JESÚS ES LA PLENITUD DE LA
PROFECÍA
Deut 18, 15-20; Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9; 1Cor 7, 32-35; Mc 1, 21-28
Si te tengo ya hablado todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y
no tengo otra cosa que te pueda revelar o responder que sea más que eso, pon
los ojos sólo en Él; porque en Él te lo tengo puesto todo y dicho y revelado, y
hallarás en Él aún más de lo que pides y deseas.
San Juan de la cruz
Ya en el
Deuteronomio
El Señor
nos prometió un grande profeta
un Nuevo
Moisés
que tendrá la Palabra de Dios en sus
labios
que nos
comunicará todo lo que Dios le inspire.
El Señor
nos manda a Él escuchar
a Él
acatar
y por nuestra escucha obediente Dios nos reconocerá
así como
de nuestra escucha indócil Dios nos pedirá cuentas.
En el
Salmo somos convocados a escuchar su Voz
a no tener
un corazón díscolo,
(como
tuvieron los de Masa y Meribá
palabras
que significan “poner a prueba” y “altercado” porque
cuando les
falto agua en el Éxodo murmuraron contra Dios,
y dudaron
de Su Poder para salvarlos),
no es eso
lo que Él tiene derecho a esperar de quien dice amarlo
y creer en
Él.
En la
Segunda Lectura,
nos
convida el Señor a obrar de una manera extraña
En
contrahílo de lo que se espera de un casado
-nos lo
pedía ya en la liturgia del Domingo anterior,
El Tercero
Ordinario del ciclo B-
Y nos
aclara hoy,
que cuando se está
casado
por
atender al cónyuge se descuida al Señor;
entonces
se nos previene
y se nos concita al celibato
de la vida
consagrada
para
ocuparnos enteramente de las cosas del Señor
y que
nuestro desvelo único sea “cómo dar satisfacción al Señor” .
¡Esa es la
mejor propuesta: Servir al Señor sin distracciones!
Tener el
corazón indiviso: y –así- poderlo amar enteramente,
No tener
que repartirnos entre dos “amos”.
¡Ahora el
Evangelio!
Jesús
empezó a enseñar, veamos qué enseñaba:
Un hombre
es portador de un espíritu maligno,
Jesús le
ordenó “Cállate y sal de Él”
Constatamos
que esta es la enseñanza
El Evangelio lo dice:
Es una
Nueva Manera de enseñar con autoridad,
no es una
teoría que se propone,
Jesús no
nos entrega una doctrina,
Es una
práctica: expulsa lo maligno
con
“una orden”
y la
enseñanza estriba en dejarnos palpar
que se
posee la autoridad,
que lo que
se manda será acatado,
que lo
perverso será expulsado,
que el Mal
se verá reducido a la impotencia
no
tendrá más remedio que salir.
Valga la
pena reiterar que esa es la enseñanza.
En el
Evangelio de Marcos, el Evangelio de este Año
(que comparte
con el de San Juan, por lo corto de Marcos)
Jesús
prácticamente no hablará,
Su Voz será su obrar.
Nos
enseñará con sus acciones
Y en su
manera de proceder estará contenido su Mensaje.