domingo, 25 de noviembre de 2012

Entonces, ¿eres rey? οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ


Dan 7,13-14; Sal 93(92), (1-5); Ap 1, 5-8; Jn 18, 33-37

En el mismo momento en el cual la humanidad trata de aplastarlo, en realidad Cristo reina y triunfa.

Card. Carlo María Martini

… voz de los sin voz,
y voz contra los que tienen demasiada voz…

Jon Sobrino


«Barret dice … que “Juan ha identificado en la realeza de Jesús con la mayor sagacidad la clave para interpretar la historia de la Pasión, y ha resaltado su significado tal vez más claramente que ningún otro autor neotestamentario”»[1]

«El camino de Jesús culmina en su última fiesta de Pascua (cf. 12, 1), en la que Él mismo, como verdadero cordero pascual, derramará su sangre en la cruz»[2]

«Pilato manda que azoten a Jesús. Para el que ha declarado inocente (18, 28c) ordena el castigo reservado a los esclavos y a los soldados que han delinquido. Jesús sirve de hazmerreír; los esbirros del poder se ensañan con él: lo coronan con espinas, lo adornan con un manto color púrpura –lo más seguro, una hilacha apestosa de esas que sólo se hallan en los cuarteles tercermundistas- como muestra de homenaje le dan bofetadas.»[3] Este es un rey digno de comedia, no se parece para nada a la idea que tenemos de un rey. «Pilato pregunta a Jesús si es rey de los judíos. En realidad, “es la realeza el motivo teológico que domina el proceso”[4] Y, sin embargo, en Jn 18, 37d, Jesús le contesta a Pilatos  ὅτι βασιλεύς εἰμι. ἐγὼ     “…lo que dices, Rey soy yo…” …«siempre sale a flote la pregunta central, que es la siguiente: ¿Cómo Jesús es rey? ¿Cuál es la verdadera realeza de Jesús»[5]



Nada más difícil que ver tras este “Hombre” azotado, hecho un guiñapo, cuya imagen humana es lo más inhumano que quepa, sangrante por cada poro, escupido, abofeteado, con su manto que en vez de ser de armiño es un trozo desflecado de bayetilla, pero, especialmente, coronado con corona de espinas. Nuestra mente retiene la imagen de los reyes según la registra la cinematografía, pero, la primera imagen que acude a nuestro recuerdo es la del rey de una conocida marca de condimentos, o el de la estampita impresa en la cajetilla de los fósforos. A su lado, ponemos la Imagen de este Rey-Jesús, nada más distante, ni más contradictorio. «… el condenado era golpeado por varios guardias hasta que se cansaban y la carne del delincuente colgaba en jirones sanguinolentos”(Blinzer, p. 321)»[6]

«“Jesús de Nazaret, Rey de los JUDÍOS” (19, 19). Pilato, el representante del poder político más potente del tiempo, reconoce y proclama rey a Jesús. La cruz es su trono. Al escribir su letrero en los idiomas principales del tiempo, hebreo, latín y griego (19, 20), Pilato proclama al MUNDO ENTERO que Jesús es rey. Incluso, insiste en el letrero y lo defiende sin cambiar: “Lo que he escrito, escrito se queda” (19, 22). Sin darse cuenta, Pilato se hace testigo y defensor oficial de la dignidad real de Jesús.»[7].



Es muy extraño que muchas iconografías hagan el juego a la imagen del rey tradicional, con corona de oro, y elegante capa, adornando con ese “disfraz” a Jesús. Pero, hay que contestar rotundamente que Jesús es un Rey de otra clase: «…Pilato entiende y ejerce el poder explotando y oprimiendo al pueblo, sin temor de matar a alguno para mantener su cargo y sus privilegios. Jesús es rey, pero su realeza es diferente, es decir, no es de este orden social injusto (mundo). Su realeza es servicio a la vida hasta las últimas consecuencias… La realeza de Jesús es para este mundo, pero no sigue las reglas de juego de los poderosos. Para Jesús, ser rey es servir hasta la entrega plena de la vida.»[8]

2

«El trozo de Jesús ante Pilatos es muy complejo y muy largo,… inclusive, quien lee no puede menos que tener la idea de que Juan –que escribe en estilo hierático- dice aquí como demasiadas cosas. Hasta se tiene cierta impresión de prolijidad: casi 30 versículos para narrar algunos hechos naturalmente fundamentales (la condena a muerte de Jesús),…»[9]


Este “trozo” está construido sobre una doble estructura, de una parte, es ascendente y va intensificando in crescendo hasta llegar a un clímax; si lo subdividimos en siete escenas, reguladas por las entradas y salidas de Pilatos:

