Is 56,1.6-7; Sal 67(66), 2-3. 5-6.
8; Rm 11,13-15.29-32; Mt 15,21-28
Es constante en la
Iglesia la tentación de “confiscar” al señor, sustrayéndolo a las expectativas
de quienes lo desean.
Silvano Fausti
Ayúdame a entregarme
a ti,
también cuando das a
mis preguntas
una respuesta que me
incomoda.
Averardo Dino
Ruta hacía la inclusión
El
integrismo se podría explicar como una forma exacerbada de la ortodoxia
caracterizada por la radicalización de
un conservadurismo para lo cual se reniega
completamente de la diferenciación entre la esfera religiosa y la dimensión política
y entre lo laico y la clerical. Así la ley civil y la Constitución serían idénticamente
iguales a la Constitución que define un estado.
Entonces no habrían democracias sino referencia a los textos
fundamentales, y hemos desembocado en el fundamentalismo.
Esta
fue la tendencia que predominó después del exilio israelita en Babilonia. Se
habría depurado el monoteísmo combatiendo los residuos idolatras eliminando expresiones
y tendencias politeístas y poniendo por escrito por ejemplo, la exigencia del descanso
sabático, la circuncisión y las leyes de pureza ritual a lo cual aportaron los
Sacerdotes que experimentaron este exilio como una especie de reedición del
Éxodo por el desierto; también los Deuteronomistas quienes leyeron el exilio
como un castigo por la infidelidad a la Alianza pactada con Dios y aportaron a
la Biblia los Libros que van del Libro de Josué hasta el segundo de Reyes; y
los Profetas entre los que vamos a mencionar a Jeremías (quien anunció de una
manera muy clara que Dios castigaría las infidelidades del pueblo por medio de
Babilonia y en particular por medio de Nabucodonosor) y Ezequiel.
Después del año 537 aC. o sea al regreso del exilio, se escribió el
Trito-Isaías, que abarca los capítulos 56 – 66 del Libro de Isaías. Se trata de
un trabajo realizado por diversos autores, que algunos identifican con
discípulos del Deutero-Isaías. La obra puede verse como muy inferior en su
calidad literaria, y parece reflejar el pensamiento de los campesinos (ver a
este respecto especialmente Is 58, 1-12) que encontraron allí, en la región y
que durante el exilio habían estado cultivando las tierras de Israel, como
sucede también con el Libro de Rut.
Al regresar y con suma prontitud, como una medida para preservar el monoteísmo
y guardarse frente a tendencias idolátricas, se fue coagulando una actitud de
cierre y exclusión. Una actitud integrista. «Su estilo es más modesto, repetitivo…
No obstante el clima bastante cerrado e integrista que se instaurará muy pronto
entre los repatriados de Jerusalén, el profeta se revela particularmente
abierto y “ecuménico”»[1]
Este ecumenismo כִּ֣י בֵיתִ֔י
בֵּית־תְּפִלָּ֥ה יִקָּרֵ֖א לְכָל־הָעַמִּֽים׃ “será llamada Casa de Oración para
todos los pueblos”, que aquí brilla con luces antitéticas frente a la clausura
y la exclusión que distinguen al integrismo, resulta ser la columna Vertebral
de la liturgia de este Domingo XX del tiempo ordinario - ciclo A.
La Primera Lectura parte de un oráculo: Hay dos cosas que están a punto
de llegar. La Salvación y la Justicia (Divina). Así como Juan el bautista
anunciaba la venida del Salvador proponiendo unos “requisitos” previos a esa
venida, en la misma medida el oráculo está precedido de ciertas condiciones
para que la “venida” se haga posible, a saber:
שִׁמְר֥וּ מִשְׁפָּ֖ט וַעֲשׂ֣וּ צְדָקָ֑ה כִּֽי־קְרֹובָ֤ה
יְשֽׁוּעָתִי֙ לָבֹ֔וא וְצִדְקָתִ֖י לְהִגָּלֹֽות׃
a)
Practicar la Justicia
b)
Velar por “los derechos de los demás”. Los dos
requisitos suenan como en mutua explicación: lo uno es lo otro y la segundo
define a lo primero. “La Rectitud” que se pide es como pedir la exacta y pulcra
aplicación de la Justicia.
