pero eso
no es pretexto para
caer en el
desasosiego.
Pero él se
refocila y se revuelca y se retuerce en su tristeza.
En vez de
alzar la cabeza, la clava y se auto-entierra.
En vez de
apuntar hacia la cima, él se zambulle en la tumba.
Se
desmoraliza porque por el momento –solo confía en sus propias energías.
Es el
pesimismo de la naturaleza humana caída. ¡Glosa nuestra situación de pecadores!
El
Salmista –por su parte- está más elevado en su ascesis,
Sabe que
no está solo
muchísimo menos
se considera abandonado
él sabe
que cuenta con su Go-El
que pagará el rescate
sabe bien que el Señor sana
los corazones destrozados.
Busca en
la música –porque ella es buena- alabanza armoniosa.
Sabe que
atravesando la densa niebla, al salir al otro lado, estará Jerusalén reconstruida
y
las tribus
–otrora en diáspora- mañana otra vez reagrupadas.
Con
renovadora esperanza descubre que Dios hunde en el polvo a los malvados,
pero en
cambio,
sostiene a los humildes.
En la
Segunda lectura, la liturgia nos muestra alguien más arriba en la escalera ascética,
¡se trata
de San Pablo!
Él encuentra sentido a su existencia
Porque ha recibido una Misión.
Misión tan
noble, que su paga es efectuarla.
No Cumple
la Misión para recibir otra cosa que anhela, la cumple porque cumplirla
ya es meta,
también premio y paga.
Reo sería
de la muerte eterna –que es la Sinrazón- si no anunciara.
Luego ser
proclamador de la Noticia Feliz del Evangelio
Derrota por entero
El sinsabor
de ver pasar los días en la infinita monotonía del sinsentido.
Avancemos
ahora, al grado más alto, el de nuestro Paradigma:
Pongamos
en elenco, una tras otra, las acciones del Maestro:
(La Voz
que anima nos llamará –siempre- a la cumbre de las águilas).
Sale de la
Sinagoga, (donde fue a escuchar a su Padre),
Y va (no
solo, sino junto a Santiago Y Juan) a casa de Simón y Andrés,
Encuentra
a la suegra de Simón víctima de la fiebre
¡Él la
sana!
Le da la
mano y la levanta, le re-incorpora,
La asocia
a la unidad de los que obran según la Voluntad de Dios:
SERVIR.
Ahí está
la palabra gorda y resonante de este Domingo: SERVIR [διακονέω].
Quien
sirve a su prójimo está libre de desdicha,
Llena el
vacío,
Encuentra razones de
vivir,
Escucha a Dios
Se
dedica a alabarlo.
En
seguida, el desierto es derrotado, invadido ahora de jardines floridos,
paradisiacos.
Poblados
ahora de voces celestiales que cantan la alabanza del Señor,
deja de
ser desierto ahora es habitado, antes era sinónimo de muerte ahora es Vida
Con mayúscula.
¿Se detuvo
ahí Jesús? No, por el contrario
Sanó a
muchos, aquella misma tarde le llevaron “todos” los enfermos y endemoniados,
Y el
evangelio dice que los sano a “todos”, los sanados fueron multitud [πολύς].
A los
demonios los sometía al silencio.
Esto no
era cosa de un día, y al día siguiente, día de asueto;
Por el
contrario,
Madruga muchísimo, cuando aún no clareaba,
en un
lugar apartado, otra vez dialoga con su Padre.
Fueron los
discípulos a notificarle que todos lo buscaban,
y
Él,
aprovecha para
ampliar el círculo de acción de su servicio:
a las aldeas cercanas.
Según el relato
no ha hablado nada, ha predicado, sólo con sus “hechos”,
Y San Marcos
insiste, que la propuesta es ir a las aldeas cercanas
“para
predicar también allí”. Es decir, para seguir sanando
y reduciendo
los demonios al silencio.
No cesa de
predicar: recorre toda la Galilea. ¡Tierra de humildes!
¡Y sirve
por doquiera!
El Hijo de Dios libera y sana para que podamos
servir
Y sirviendo
lograr felicidad.
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