1ª. Afuera: 18, 28-32
2ª. Adentro: 18, 33-38a
3ª Afuera: 18, 38b – 40
4ª Adentro: 19, 1-3
5ª Afuera: 19, 4-8
6ª  Adentro 19, 9-12a
7ª Afuera 19, 12b-16

la séptima sería la cúspide, en esa estructura ascendente. Pero, simultáneamente y superpuesta a esta estructura, hay una estructura concéntrica (como los círculos en el agua que tiene por centro el punto donde toca la “piedra”), donde la escena climática sería la del centro, o sea la cuarta, la de la “Corona de Espinas”. La perícopa que leemos hoy se ocupa sólo de un fragmento de la 2ª escena, pero –el texto debe ser relacionado con su co-texto para alcanzar una adecuada comprensión de su mensaje.



Sólo así se hace comprensible que Jesús, Segunda Persona de la Trinidad es el Rey, Señor de la historia, que compendia desde el principio hasta el fin, lo cual está expresado en el verso 8 de Apocalipsis, cuando leemos que Ἐγώ εἰμι τὸ Ἄλφα καὶ τὸ Ὦ, λέγει κύριος ὁ θεός, ὁ ὢν καὶ ὁ ἦν καὶ ὁ ἐρχόμενος, ὁ παντοκράτωρ. “Yo soy el Alfa y el Omega”, donde otra vez se hace presente la expresión Ἐγώ εἰμι “Ego eimi”, mensaje encriptado que significa la Divinidad de Jesús puesto que se conecta con  el Tetragrama YHWH, el Santo Nombre de Dios. El Salmo lo confirma: יְהוָ֣ה  מָלָךְ֮  גֵּא֪וּת  לָ֫בֵ֥שׁ  לָבֵ֣שׁ  יְ֭הוָה  עֹ֣ז  הִתְאַזָּ֑ר 

Tú eres, Señor, el Rey de todos los reyes.
Estas revestido de poder y majestad.



3

Hemos resaltado como uno de los grandes males de nuestra edad, al relativismo. Pilatos juega hoy a ser cofundador de esta categoría cuando pregunta irónicamente “¿Qué es la verdad?” (Jn 18, 38a), pero no espera ninguna respuesta, es llanamente una pregunta retórica cargada de sarcasmo. Podríamos perfectamente releer, detrás de esta pregunta retórica, la afirmación de “la verdad no existe, no hablemos de irrealidades”

En cambio Jesús, está empeñado en la tarea de la Verdad, para Él, ese es el sentido de la vida; vive y la razón de su vida es estar comprometido con el Padre y ese compromiso tiene todo que ver con la Verdad, se expresa, se manifiesta a través de ella: ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ·  “para que dé testimonio de la verdad” Jn 18, 37g. «Jesús … caracteriza la esencia de su reinado como el testimonio de la verdad.»[10] «Dar testimonio de la verdad significa dar valor a Dios y su Voluntad frente a los intereses del mundo y sus poderes Dios es la medida del “ser”… dar testimonio de la verdad significa hacer legible la creación y accesible su verdad a partir de Dios , de la Razón creadora para que dicha verdad pueda ser la medida y el criterio de orientación en el mundo del hombre… la irredención del mundo consiste … en … una situación que lleva necesariamente al dominio del pragmatismo y, de este modo, hace que el poder de los fuertes se convierta en el dios de este mundo…”Redención”, en el pleno sentido de la palabra, sólo puede consistir en que la verdad sea reconocible. Y llega a ser reconocible si Dios es reconocible. Él se deja conocer en Jesucristo. En Cristo, ha entrado en el mundo y, con ello, ha plantado el criterio de la verdad en medio de la historia.»[11]  «…Jesús deja claro… lo que Él pretende con su misión es liberar de todo, liberar del poder del “padre de la mentira”, “del asesino” (8, 32-47), de todo lo que empuja a uno a hundirse en las “tinieblas” (3, 19.20)»[12].


Para entender esto es necesario comprender que «Jesús no reina dominando, esto es, extendiendo su influencia de persona a persona, mediante un poder de lo alto, sino que reina atrayendo. Haciendo resplandecer en sí el amor de Dios por la humanidad desamparada.»[13]
«El reino de Jesús, negación de toda servidumbre y de toda humillación, es sólo motivo de burla para los servidores del “reino de este mundo”, que en este caso se concretiza en el imperio.»[14] «La acusación de que Jesús se habría declarado rey de los judíos era muy grave. Es cierto que Roma podía reconocer efectivamente reyes regionales, como Herodes, pero debían ser legitimados por Roma y obtener de Roma la circunscripción y delimitación de sus derechos de soberanía. Un rey sin esa legitimación era un rebelde que amenazaba la Pax Romana y, por consiguiente, se convertía en reo de muerte.»[15]
«Jesús es un rey que da la vida. Esa fue su misión. Al dar la vida a los que no tenían vida, Él da testimonio de la verdad, es decir, es fiel al Proyecto de Dios, que siempre ha querido la vida para todas sus criaturas. Quien está con Jesús es como la oveja que escucha la voz del pastor (Cf. 10,5)»[16] πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆς ἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆς. “Todo el que es de la verdad, escucha mi voz” Jn 18, 37h