צְדָקָ֑ה [Sedaqah] צְדָקָ֑ה [mishpat] y se inter-compenetran en
reciproca explicación. ¿Quién lo ha mandado? Es el propio יְהוָ֔ה
YHWH quien lo ordena.
Llevar su Gloria más allá de cualquier frontera
Ayúdame a esconderme
en ti,
de tal manera que
los demás, encontrándome a mí,
te vean a ti.
Averardo Dini
Hay otra clase de disciplina que retrata para Dios la
fidelidad de su criatura, distinta a las exigencias del judaísmo tradicional.
Las verdaderas pautas que nos dan identidad de fe son mencionadas aquí por el
trito-Isaías:
a) Adherirse al Señor para
servirlo
b) Amarlo
c) Darle culto
d) Guardar el Sábado sin
profanarlo
e) Ser fieles a בְּרִית
la Alianza, pero no a
cualquier alianza, sino a la que YHWH pactó con nosotros, que aquí se llama בִּבְרִיתִֽי “de Mi Alianza”.
El Salmo responsorial pertenece junto con el Salmo 143 a las “peticiones
de bendición”, como se puede colegir del primer versículo (que no se lee en la
liturgia) y que dice: “Que el Señor tenga compasión y nos bendiga…”
Cuál es el propósito de practicar la Justicia, nosotros –anticipando lo
que nos enseñó Jesús, sabemos que por esa vía se construye el Reino, se
pavimenta su Segunda Venida- pero siguiendo el derrotero que nos muestra el
Salmo 67(66), 2-3. 5-6. 8 vemos que, girando sobre el eje ecumenista, se
enrolla el mensaje de actuar como testigos-mensajeros –hoy, después de
Aparecida diríamos Discípulos y Misioneros para que nuestros pueblos tengan vida
en Él- anunciarlo desde nuestra propia vida, no sólo con acciones cultuales
sino especialmente con gestos misericordiosos que trasparenten la Bondad de
Dios. Para que “conozca la tierra su Bondad y su obra salvadora” Sal 67(66), 3.
Y se retoma de inmediato la imagen de Dios como Ser-Justicia, Dios-de-la-Equidad.
Hay una labor de difusión que se nos encarga: a) que alaben al Señor
todos los pueblos, b) todos juntos, c) que le rinda honor el mundo entero, d)
que las naciones llenas de júbilo le canten. Para ese reconocimiento de Dios se
tiene que dar una causal, esta es nuestra manera de transparentarlo, de
reflejar en nuestro ser cotidiano, en nuestras acciones más sencillas, el
rostro de Dios y sus Ojos que nos miran con Bondad.
«…te juzgan a Ti según lo que ven en mí, por absurdo que parezca; y por
eso lo único que te pido es que me bendigas a mí para que la gente a mi
alrededor piense bien de ti… Si yo fuera un ermitaño en una cueva, podrías
hacerme a un lado; pero soy un cristiano en medio de una sociedad de hecho
pagana. Soy tu representante, tu embajador aquí abajo. Llevo tu nombre y estoy
en tu lugar. Tu reputación por lo que a esta gente se refiere, depende de mí. Eso
me da derecho a pedir con urgencia, ya que no con mérito alguno, que bendigas
mi vida y dirijas mi conducta frente a todos éstos que quieren juzgarte a Ti
por lo que ven en mí, y Tu Santidad por mi virtud.
Bendíceme Señor, bendice a tu pueblo, bendice a tu Iglesia; danos a
todos los que invocamos Tu Nombre una cosecha abundante de santidad profunda y
servicio generoso, para que todos puedan ver nuestras obras y te alaben por
ellas….”Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben”»[2]
“Dios dispone todas las
cosas para el bien de los que lo aman” Rm 8, 28
Οἴδαμεν δὲ ὅτι τοῖς ἀγαπῶσιν τὸν Θεὸν πάντα συνεργεῖ εἰς ἀγαθόν
Leemos en El medio divino de Teilhard de Chardin: «… la suerte común de
toda energía creada; captados, violentados por vuestra irresistible energía,
tentaciones y males, se convierten en bienes y avivan las brasa del amor.
