sábado, 5 de abril de 2014

¡QUIERE SER LIBRE, MATENLO!


Así como Jesús es el vencedor  del poder de las tinieblas, del mismo modo es vencedor del poder de la muerte.

José Cárdenas Pallares

Ez 37,12-14; Sal 129,1-2. 3-4ab. 4c-6. 7-8; Rom 8,8-11; Jn 11,1-45.

La resurrección como creación

¡QUIERE SER LIBRE, MÁTENLO!

Así como Jesús es el vencedor  del poder de las tinieblas, del mismo modo es vencedor del poder de la muerte.

José Cárdenas Pallares

σὺ εἶ ὁ Χριστὸς ὁ Υἱὸς τοῦ Θεοῦ
…Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
11, 27b 

Ez 37,12-14; Sal 129,1-2. 3-4ab. 4c-6. 7-8; Rom 8,8-11; Jn 11,1-45.

La resurrección como creación


En «… el capítulo 37 de Ezequiel. Se trata de la famosa visión de los huesos, texto de resurrección y pasaje preferido en la liturgia pascual. Dios lleva al profeta a un valle, donde le hace contemplar una multitud de huesos diseminados y calcinados. Luego le manda pronunciar un conjuro, y los huesos se ensamblan, se cubren de carne y piel permaneciendo tendidos en tierra. Luego conjura al espíritu, que entra en los huesos, les da vida y los huesos se ponen en pie como un ejército innumerable… No aparece un dato semejante en otros textos de religiones comparadas… Ezequiel compone su visión a partir principalmente del segundo relato de la creación del hombre, en el Génesis… Tenemos, por tanto, dos tiempos en la formación del hombre según Gn 2: primero es el trabajo artesanal, el modelado. A continuación viene el segundo, que consiste en infundir al espíritu con su aliento. De esta realidad parte Ezequiel,… Ezequiel es en esta visión personaje activo, frente a otros oráculos donde es puro trasmisor… o frente a otras visiones en las que Dios muestra un cuadro o suceso y el profeta se limita a contemplar…Ezequiel es parte activa, protagonista de la visión. Es un dato importante. Porque ese meterse dentro, ese intervenir en los hechos haciendo que sucedan –la visión sucede gracias a la intervención de Ezequiel…En el Génesis actuaba Dios directamente como artesano; aquí actúa por medio de Ezequiel. En ambos casos hay órdenes que se cumplen… 

En Gn 2,… Dios toma en sus manos una pella grande de arcilla y la trabaja hasta modelar al hombre. Es un comienzo inicial. En Ezequiel se parte de un estrato más desarrollado, que son los huesos humanos… Los huesos no han vuelto todavía al polvo de la tierra, pero son la aridez total, privados de vida (porque la vida es húmeda),… son el último recuerdo del hombre, una como presencia de vida y, al mismo tiempo, evidencia de muerte… Por eso, no comienza Ezequiel por la arcilla, sino a partir de ese estadio superior que es la osamenta, disgregada y dispersa a lo largo de un valle como restos de un ejército derrotado… El elemento diferenciador consiste en que en el Génesis es Dios quien sopla directamente, mientras en Ezequiel se trata de un viento cósmico puesto en movimiento al conjuro del profeta. Pero no se trata de dos elementos dispares. Hay una correspondencia fundamental entre soplo de Dios y viento cósmico, por una parte, y entre viento cósmico y respiración humana, por otra… La respiración humana es concebida como principio de vida, y vida misma,… En el A.T. pervive esta concepción. El aire (para todo el cuerpo) y la sangre (para la carne) son ambos portadores de la vida… El punto de arranque es la formación del hombre, tal como la narra el Génesis: una pella de barro, un artesano modelando nuevas formas y, cuando este trabajo está terminado, un soplo que penetra en la estatua y la convierte en ser viviente…. Ezequiel no ha comprendido, más que a medias su propio símbolo, no es su mejor intérprete. Sencillamente no tiene razón… La cultura de Ezequiel no conocía una vida después de la muerte; por tanto, no entraba en su horizonte el tema de la resurrección. Cuando Ezequiel hace la interpretación de su símbolo, no encuentra en él sitio para la resurrección. Por otra parte, y desde el punto de vista histórico, su horizonte está cerrado por las opacas nubes del destierro. El gran problema es el problema de la patria. Vivir en Babilonia no es vivir, pues una vida sin culto no es vida. Vivir es estar en Palestina y dar libremente culto al Señor en el templo. Lo demás no es vida; eso no es vivir.»[1]