«La humanidad se encontrará siempre frente a esta alternativa: decir “si” a ese Dios que actúa sólo con el poder de la verdad y el amor o contar con algo concreto, algo que esté al alcance de la mano, con la violencia.»[17]








[1] Benedicto XVI. JESÚS DE NAZARET. 2ª parte. Grupo Editorial  Planeta. Bogotá-Colombia. 2011 p. 217
[2] Benedicto XVI. JESÚS DE NAZARET. 1ª parte. Ed. Planeta. Bogotá-Colombia. 2007 p. 282
[3] Pallares, José Cárdenas. PARA SEGUIR EL VUELO DEL ÁGUILA. PISTAS PARA LEER A SAN JUAN. Editores Verbo Divino Quito ecuador 2001. p. 98
[4] Blank, J. “DI VERHANDBURG VON PILATUS JOH. 18: 28-19146” en Linchte Johanneischer Theologie Bz (1959) p. 62. Citado por Pallares, José Cárdenas. PARA SEGUIR EL VUELO DEL ÁGUILA. PISTAS PARA LEER A SAN JUAN. Editores Verbo Divino Quito ecuador 2001. p. 93
[5] Martini Card., Carlo María. EL EVANGELIO DE SAN JUAN. EJERCICIOS ESPIRITUALES SOBRE SAN JUAN. Ed. Paulinas Bogotá – Colombia  1986 p. 128
[6] Benedicto XVI. JESÚS DE NAZARET. 2ª parte. Grupo Editorial  Planeta. Bogotá-Colombia. 2011 p. 233
[7] Seubert, Augusto. CÓMO ENTENDER LOS MENSAJES DEL EVANGELIO DE JUAN Ed. San Pablo. Santafé de Bogotá-Colombia. 1999. pp. 138-139.
[8] Bortolini, José. CÓMO LEER EL EVANGELIO DE JUAN. EL CAMINO DE VIDA. Ed. San Pablo. Bogotá – Colombia. 2002 p. 189
[9] Martini, Carlo María. Op. Cit. p. 124
[10] Benedicto XVI. JESÚS DE NAZARET. 2ª parte. Grupo Editorial  Planeta. Bogotá-Colombia. 2011 p. 224
[11] Ibid. pp226-227.
[12] Pallares, José Cárdenas. Op. Cit. p. 95
[13]Martini, Carlo María. Op. Cit. p. 132
[14] Pallares, José Cárdenas. Op. Cit. p. 98
[15] Benedicto XVI. JESÚS DE NAZARET. 2ª parte. Grupo Editorial  Planeta. Bogotá-Colombia. 2011 pp. 221-222.
[16] Bortolini, José. Op. Cit. p. 190
[17] Benedicto XVI. JESÚS DE NAZARET. 2ª parte. Grupo Editorial  Planeta. Bogotá-Colombia. 2011 p. 231. 

domingo, 18 de noviembre de 2012

ESCATOLOGÍA, MOTOR DE UNA HISTORIA ORIENTADA HACIA EL FUTURO



Dan 12,1-3; Sal 16(15), (5-11); Heb 10, 11-14,18; Mc 13, 24-32



La perspectiva escatológica actual … tiene una clara y enérgica incidencia en lo político, en la praxis social.

C. Dumont

1

Hoy en día cuando hablamos de” estrellas” en lo primero que pensamos es en los artistas del mundo de la farándula.  En el Primer Testamento al nombrar al sol, la Luna y las estrellas se aludían a las deidades de los paganos; tan es así que, en el Génesis, se evita nombrarlos y en Gen 1, 14 se las denomina  מְאֹרֹת֙  “luminarias”, “lumbreras” sólo por rehuir su mención.

En el Segundo Testamento la situación ha cambiado, sol, luna y estrellas se refieren a los gobernantes y potentados, príncipes, reyes y reyezuelos; toda la laya de los explotadores, de los opresores, caían en esta categoría.

