Jon 3,1-5.10; Sal 24,
4-5ab. 6-7bc. 8-9; 1Cor 7, 29-31; Mc 1, 14-20
«Creed en esta Buena Noticia». Tomadla en serio. Despertad de
la indiferencia. Movilizad vuestras energías. Creed que es posible humanizar el
mundo. Creed en la fuerza liberadora del Evangelio. Creed que es posible la
transformación. Introducid en el mundo la confianza.
José Antonio Pagola
En español
tenemos la palabra “esquema”
Hija
directa de una palabra griega (que suena más o menos igual);
esa
palabra la traducimos por “forma”,
también
decimos “figura”, “aspecto exterior”
o
“apariencia”.
Se
presenta esta palabra en la Primera Carta a los Corintios,
(en la
Segunda Lectura),
y la
encontramos entendida como “representación”
de
este mundo
-refiriéndose
a su “ser como lo vemos”-
porque esa
apariencia –dice San Pablo- ya termina.
Sobrevendrá
una metamorfosis:
La forma
provisional dará paso a la definitiva.
Urge,
porque el tiempo que le resta a lo efímero,
se
acorta a marcha veloz.
Se
requiere, pues, cambiar el modo de vivir,
vivir lo
contrario de como venimos viviendo
obrar de
una manera sorprendente
tal que
seamos al revés de lo que somos por ahora.
En otras
palabras, “convertirnos”.
A Jonás
–en la Primera Lectura- se le apremia
cumplir la
tarea de ser profeta –valga decir- predicar el mensaje que Dios le da,
prestar
sus labios y sus fuerzas al anuncio.
Jesús, en
cambio, asume de suyo la labor
y
se da a proclamar.
¡A Él no
hay que pedirle ni mandarle, es su Razón de Vida!
Revelar el
Evangelio de Dios.
Que
delicia que allí en San Marcos se nos presenta
lo que
Jesús entrega como “Buena Noticia”:
Ante todo,
que “se ha cumplido el plazo”, no es para mañana
¡es ya!
(directamente
emparentado con lo que hemos visto en Primera de Corintios)
que “está cerca
el Reinado de Dios”,
luego –en
tercer lugar- nos llama a convertirnos,
y para
cerrar esa Buena Nueva,
-el cuarto
elemento-
creer
esa Noticia.
Lo que
deslumbra, de salida, es la señal de partida:
No lo
podemos postergar,
hay que asumirlo,
darnos
cuenta que “la hora es llegada”.
El tiempo
oportuno está aquí: llegó el kairos
¡El fruto
está maduro!
¡Es la hora
del Reino!
Es la hora
de la Plenitud
Y que la
oportunidad está dada
Esa
es la Buena Nueva.
La hora
feliz, la ocasión de la chisga, la oportunidad muy favorable.
¿La dejaremos
pasar?
Para
beneficiarnos de ella
necesitamos
tener en la mirada la Luz de Cristo.
Vamos
–juntando nuestro clamor al del Salmista-
para
implorarle a Dios tres cosas:
Señor
enséñame tus caminos,
instrúyenos
en tus sendas,
haznos
caminar con lealtad.
Esa
lealtad cosiste en proclamar,
en
anunciar la Noticia magnífica,
¡Tu
Noticia Señor!
Que sin
desfallecer,
-por ninguna razón-
desistamos
de promulgar que
la
Noticia es que Tú eres la verdadera felicidad,
el Feliz Término
la Paz Completa.
¡La
verdadera!
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