El libro del Ezequiel fue escrito antes del 571 a.C. mientras que «en el antiguo Testamento, la primera vez que aparece el tema de la resurrección es en el libro de Daniel (12, 2-3), escrito hacia el año 164 a.C. Y esa misma creencia también es confirmada en el periodo de los Macabeos (2M 7, 9.11.23. 14,46) Ante los justos que estaban siendo asesinados por defender la Ley y la tradición judía contra el dominio de los griegos, la idea de la muerte como el final de todo, se fue volviendo inaceptable. Así se fortaleció el concepto de resurrección para dar sentido a la muerte de los justos y animar a los judíos en su resistencia contra los griegos.»[2]

Sobre la estructura del Evangelio

El capítulo 11 del evangelio de San Juan nos trae el relato de la resurrección de Lázaro. Ya en nuestro último blog veíamos que en este evangelio se usa el “quiasmo”, esa estructura que repite un mismo asunto (o palabra) como en “ondas concéntricas” alrededor de la idea central. El empleo del quiasmo permite una notable actividad reflexiva, se trata de una figura de repetición muy habitual en estas culturas. «El quiasmo es como un sándwich: pan + lechuga + tajada de queso + bistec + tajada de queso + lechuga + pan. El bistec es la parte sobresaliente. El diagrama de representación puede ser más o menos así: A B C B’ A’.»[3]


Creemos que en esta perícopa el “quiasmo” está organizado así: El bistec, o sea la parte esencial, mejor dicho, el corazón del mensaje es: 11, 21-27. Y la idea principalísima allí contenida esta pronunciada en palabras de Marta como respuesta al enunciado de Jesús: Ἐγώ εἰμι ἡ ἀνάστασις καὶ ἡ ζωή· “Yo soy la resurrección y la vida” ella le replica: ἐγὼ πεπίστευκα ὅτι σὺ εἶ ὁ Χριστὸς ὁ Υἱὸς τοῦ Θεοῦ ὁ εἰς τὸν κόσμον ἐρχόμενος. “Si Señor, Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.



En los dos domingos anteriores (“La Samaritana y el pozo” y “El ciego de nacimiento”, nos encontramos con el reconocimiento de Jesús como profeta). Hoy estamos dando un paso más, estamos en un plano más alto –por así decirlo- Jesús es reconocido como Mesías.

Veamos ahora las tajadas de queso que rodean al bistec: 11, 17- 20 por encima, y 11, 28-31.  Estos dos trozos están relacionados con el hecho de que María, la hermana de Marta se había quedado en casa con los judíos que había ido a darle el pésame, lo que obliga a que Marta vaya a llamarla.

Ahora, miremos las lechugas de arriba y abajo: Por arriba está 11, 5-16 donde se habla del amor profundo de Jesús por Marta, María y Lázaro y también el peligro de lapidación que los amenaza, es el tema de la “piedra”. El fragmento paralelo, es decir, la lechuga por debajo está conformada por los versos 11, 32-41a. aquí el tema es el amor de Jesús por esta familia, que lo lleva hasta el llanto y el tema de la piedra, esta vez, de retirar la piedra de la entrada a la tumba.


Finalmente, vamos a referirnos a las dos tajadas de pan: Por arriba, 11, 1-4, se refiere al enfermo Lázaro y al tema de glorificar a Dios. Por abajo, 11, 41b-45. La resurrección como anti-enfermedad y la gloria de Dios en el poder de su Hijo.

Tres elementos insoslayables

En primer lugar, se repite la palabra “enfermo” al iniciar este evangelio, cinco veces:


1)    En aquel tiempo, se encontraba enfermo Lázaro
2)    El enfermo era su hermano Lázaro
3)    Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo
4)    Esta enfermedad no acabará en la muerte
5)    Cuando se enteró de que Lázaro estaba enfermo.

En los dos evangelios de las domingos anteriores, 3º y 4º de Cuaresma, la samaritana no tenía nombre porque representaba a todo el pueblo samaritano, el ciego tampoco tenía nombre porque representa a toda la comunidad joanica. En cambio hoy, el enfermo si tiene nombre, «La comunidad de Juan estaba pasando por un momento muy difícil. Los cristianos estaban siendo perseguidos, torturados y asesinados. Muchos abandonaron la comunidad. Ante esta situación ellos recuerdan la historia de la familia de Lázaro, Marta y María, de la comunidad de Betania, que significa ‘casa del pobre’. En esa comunidad encontramos a Lázaro, cuyo nombre significa ‘Dios ayuda’, el que no abandona. María, la que es muy amada por Dios; y Marta, ‘el  ama de casa’ mujer sensible y acogedora.  La comunidad estaba formada de pobres, preferidos y amados por Dios, por personas que acogen, aman y sirven unos a otros. Esta vivencia es muy importante para resistir las persecuciones… Ver en el texto… las palabras y los gestos que nos hablan del amor que había entre esas personas.»[4]

Entonces, esta insistencia en la enfermedad apunta hacía la enfermedad de una sociedad que se dedica a perseguir y aniquilar a los justos, conducta sólo explicable en una sociedad que esté enferma. Y tanto Lázaro como la familia y la comunidad joanica toda, son los perseguidos, las victimas de ese sistema corrompido.