ὁ ἥλιος σκοτισθήσεται  el sol se oscurecerá
καὶ ἡ σελήνη οὐ δώσει τὸ φέγγος αὐτῆς  y la luna no dará su luz
καὶ οἱ ἀστέρες ἔσονται ἐκ τοῦ οὐρανοῦ πίπτοντες  y las estrellas se saldrán para caer  del cielo
καὶ αἱ δυνάμεις αἱ ἐν τοῖς οὐρανοῖς σαλευθήσονται. y los poderes que están en el cielo se estremecerán.

Sigamos leyendo el Evangelio. Cuando todos estos “politiqueros” caigan, se sucederá el Reinado de Jesucristo: καὶ τότε ὄψονται τὸν υἱὸν τοῦ ἀνθρώπου ἐρχόμενον ἐν νεφέλαις μετὰ δυνάμεως πολλῆς καὶ δόξης.  “Entonces, verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad.



Esta es la verdadera profecía allí contenida. No se trata para nada del desbaratamiento del universo, que la estrella que llamamos sol se extinga y que la luna, en consecuencia no tenga ninguna luz para reflejar; se trata de las tiranías y los despotismos que rigen, se trata del sistema explotador que, por fin, llegará a su fin (como dice el adagio popular, “no hay mal que dure cien años” y este mal ya ha durado varios siglos. ¡Es hora de que ceda el paso al Reinado del Justo de los Justos.

Una vez se clarifica lo que significa el Evangelio comprendemos que no hay que mirar para arriba con telescopio sino ver lo que va sucediendo con los tiranuelos y con los tiranos, mirar con ojos atentos y oídos despiertos, lo que está pasando aquí en la tierra. Es hora de darle una re-lectura a la historia y ver lo que se está derrumbando, lo que se está desmoronando; cómo, lo que se tenía por inamovible, se ha venido a pique; y, en cambio, aquí y acullá, brotan espiguitas esperanzadores; hay Luz en el fondo del túnel, es la Luz de Cristo que como un Faro  resplandece al final del camino, allá en el fondo.



Si, según evoluciona la higuera, somos capaces de vaticinar la llegada del verano; también el derrumbe de los gobiernos in-justos nos permite vislumbrar –no el cuándo que es potestativo del Padre saberlo Él-Sólo- sino, entender que las tiranías explotadoras no duran por siempre, que inevitablemente les llega la hora, más temprano que tarde. Detrás de todo esto, podemos presentir al Aguardado, al Vaticinado, al que hemos esperado generación tras generación. Y exclamar: “Marana- tha”(¡Ven Señor Jesús!).

2

El salmista está feliz habiendo renunciado a las deidades paganas y consagrado su vida a loar al Señor. No recibió ninguna otra herencia que su consagración al culto. Su vida se desarrolla en el Templo, su oficio es el culto. A las demás tribus les tocaron zonas territoriales, pero a ellos, a la tribu sacerdotal, la de Leví, sólo le toco eso: Vivir en el Templo consagrado al culto.

Esta clase de salmos denominados “del huésped de YHWH” son los cantos sacerdotales de los que viven su vida en esas condiciones y teniendo por oficio el culto, los sacrificios consagrados a Dios. Su “morada” es la “morada” del Señor. לִ֭י  בַּנְּעִמִ֑ים  אַף־  נַ֝חֲלָ֗ת  שָֽׁפְרָ֥ה  עָלָֽי׃ 
“Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad” dice el Salmista.

Sin embargo, este Templo, la “morada del Señor” fue destruido. Como todos sabemos, hoy en su lugar se alza una Mezquita. Para los fieles judíos, la peor desgracia, dicho en otras palabras: ¡El fin del mundo!. Muy seguramente cuando el Templo fue profanado, y no quedó del él, piedra sobre piedra, esta fue la señal para ellos de que había iniciado el principio del fin.



¿Fue defraudado el Salmista? Jesús, al hablar de la demolición y destrucción del Templo, hoy lo sabemos y lo entendemos, se refería al Templo de su propio cuerpo porque a raíz de la Muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, desde el preciso momento cuando se rasgó el velo, el Señor dejó de morar en una edificación y pasó a morar en nosotros. «El morir obediente de Cristo en la cruz es, según el NT, libre donación y entrega de la propia vida y, con ello, renuncia de Jesús a su propio tiempo en favor del tiempo de los hombres»[1] Por eso, conforme lo leemos en la Segunda Lectura, μιᾷ γὰρ προσφορᾷ τετελείωκεν εἰς τὸ διηνεκὲς τοὺς ἁγιαζομένους. (Hb 10, 14) “con una sola ofrenda, hizo perfectos, para siempre, a los que ha santificado”

Esta es la esperanza que nos sustenta. ¡Este es el lote de nuestra heredad! El Señor nos guía, y, como lo dice el salmista, hasta de noche nos instruye. No permitirá que “su siervo” –cada uno de nosotros es “su siervo”- conozca la corrupción (más precisamente el salmo dice “que se quede a vivir en el Sheol, o sea en la morada de los muertos”.

