Y NOSOTROS MUCHACHOS CON PANES DE
CEBADA
2R 4, 42-44; Sal
145(144), 10-11. 15-16. 17-18. Ef 4, 1-6; Jn 6, 1-15
Para un pueblo en el
que muchos sufrían el hambre y la fatiga de buscar el pan de cada día, esta era
la promesa de las promesas, que en cierto modo lo resumía todo: la eliminación
de toda necesidad, el don que habría saciado el hambre de todos y para siempre.
Benedicto XVI
Al mirar
la Misión del enviado-en-Misión
hemos
encontrado una “figura” que le sirve de “paradigma”:
es la
figura del Pastor.
Al tratar
de entender esa rica imagen nos damos de lleno
con otras
dos: la del “rey” y la del “Siervo”.
La figura
del rey no por casualidad resuena
intensamente
en nuestra comprensión
de la
realidad.
Gran parte
de nuestra cultura se ha construido en torno
a esa
imagen.
Inclusive
se han llegado a definir todas las figuras de gobierno
por
relación con ella.
Con las
connotaciones de “rey”
tenemos la
del hombre “que todo lo tiene”,
como
figura de autoridad y poder connota “el que manda sobre todos”,
y, como
figura jurídica, se le toma como “última
y máxima instancia,
que puede
disponer hasta de la vida de sus súbditos”.
Por otra
parte, el “rey” debería ser,
y allí, se
desplegaban todas las “esperanzas”,
el que
resuelve todos los problemas,
una
especie de “ gran papá” que se encarga de “proveer” a sus “gobernados”
que en ese
caso se toman como sus “niños”,
esto
“infantiliza” el pueblo de Dios,
en vez de
hacerlo libre, lo hace “dependiente”;
aquí urge
recordar que Jesús envía a sus discípulos “con poder”.
Con toda
esa constelación de implicaciones,
el “rey”
queda reducido a un “ídolo”,
las
relaciones con él serán de “idolatría”.
(Aquí
conviene reiterar que cuando el Pueblo escogido quiso darse un rey,
Dios –por
medio del profeta- recomendó que no;
lo hacían
por copia de los otros pueblos,
veían que
ellos lo tenían y creyeron necesitarlo
para ser
pueblo,
tener lo que otros tenían
Rey, en
verdad es un concepto teológico,
Sólo Uno
es el Rey,
y, es
Dios.
Claro,
Dios es mucho más que Rey,
inclusive,
a veces, Dios es todo lo contrario de Rey,
Eso es lo
que nos enseña Jesús
en este
Día.
Pastor no
connota rey, sino “Siervo”;
Jesús no
quiere ser visto, ni tomado por rey, por eso:
«Se
retiró, otra vez a la montaña, Él solo».
Para
acceder a la enseñanza de este Domingo XVII
Es
importante que miremos esto, con detalle,
Así que
vayamos a 1Sam 8, 6b-21:
"«Danos
un rey para que nos gobierne»;
e invocó a
Yavé.
Y Yavé dijo a Samuel:
«Dale a tu
pueblo lo que te pide.
Pues no te
rechazan a ti, sino que es a Mí a quien han rechazado
para que
no reine
sobre ellos.
Te tratan
a ti como me han tratado a mí
desde el
día en que los saqué de Egipto hasta hoy.
Pues sabes
cómo me abandonaron para ir tras otros dioses.
Escucha,
sin embargo, su petición
y les
dirás cuáles son los derechos del rey que los va a gobernar.»
Samuel
transmitió al pueblo que le había pedido un rey todo lo que le había dicho
Yavé. Les dijo:
«Miren lo que les va a exigir su rey:
les tomará
a sus hijos y los destinará a su carro y a sus caballos,
o también
los hará correr delante de su propio carro;
los
empleará como jefes de mil y como jefes de cincuenta;
los hará
labrar y cosechar sus tierras;
los hará
fabricar sus armas y los aperos de sus caballos;
les tomará
sus hijas para peluqueras, cocineras y panaderas;
a ustedes
les tomará sus campos, sus viñas y sus mejores olivares
y se los
dará a sus oficiales;
les tomará
la décima parte de sus sembrados
y de sus
viñas para sus funcionarios y servidores;
les tomará
sus sirvientes, sus mejores bueyes y burros
y los hará
trabajar para él,
a ustedes
les sacará la décima parte de sus rebaños
y ustedes
mismos serán sus esclavos.
Ese día se
lamentarán del rey que hayan elegido,
pero Yavé
ya no les responderá.»
El pueblo
no quiso escuchar a Samuel y dijo:
«¡No!
Tendremos un rey y nosotros seremos también como los demás pueblos:
nuestro
rey nos dirigirá e irá al frente de nosotros en nuestros combates.»
Oyó Samuel
todas las palabras de su pueblo
y las
repitió a los oídos de Yavé.
Pero Yavé
dijo a Samuel: «Hazles caso y dales un rey.».
A estos,
que el pueblo puso con idolatría,
a velar
por ellos, esos son los “malos pastores”,
a ellos
los denuncia Jeremías en el capítulo 23, versos 1-6:
"¡Ay
de los pastores que dejan perderse
y desparramarse
las ovejas de mis pastos!
- oráculo
de Yahveh -.
Pues así
dice Yahveh, el Dios de Israel,
Respecto
de los pastores que apacientan a mi pueblo:
Vosotros
habéis dispersado las ovejas mías,
las
empujasteis y no las atendisteis.
Mirad que
voy a pasaros revista por vuestras malas obras
- oráculo de Yahveh -.
Yo
recogeré el Resto de mis ovejas
de todas
las tierras a donde las empujé,
las haré
tornar a sus estancias,
criarán y se multiplicarán.
Y pondré
al frente de ellas pastores
que las apacienten,
y nunca
más estarán medrosas
ni asustadas,
ni faltará ninguna
- oráculo
de Yahveh -.
Mirad que vienen
días - oráculo de Yahveh –
en que
suscitaré a David un Germen justo:
reinará un
rey prudente,
practicará el derecho
y la
justicia en la tierra.
En sus
días estará a salvo Judá,
e Israel vivirá segura.
Y este es
el Nombre con que te llamarán:
«Yahveh, justicia nuestra.»
La
presencia del rey dominador se imponía
de
manera tan alienante
que
el sometido
nunca
podía sentarse, menos a comer, momento en que uno
es
más consciente de su necesidad.
El
subyugado debía comer de pie,
¡Jesús
nos deja sentar!
y
nos congrega en comunidades.
Jesús
no da el pan “comercial”,
No
nos brinda un pan con “descuento especial”,
Su
oferta no es la de un pan super-económico,
el
de menor precio en el mercado.
¡Su
pan es gratuito!
Jesús
tomó los panes,
Pronunció
la Acción de Gracias (Eucaristía),
y,
luego, los repartió.
Los
sustrajo de la esfera de “venta”
los
implantó en el ámbito de Dios.
Los
convirtió en Verdadero Maná,
pan de los
pastores libres
que pastorean por la libertad
de todas las idolatrías.
Permíteme Yahvé, hacer que tu Gloria
resplandezca
y no ser, precisamente yo, el eclipse
de tu Resplandor:
ser siervo humilde,
muchach@ amable,
con obras de amor que constituyen
siempre un medio para acercarnos a
Dios;
comprensivos, amorosos y solícitos
buscadores de unidad,
unidad en la esperanza de la vocación,
en la fe, en el bautismo,
en el Señor, Dios, Padre de todos,
que está sobre todos, actúa por medio
de todos,
y está en todos.
Y
tener muy presente que…
¡Sólo
Dios basta!