Un segundo aspecto, muy importante, es que todos los presentes en la resurrección de Lázaro han sido llamados a participar del poder resucitador de Jesús cuando Jesús ordena. “desátenlo y déjenlo ir” Jn 11, 45d. Esa es nuestra misión, también nosotros como Ezequiel estamos llamados a cobrar protagonismo, a intervenir en el prodigio, a ser personajes activos, a completar el milagro, el “signo”. Jesús no lo hace todo, nos deja a cargo de las “lianas” que atan las manos y los pies de la gente, nos ha dejado encargados de combatir las ataduras, todo lo que contamina la libertad e impide que obremos, que actuemos, que tengamos “vida abundante” y que la vivamos a plenitud.

«Puede ser que la “cueva tapada en piedra”, el mal olor, las vendas que atan pies y manos (11, 38-44), representarían esos sistemas religiosos de antes que hacen difícil el vivir de Espíritu y de verdad. El  mensaje a los todavía enterrados en esos sistemas es: “Quiten la piedra”; “salgan de allí. Desátenlo y déjenlo ir” (11, 43-44)»[5]

«¡Atención! La comunidad es la que ayuda a resucitar a Lázaro, desatándole las manos y los pies. La comunidad es la que les devuelve la vida a sus propios miembros, la que ayuda a liberarse del miedo de la muerte, del miedo que paraliza. En el grito de Jesús y de la comunidad está el amor por la vida. Todos y todas están llamados a salir del sepulcro, a asumir el compromiso con la justicia y, si fuera necesario, entregar la vida libremente»[6]



Cuando Jesús resucitó los que fueron a verlo encontraron el sudario doblado y las vendas enrolladas, el Resucitado se levantó libre, desatado, no andaba con vendas que le ataran las manos y los pies. No así Lázaro, ha salido vivo, resucitado, pero aun lleva trazas de la muerte, son todas estas mortajas que lo muestran como un poquito muerto; y, somos nosotros los llamados a desatarlo. Ahí está nuestra misión, nuestro sentido de vida, promover al hermano, ayudarlo a desatarse y –como al ciego- ayudarlo a ver.

Viene el tercer aspecto que se debe reflexionar: ¿Cuántas veces en vez de ayudar a desatar, de apoyar los procesos de liberación, obramos al revés y lo que hacemos es ayudar a apretar los lazos y ponerle candados a las cadenas? Este es un asunto muy delicado, porque la frontera entre la Comunidad y los Judíos es muy tenue, a veces, nuestros prejuicios nos hacen creer que es más razonable crucificar a Jesús, o apretarle los grilletes al esclavo; muchas veces somos más de la naturaleza de aquellos que se quedan en casa dando el pésame. De verdad, la propuesta es mirar si somos promotores de la vida o constructores de tumbas, amortajadores profesionales, momificadores del pensamiento, alienadores difundiendo ideologías.

Él nos da la verdadera vida

La resurrección de Lázaro 11, 1-39) es en Juan uno de los motivos de la condenación de Jesús a muerte. Inmediatamente después de ella, las autoridades judías se pone en estado de alerta, se reúnen en consejo y deciden hacer morir a Jesús (11, 47.53)… esta vez la copa reboza; se toma una decisión oficial… al resucitar a Lázaro Jesús sellaba su condenación a muerte. Para que Lázaro tuviera vida. Jesús sube conscientemente hacía su pasión (cf. 11, 8.16) Pero al mismo tiempo, al mostrarse como vencedor de la muerte, Jesús llenaba de esperanza a sus discípulos.[7] «…la resurrección de Lázaro llevó a la decisión de matar a Lázaro (12, 10) y la resolución formal de acabar con Jesús… Este odio, como el que tuvieron contra Jesús es gratuito (15,25) es la muestra de la esclavitud al poder del mal, poder embustero y asesino (8, 44ss.)»[8]