¿Por qué no vivirá en el Sheol? La respuesta está dada en la profecía de Daniel, en la perícopa que leemos hoy en la primera lectura dice que וּבָעֵ֣ת “En aquellos tiempos”, los tiempos escatológicos, וְרַבִּ֕ים  מִיְּשֵׁנֵ֥י  אַדְמַת־  עָפָ֖ר  יָקִ֑יצוּ  אֵ֚לֶּה  לְחַיֵּ֣י  עֹולָ֔ם muchos de los que duermen en el polvo, despertaran (unos) para la vida eterna…de entre ellos el Salmista y los que clamamos con él.

Y continúa diciendo Schlier «En todos los niveles y escritos del NT percibimos que el fin del tiempo ya ha irrumpido en la historia con Jesucristo, que con Jesucristo el tiempo de Dios ya se ha plantado en medio del tiempo profano… El evangelista Marcos sitúa la obra de Jesús bajo este lema: “el tiempo se ha cumplido” (Mc 1, 15)» Unos renglones más arriba había dicho schlier: «Con ello comienza definitivamente el nuevo Eón y el tiempo nuevo, “aquel Eón” “de la Resurrección de los muertos” (Lc 20, 34ss) “el nuevo cielo y la nueva tierra en los que vive la justicia que esperamos” (2Pe 3,13)»[2]

3

Podríamos buscar en el evangelio de Marcos en qué contexto espacial se ubica Jesús al pronunciar las Palabras de la perícopa que leemos hoy. Se trata de ir al verso 3 de este capítulo 13: Allí leemos que “Poco después, Jesús se sentó en el cerro de los Olivos, frente al Templo”, el Cerro de los Olivos estaba plantado de higueras, Jesús –entonces- rodeado de higueras las retoma como signo: ¿cómo sabemos que ya llega el verano? Cuando la higuera tiene tiernas sus ramas y le brotan las hojas. Pero la llegada del verano no es la llegada de una calamidad, de una catástrofe. ¡La llegada de verano es maravilloso augurio!



οὕτως καὶ ὑμεῖς ὅταν ἴδητε ταῦτα γινόμενα, γινώσκετε ὅτι ἐγγύς ἐστιν ἐπὶ θύραις. “Así también ustedes, cuando vean todo esto, comprendan que ya está cerca, a las puertas” ¿Quién está a la Puerta? τὸν υἱὸν τοῦ ἀνθρώπου ἐρχόμενον ἐν νεφέλαις μετὰ δυνάμεως πολλῆς καὶ δόξης. “el Hijo del hombre viniendo en medio de las nubes, con el poder divino y la plenitud de la gloria”

Hay mucha gente encantada haciendo pésimos presagios, todo el tiempo y siempre en la historia hemos conocido a los anunciadores de cataclismos. Cada cierto tiempo surge otro anunciador del “fin”. Gozan adornando, con toques de ciencia ficción catastrófica, los negros días que sobrevendrán. Y lo peor de esta actividad es que nos condena a la pasividad, nos reduce a la impotencia. ¿Qué se puede hacer frente a la horrenda destrucción de “rayos y centellas” que los adivinos de las tinieblas propagan. ¡Pues nada! Sentarnos a tenernos la cabeza a dos manos y lloriquear.



¡Nada similar hay en la escatología! Claro, los malvados se puedan poner a temblar, seguro que su fin será triste, será horrendo. Pero, גֹּ֔וי  עַ֖ד  הָעֵ֣ת  הַהִ֑יא  וּבָעֵ֤ת  הַהִיא֙  יִמָּלֵ֣ט  עַמְּךָ֔  כָּל־ הַנִּמְצָ֖א  כָּת֥וּב  בַּסֵּֽפֶר׃ “todos aquellos que están escritos en el Libro se salvarán” –como leemos en la profecía de Daniel. Viene muy bien aquí recordar lo del Evangelio de hoy en el verso 31: ὁ οὐρανὸς καὶ ἡ γῆ παρελεύσονται, οἱ δὲ λόγοι μου οὐ παρελεύσονται. “Pasarán el cielo y la tierra, pero mis palabras no pasarán”.