Sé también que, consideradas en el vacío que produce su defección, en
el seno del Cuerpo Místico, los espíritus caídos, no podrían alterar la
perfección del Pleroma. Por cada alma que se pierda, a pesar de las llamadas de
la gracia, y que debería estropear la perfección de la Unión común, oponéis,
Dios mío, una de estas refundiciones que
en todo instante restauran el Universo y le confieren nuevo frescor y pureza
renovada. El condenado no queda excluido del Pleroma, sino de su faz luminosa y
de beatificación. Él lo pierde, pero él no se pierde para el Pleroma[3].
El infierno, pues, con su existencia, no destruye en nada ni en nada
estropea el Medio divino, cuyos progresos, Señor, he seguido en tornos a mí con
entusiasmo. Siento, si, que realiza
además algo grande y nuevo. Añade un acento, una gravedad, un relieve, una
profundidad que de no existir el infierno tampoco existirían. La cima no se
aprecia bien si no es considerando el abismo que ella corona.»[4]
Alcanzamos a entrever una poderosa analogía con la
lectura que nos ofrece la perícopa de la Carta a los Romanos. Dios se da para
los Israelitas, pero estos no lo acogen, más bien lo desprecian y lo matan.
Pero esto no es para pérdida, viene los paganos y lo acogen y de entre esos
paganos salen grandes devotos, fieles a toda prueba; ahora que ha surgido la fe
entre los que no fueron llamados, está pendiente el momento en que los “originalmente
convocados” reaccionen y no sean más Adanes y Evas desobedientes sino que
reciban el beneficio de la Misericordia que es –según el decir de la Epístola- ἀμεταμέλητα “irrevocable”, palabra
griega implica que no tiene vuelta atrás, que no se ha de arrepentir, que no va
a cambiar de idea, o sea que su aparente imperfección no hace mella en su
Pleroma (Perfecta-plenitud).
La fe abate compuertas
La perícopa evangélica
nos trae el episodio de la mujer Siro-fenicia. A quien Jesús, en un primer momento
ni siquiera le dirige la palabra y, sólo en segunda instancia alude a ella con
expresión escandalosamente despectiva, al tratarla de “perro”.
En todo el episodio encontramos un rastro de “integrismo” manifiesto en
el eje comportamental de Jesús. ¿Por qué Jesús actúa así? ¿Por qué le contesta
a la mujer Χαναναία “cananita” con “dos piedras en la mano? ¿Por qué la
negativa a concederle lo que tan humildemente le pedía?
Además, hay un momento en que los discípulos abogan por ella para que
la Ἀπόλυσον “despachara”, la “despidiera”, “se deshiciera de ella” (la
palabra se podía usar con el significado de “divorciarse” en ese mismo sentido
de alejar a alguien para ya no verlo más. Evidentemente interceden pero por las
razones equivocadas, no les preocupa ella y su hija “endemoniada”; les preocupa
que grite, que haga escándalo, que los ponga en evidencia, que toda la gente
los voltee a mirar precisamente porque no se le concede lo pedido; ellos
quieren que la atienda para que la gente los mire con beneplácito, para que los
volteen a mirar como los “héroes” de la jornada. ¡Realmente no son sensibles a
la “persona” con lo que ello implica, porque ser persona significa tener necesidades,
también tener el derecho a manifestar lo que nos perturba, nos duele, nos
molesta. A ellos no les “duele” la persona, no tienen compasión, no tienen “entrañas
de misericordia”. Para ellos, esta mujer es un “dolor de cabeza” porque ἔκραζεν “gritaba”.
«si pensamos que el propio Jesús dijo a sus seguidores que el hijo del
Hombre vendría durante sus vidas. El hecho de que esta expectativa constituyera
una dificultad para los cristianos del siglo I ayuda a probar que el propio Jesús la compartía.