«… si recorremos con atención todo el evangelio de Juan, nos damos cuenta de que el vocablo que aparece con mayor frecuencia es “vida”, que se haya presente en la forma griega zoé, como nombre 36 veces y como verbo 17 veces… de la vida derivan el conocimiento, la verdad, la posibilidad de caminar, de ver… reflexionemos sobre “Jesús vida”. Juan subraya esa designación al comienzo, en el centro y al final del evangelio. “En el Verbo estaba la vida”, escribe en el prólogo (1,3). Y en el episodio de la resurrección de Lázaro (11, 1-44), la palabra central es precisamente: “Yo soy la resurrección y la vida”. Al final del  evangelio encontramos la anotación: “Estas señales han sido escritas para que crean que Jesús es el cristo, el hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre” (20,31)… La “vida” de la que habla el evangelio de Juan es presentada ante todo como una vida desde; y es también una vida para y una vida de.

a.    Una vida desde… vida desde la vida, en el sentido de que toda vida es generada por otra… la peculiaridad histórica de la vida que Jesús ofrece… es la de ser vida desde la muerte, vida arrebatada a la muerte, contrapuesta a la muerte,… Jesús dice… no sólo “yo soy la vida” sino “yo soy la resurrección y la vida”… al comienzo del libro del Apocalípsis Jesús se dirige al vidente así: “Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de muerte. (Ap 1,18)…

Jesús es para nosotros vida que viene de la muerte y todo evento de muerte contiene, en la gracia de Cristo, esa promesa de vida y de resurrección. El relato de Lázaro aparece entonces como episodio culminante de la actividad de Jesús, dador de vida y vencedor de la muerte. Jesús vida que ha vencido a la muerte, es plenitud de vida que supera todos los obstáculos y nuestras debilidades, que vence nuestras resistencias y nuestros miedos.

b.    Una vida para. …vida para los otros, es vida por amor… amar es dar la vida por los hermanos, dar la vida como Jesús la dio.

c.    Una vida de. .. de Dios,… la vida del Verbo preexistente,… Es la vida de Jesús comunicada, participada a todo el que cree en Él y a todo el que ama a los propios hermanos…


Todos somos un poco carentes de esperanza cristiana,… Y esto se evidencia, por ejemplo, en el miedo de dar la vida, en la disminución de la natalidad, en la tristeza y la amargura que caracteriza la vida de muchas personas, inclusive en la abundancia de dinero y de distracciones que Jesús, con su muerte y resurrección, ha venido a traer al mundo.

Les deseo que el Señor de la vida tome posesión de sus corazones y los colme de ese torrente de esperanza»[9]

«El sueño de vida digna: tierra, trabajo y comida, continúa vivo, animando y sosteniendo la búsqueda de condiciones dignas de vida. Las pequeñas conquistas diarias, la inmensa red de gestos solidarios que nace y se fortifica en los corazones capaces de abrirse al amor, nos ayudan en la fidelidad y en el compromiso con la justicia.»[10]



[1] Schökel, Luis Alfonso. Gutiérrez, Guillermo. MENSAJES DE PROFETAS. MEDITACIONES BÍBLICAS. Ed. Sal Terrae. Santander – España. 1991. pp. 93-102
[2] Centro Bíblico Verbo. LA NUEVA VIDA NACE DE LA COMUNIDAD. EL EVANGELIO DE JUAN. SUBSIDIOS PARA ENCUENTROS. Ed. San Pablo Bogotá-Colombia. 2010. p. 83
[3]Ibid. p. 102
[4] Ibid. p. 78
[5] Seubert, Augusto. CÓMO ENTENDER LOS MENSAJES DEL EVANGELIO DE JUAN. Ed. San pablo Santafé de Bogotá, D. C. 1999. p. 92
[6] Centro Bíblico Verbo. LA NUEVA VIDA NACE DE LA COMUNIDAD. EL EVANGELIO DE JUAN. SUBSIDIOS PARA ENCUENTROS. Ed. San Pablo Bogotá-Colombia. 2010. p. 82.
[7] Jaubert, Annie. EL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN. Cuadernos Bíblicos 14ª ed. Ed Verbo Divino Navarra – España. 2000. pp.
[8] Cárdenas Pallares, José. PARA SEGUIR EL VUELO DEL ÁGUILA. PISTAS PARA LEER A SAN JUAN. Ed. Verbo Divino Colección Biblia #74. Quito-Ecuador. 2001 p. 82
[9] Martini, Carlo María. CRISTO ES TODO PARA NOSOTROS. MEDITACIONES PARA EL TIEMPO DE CUARESMA. Ed. San Pablo. Bogotá - Colombia 2003. pp. 56-63
[10]  Centro Bíblico Verbo. LA NUEVA VIDA NACE DE LA COMUNIDAD. EL EVANGELIO DE JUAN. SUBSIDIOS PARA ENCUENTROS. Ed. San Pablo Bogotá-Colombia. 2010. p. 84






No hay comentarios:

Publicar un comentario