«Señor, durante mi vida he visto
grandes imperios destruidos,
famosos monumentos derrumbados,
fascinantes ideologías deshechas como nieva al sol,
murallas inabarcables pulverizadas
como hojas secas,
indiscutibles dogmas científicos superados,
orgullosos navegantes ahogados
en un vaso de agua»

nos dice Averardo Dini[3] y coloca en justa proporción lo que es pasajero, frente a la Palabra de Dios, o sea, lo que es perdurable. Nada de esto puede ser “contentillo” para caer en el quietismo resignado. La tarea del cristiano, su misión profética permanece: Anunciar y denunciar, demoler y construir. «La utopía significa necesariamente una denuncia del orden existente. Son, en buena parte, las deficiencias de este las que dan lugar al surgimiento de la utopía. Se trata de un rechazo global y que quiere ir hasta la raíz del mal… Pero, la utopía es también, un anunció. Anuncio de lo que todavía no es, pero que será; presagio de un orden de cosas distinto, de una nueva sociedad… Entre la denuncia y el anuncio está, al decir de Paulo Freire, el tiempo de la construcción, de la praxis histórica… Si la utopía no lleva a una acción en el presente, es una evasión de la realidad. La tesis utópica, escribe P. Ricoeur, no tiene eficacia sino “en la medida en que trasforma paso a paso la experiencia histórica”, y precisa: “la utopía es engañosa cuando no está articulada en forma concreta con las posibilidades ofrecidas a cada época”»[4].



Toda la liturgia de este Domingo nos conduce a bien comprender el significado de la escatología cristiana: «Se está a la expectativa de una epifanía del hombre, de una “antropofanía”. La historia no es más –como para los griegos- una “anámnesis”, un recuerdo. Es más bien una proyección hacia el futuro. El mundo contemporáneo es un mundo de posibilidades latentes, de expectativas.»[5]


[1] Schlier, Heinrich. EL FIN DEL TIEMPO en SELECCIONES DE TEOLOGÍA. Facultad de Teología San Francisco de Borja Vallés Barcelona – España Octubre a Diciembre 1968. P. 280
[2] Ibid. P. 279
[3] Dini, Averardo. EL EVANGELIO SE HACE ORACIÓN. Tomo II – Ciclo B Ed. Comunicaciones sin fronteras.  Bogotá Colombia p. 93
[4] Gutiérrez, Gustavo. TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN. PERSPECTIVAS. Ed. Universitaria Miraflores. Lima – Perú. 1971. Pp. 298-299
[5] Ibid. P. 261

sábado, 10 de noviembre de 2012

NADIE ES TAN POBRE QUE NO PUEDA PRACTICAR LA CARIDAD



1 Re 17,10-16; Sal 145, 7-10; Heb 9, 24-28; Mc 12, 38-44


1

Después de este Domingo XXXII, quedan dos Domingos de este año litúrgico. A medida que avanzamos hacia el fin del año litúrgico avanzamos también con Jesús hacía el Calvario. Hoy leemos el Evangelio tomado del capítulo 12 del Evangelio de San Marcos, el próximo Domingo leeremos del capítulo 13, en San Marcos, la Pasión viene a partir del capítulo 14. Al celebrar Jesucristo Rey del Universo –en el Domingo XXXIV- leeremos en San Juan, la entrevista de Jesús con Pilatos, donde se declara la realeza de Jesús. Es decir, vamos en una clara progresión hacía la entrega de Jesús, su entrega total, donde Él dará hasta las últimas dos moneditas que le quedaban para vivir: Sus últimas gotas de Sangre.

Esta contextualización es muy importante para entender el Evangelio y en general toda la liturgia de esta fecha. Este pasaje se inserta aquí para que la preparación del “discípulo” sea completa. Hemos aprendido que el discípulo tiene que superar y remontar sus egoísmos, la preocupación por sus intereses personales; tiene que lograr el desapego y el desprendimiento indispensables para el seguimiento sin contrapesos que obstaculicen ir tras del Señor. Hemos visto que no basta el amor a Dios sino que se requiere además Amar con todo al prójimo. Hoy, la liturgia nos trae varios ejemplos de ese desprendimiento.



Ya en Domingo anterior (el XXVIII) vimos al hombre rico que pese a querer alcanzar la vida eterna, sus muchos bienes y posesiones se lo impidieron; en cambio, Bartimeo, que escasamente poseía un manto, hasta el manto lo abandona para ir tras el Maestro, el Mesías, el Hijo de David. ¿De qué se trata la liturgia de hoy? De mostrar la capacidad y la posibilidad de desprenderse de todo, hasta lo último, ir hasta el mismísimo fondo de la “alcuza de aceite”. Allí, en el último puñado de harina y en la última gota de aceite de la vasija, allí está Dios, aguardando, como lo dijimos el Domingo anterior, con los brazos abiertos y un abrazo emanado de su Sacratísimo Corazón.