Observemos también que el cristianismo sobrevivió a este temprano
descubrimiento de que Jesús había cometido un error”» (The Historical Figure
of Jesus; p. 180) … Los católicos proclaman que Jesús, además de ser Dios,
era plenamente humano. Y ser plenamente humano implica no conocer el futuro, lo
cual no constituye ninguna imperfección… incluso para aquel que los cristianos
proclaman Hijo de Dios, quizás el precio de ser plenamente humano fuera la
incapacidad de predecir el futuro con exactitud.»[5]
Estas “imperfecciones” no quitan que la Sagrada Escritura sea la
Palabra de Dios; tampoco hacen incompleta la Revelación, todo lo que teníamos
que saber para caminar los caminos del señor nos está dado. En este caso por
medio de la voz de la cananita. Ella misma declara y es Voz de Dios para Jesús
tanto como lo es para nosotros, que resultamos instruidos por el mismo conducto:
γὰρ τὰ κυνάρια ἐσθίει ἀπὸ
τῶν ψιχίων τῶν πιπτόντων ἀπὸ τῆς τραπέζης τῶν κυρίων αὐτῶν. “…también los perros comen de las migajas
que caen de la mesa de los amos” Mt 15, 27b
La oposición es la de τέκνων/κυνάρια hijos(descendientes)/perros(gentiles) y la
solución que Dios revela a través de esta protagonista es no excluyente, sino –como
la hemos venido llamando “ecuménica”, incluyente, a favor de comunidades
abiertas, ecuménicas, incluyentes, solidarias”. Se superó la exclusividad de
las “ovejas perdidas de la casa de Israel”. Esta batalla inclusiva se ganó por
medio de una poderosa tenacidad en la fe, lo que nos muestra una vez más, cuán
poderosa es, y hasta dónde puede llegar, porque su fuerza es tan poderosa que
elimina todas las barreras. Hasta los límites que el Mismo-Dios se ha impuesto,
pueden ser movidos para que sus bendiciones abarquen los más amplios espacios.
Y es que Dios quiere llegar allende, pero quiere que lo inviten.
El tejido del Reino no incluye sólo hilos de nuestros correligionarios,
el Cuerpo Místico de Cristo tiene células de “todos los pueblos” que también
cuentan y tienen derecho a cantar las alabanzas del Señor. Esta historia empezó
antes de Jesús-Encarnado, Dios mismo había llamado, comenzando en Abrahán,
Isaac, y su descendencia; ahora, por boca de esta gentil, de la mujer cananita,
Jesús es proclamado tres veces Señor y sus labios cantan su Señorío y Soberanía
como si fuera la boca de todos los pueblos, que a lo ancho y largo del mundo lo
reconocen como Piedra Angular, Hijo de David, o sea, Cristo, Salvador del Mundo.
[1] Ravasi,
Gianfranco. LOS PROFETAS. Ed. San Pablo Santafé de Bogotá-Colombia 1966. pp. 129.
130
[2] Vallés,
Carlos G. sj. BUSCO TU ROSTRO.ORAR LOS SALMOS Ed. Sal Terrae Santander-España
1989 pp. 125-126
[3] En
el VOCABULARIO que nos ofrece le libro de Cuénot que estamos citando, se nos
ofrece una definición de Pleroma en los siguientes términos: “Organismo
sobrenatural en el que el Uno substancial y lo múltiple creado se reúnen sin
confusión en una totalidad que, sin añadir nada esencial a Dios, alcanzará un a
modo de triunfo y de generalización del ser (la palabra es griega y está tomada
de San Pablo).
[4]
Teilhard de Chardin, Pierre. El medio
divino Citado por Cuénot, Claude. TEILHARD DE CHARDIN Ed Labor Barcelona-España
1966 p. 125
[5] Barry,
William s.j. ¿QUIEN DECIS QUE SOY YO? ENCUENTRO CON EL JESÚS HISTÓRICO EN LA
ORACIÓN. Ed. Sal Terrae pp. 62-63
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