2

¿Qué está haciendo Jesús frente a las alcancías del Templo? ¿Está orando? No, el Evangelio nos dice que está allí ἐθεώρει “mirando”, si, simple y sencillamente está “mirando”. Maravillosa enseñanza. Jesús nos enseña a mirar, a darnos cuenta de las cosas, a observar la vida, en sus esencia, y llevarla a nuestro interior, transportándola precisamente con los ojos hasta el corazón.



Hay que subrayar que Jesús está mirando pero mira y “ve”; porque muchas veces miramos y no vemos; los ojos se posan pero la mente y el corazón están en otra parte. Jesús nos enseña a mirar, a fijarnos, a darnos cuenta, a percatarnos de la “realidad”.

Jesús es el sacramento del Padre entre nosotros: Dios se hizo hombre. Y ahí vemos cómo obra Dios. Mira con su tierna Mirada, con su Mirada Misericordiosa. Sus ojos están fijos en las manos de la viuda. Y Dios, Dios Humanado mira atento y comprende el valor trascendental de esa donación, porque πάντες γὰρ ἐκ τοῦ περισσεύοντος αὐτοῖς ἔβαλον, αὕτη δὲ ἐκ τῆς ὑστερήσεως αὐτῆς πάντα ὅσα εἶχεν ἔβαλεν ὅλον τὸν βίον αὐτῆς. “todos dan de lo que les sobre pero la viuda no da de lo que le sobra, sino de lo que ella tiene para vivir”. Cfr. Mc 12, 44.

Tendríamos que esforzarnos en ver a Dios que nos mira con sus Ojos Cariñosos y Providentes, con su Mirada de Ternura, que tiene nada de indiferencia. Con Ojos que no son de celador, ni de juez; nos mira con Ojos Perdonadores, Ojos de Amor.

3



Cuentan que un alpinista desesperado por conquistar el Aconcagua, inició su travesía después de años de preparación.
Pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde. No se preparó para acampar, sino que siguió subiendo decidido a llegar a la cima, hasta que se hizo la oscuridad. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña; ya no podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, resbaló y se desplomó por los aires... Caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida. Pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos...Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Después de un momento de quietud, suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas:
-"¡¡¡Ayúdame Dios mío!!!..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-"¿Qué quieres que haga, hijo mio ?"
-"Sálvame, Dios mío "
-"¿Realmente crees que te pueda salvar?"
-"Por supuesto, Señor"
-"Entonces corta la cuerda que te sostiene..."
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda...a tan solo dos metros del suelo...
¿Y tú ? ¿Qué tan aferrado estás de tu cuerda? ¿Por qué no la sueltas?


4

Veamos con mayor detalle lo que “mira” Dios, cómo lo protege, pronunciado en “nueve participios hímnicos”:

[6b] El Señor siempre es fiel a su Palabra, y es quien hace justicia al oprimido.
[7]   El proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.
[8]   Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia (endereza) al agobiado.

Ama el Señor al hombre justo [9] y toma el forastero a su cuidado
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo.

Estos versos forman parte del Salmo hímnico 146(145) que es el primero de los cinco últimos que inician con el Al-luya; conforman un último Hallel del salterio.



«Si Dios se interesa por los desgraciados…¿Tú qué? ¿Qué haces?... Proteger, guardar, curar, levantar, sostener. Dios ha confiado al hombre sus propias tareas. Si el hombre es “este humilde polvo inconsistente”, tiene la admirable dignidad de poder imitar a Dios. “Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto” decía Jesús. He ahí, en las palabras de este Salmo, todo el compromiso del cristiano por la promoción, por el desarrollo, por el “servicio”, personal y colectivo de la sociedad.»[1]

“Sed perfectos” es la indicación, la orientación que nos da Jesús, pero Él mismo la clarifica: «Jesús precisa ulteriormente el sentido de esta perfección: ”Sed misericordiosos como vuestro Padre es Misericordioso” (Lc6, 36). El camino y, a la vez, el contenido de esta perfección consiste en la séquela Christi, en el seguimiento de Jesús, después de haber renunciado a los propios bienes y a sí mismos»[2]

Con este salmo declaramos que hay que cantar alabando a Dios siempre, que es una tarea para toda la vida, que hay mil y un (es una expresión con la que queremos decir infinitos, innumerables) motivos de alabanza. Conduce a la declaración final del versículo 10: ימלך יהוה ׀ לעולם אלהיך ציון לדר ודר הללו־יה׃ Oh Sión, el Señor reinará por siempre; tu Dios reinará por todos los siglos. ¡Al-luya!

Así también, toda la liturgia converge hacía el Domingo XXXIV donde declaramos que Jesucristo Reina por siempre de generación en generación.

5

Varios paralelismos se nos ofrecen en las lecturas de este Domingo:



En la carta a los Hebreos encontramos un paralelo trazado entre el sacerdocio de la antigua Alianza y el Sacerdocio de Jesucristo:

En el Santuario de la antigua Alianza
Jesucristo
Los Sacerdotes del Primer Testamento entraban en el Santuario
Cristo entró “en el Cielo mismo”, … en la Presencia de Dios.
El Sacerdote entraba cada año
Cristo.. “se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia
Ofrecía una sangre que no era la suya
Ofreció su propia Vida, διὰ τῆς θυσίας αὐτοῦ πεφανέρωται. se ofreció “a Sí mismo” Heb 9, 26c

«La carta pide que los cristianos no trasformen la fe en mero culto, dejando el testimonio en cambio de rituales vacíos. El verdadero modo de unirse y servir a Dios, es obedecer su Voluntad, viviendo una vida dirigida por la entrega de amor hasta la muerte a ejemplo de Jesús (10, 1-10)»[3]



Este “a ejemplo” de Jesús es aclarado muy bien en la VERITATIS SPLENDOR: «…la condición de todo creyente es ser discípulo de Cristo (Cf. Act 6,1). Por esto, seguir a Cristo es el fundamento esencial y original de la moral cristiana: como el pueblo de Israel seguía a Dios, que lo guiaba por el desierto a la Tierra Prometida (cf. Ex 13, 21), así el discípulo debe seguir a Jesús, hacía el cual lo atrae el mismo Padre (cf. Jn 6, 44)… Jesús pide que le sigan y le imiten en el camino del amor, de un amor que se da totalmente a los hermanos por amor de Dios: “Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado” (Jn 15, 12)»[4]

6.

Para concluir por hoy, echemos una mirada al paralelo que se traza en el Evangelio:

Los escribas.
Los ricos.
Los Anawin representados en este caso por la Viuda
Amplios ropajes. Largos rezos. Se echan sobre los bienes de las viudas. Buscan los primeros puestos en los banquetes
Dos moneditas de muy poco valor. Κοδράντης la moneda romana de cobre de menor valor, la cuarta parte de un as y la dieciséisaba de un sestercio.
Han echado de lo que les sobraba
Ha echado todo lo que tenía para vivir.



Se retoma la oposición entre los ricos y los pobres. Esta viuda es explícitamente señalada por Jesús como miembro de los πτωχός “pobres”, dado que Jesús dice ἡ χήρα αὕτη ἡ πτωχὴ “esa pobre viuda”. Debemos declarar una vez más, que no se trata de idilizar la pobreza, «”Bienaventurados los pobres porque de ustedes es el Reino de Dios”, no quiere, nos parece, decir: “acepten su pobreza que más tarde esa injusticia les será compensada en el Reino de Dios”.  Si creemos que el Reino de Dios es un don que se acoge en la historia para que esta sea llevada a plenitud; si pensamos, como el tema de las promesas escatológicas –preñadas de contenido humano e histórico- nos lo indica, que el Reino de Dios trae necesariamente consigo el restablecimiento de la justicia en este mundo, hay que pensar que Cristo declara bienaventurados a los pobres porque el Reino de Dios ha comenzado: “cumplido es el tiempo y el Reino de Dios está cercano” (Mc 1, 15). Es decir: se ha iniciado la supresión de la situación de despojo y pobreza que les impide ser plenamente hombres, se ha iniciado un reino de justicia, que va incluso más allá de lo que ellos podrían esperar.»[5]


7



Tú eres un Dios extraordinario, Señor,
porque consideras grande y maravilloso
lo que es pequeño y sin valor,
porque no mides con el metro
sino sólo y siempre escuchando
el escondido y silencioso latido del corazón.
Ayúdame, Señor, a darte todos los días
Lo mejor que hay en mí, aunque sea poco,
Pero con un corazón extraordinario.
Amén.[6]




[1] Quesson, Noël. 50 SALMOS PARA TODOS LOS DÍAS. Tomo 1. Ed. San Pablo Santafé de Bogotá – Colombia 1996. pp266-267
[2] Juan Pablo II. EL ESPLENDOR DE LA VERDAD. ##18-19 Librería del Seminario Bogotá. 1993 p.32
[3] Storniolo, Ivo y Martins Balancins, Euclides. CONOZCA LA BIBLIA Ed. San Pablo Bogotá-Colombia 5ta reimpresión 2002.  p. 117
[4] Juan Pablo II. Op. Cit. ##19. 20. pp. 32-33
[5] Gutiérrez, Gustavo. TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN. PERSPECTIVAS  Editorial Universitaria Lima – Perú 1971 p. 397
[6] Dini, Averardo. EL EVANGELIO SE HACE ORACIÓN. Tomo II –Ciclo B Ed. Comunicaciones sin fronteras. Bogotá – Colombia. P. 92