Toda la historia de Jesús es el anuncio y la concretización de la venida del Reino de Dios… Se trata de una propuesta de alternativa de sociedad que lleva al nivel fraterno a las personas. Eso provoca la oposición de los privilegiados, y el resultado es un conflicto en que Jesús es puesto preso y muerto.
Ivo Storniolo
Euclides Martins Balancin
La perícopa del evangelio que nos ocupa hoy, está formada por los capítulos 14 y 15 del Evangelio según San Marcos. «En Marcos, el relato de la pasión impresiona por su sobriedad. Sin duda, entre los evangelistas, es el que más se acerca al relato primitivo.»[1] Los versos 1 y 2 del capítulo 14 nos dan un marco cronológico en el contexto de las fiestas judías. Temiendo al poder popular, quieren lograr el arresto por fuera de las fiestas, para que θόρυβος τοῦ λαοῦ “la gente se puede alborotar (empezar un alzamiento)” Mc 14, 2b.
Luego, viene el episodio donde una mujer unge la cabeza de Jesús con el frasco de aceite de nardo: imagínense ustedes, esta mujer está tocando el cabello del mismísimo Dios, lo acaricia con amor y Jesús lo aprecia, lo valida; por eso la defiende, la disculpa, argumenta que ella no h hecho nada malo, por el contrario, todo lo que ha hecho es anticiparse a ungirlo, a prepararlo para su sepultura. Este gesto de la mujer –en el contexto de una sociedad machista- es un acto generoso, amoroso, no lo unge con cualquier clase de aceite; al revés, para Dios, reserva lo mejor, perfume de νάρδου πιστικῆς nardo puro; y no lo transporta en cualquier frasquito de medio pelo, lo lleva en ἀλάβαστρον. un frasco de alabastro.
Este episodio de la Unción en Betania, se inserta aquí como la primera muestra de la importancia del discipulado femenino que muestra su fidelidad aún en las horas más difíciles; mientras, los discípulos masculinos huyen en desbandada.
Este gesto supremamente amoroso lleva a que Jesús lo marque con el sello de la eternidad, por tanto, ὅπου ἐὰν κηρυχθῇ τὸ εὐαγγέλιον εἰς ὅλον τὸν κόσμον καὶ ὃ ἐποίησεν αὕτη λαληθήσεται εἰς μνημόσυνον αὐτῆς “será recordado doquiera sea proclamada la Buena Noticia”.
2
El Cardenal Carlo María Martini dice que «Marcos se divide claramente en dos partes casi iguales… En la primera parte se trata de comprender el Reino, en la segunda parte se trata de entrar en el Reino… en la segunda parte es donde Él se dedica, en particular, a una formación más cuidadosa del grupo de los Doce»[2] Con este preámbulo el Cardenal Martini empieza a explicarnos los tres anuncios que hace Jesús de su Pasión y Muerte.
Más adelante dirá el Cardenal Martini que «Jesús, siempre más cerca de los suyos, los forma en el único punto esencial y presenta el misterio central del Evangelio: Él, su muerte y Resurrección»[3]
Y así llegamos a donde los queríamos invitar, a una cita del Cardenal Martini donde se reflexiona sobre la muerte de Jesús, lo que él llama “el Misterio de los Misterios”, porque conlleva en su seno una verdadera paradoja. Veámoslo:
«Todos los que por varios motivos han tenido alguna familiaridad con el misterio de la muerte, saben cómo inmediatamente, ante tal hecho, cesa toda retórica.
No hay nada menos humano que la muerte. La persona que muere asume, generalmente, una expresión trivial y tonta; o tal vez, atormentada e incrédula. No hay situación en que el ser humano sea menos él mismo que en el momento de la muerte.
Precisamente en cuanto realidad a la que es difícil dar un sentido, la muerte es un no-sentido para el hombre que vive. La persona muerta representa algo incomprensible, algo que no debería ser.
Ahora bien, pensar que esa realidad, esto es, el no sentido para la vida, haya sido afrontada por el Señor Jesús, constituye precisamente el misterio de los misterios. Que Jesús, la vida misma, haya querido reducirse a todas las expresiones de degradación humana insertas en la muerte, es realmente inexplicable.»[4]
Este aspecto inexplicable y misterioso para nuestros sentidos y nuestra mente, aprehensible solamente desde la dimensión trascendente capaz de sintonizar con la intuición de lo que es el Amor de Dios por la humanidad, nos revela la –por llamarla de alguna manera- Absurda Magnificencia de Dios enamorado de su criatura. No es un acto hedonístico donde el artífice se solaza en su creación; no, es más bien la ternura con la que un a mamá o un papá logran descubrir, en los garabatos de un tierno infante, su hijo, una clara imagen, el retrato más detallado y más preciso que ninguna cámara fotográfica de alta tecnología sería capaz de captar. Les recuerdo el caso de papás que llevan estas “obras maestras” en su billetera, o que consagran un portarretratos para tener sobre su escritorio el papelito garrapateado por sus hijo, y enseñarlo con orgullo a todos sus amistades y compañeros de trabajo.
No queremos explicar lo inexplicable, sólo acercarnos a una intuición del Infinito Amor de Dios que apostó por nosotros, que confía en nosotros pese a nuestras flaquezas sin cuento. El Plan Salvífico, que proviene de esta Misericordia, siempre tuvo previsto que nuestra indignidad fuera suplida con su Gratuidad.
3.
Otro aspecto señalado por el Cardenal Martini nos da una pauta comprensiva del relato de la Pasión según San Mateo.
«En su Evangelio la Pasión es una sucesión de pequeños cuadros que describen situaciones humanas, confrontaciones de personas.
No es tanto una información concatenada de acontecimientos, y ni siquiera un estudio sobre la conexión de las causas, aunque esto esté también presente.
El modo de narrar de Marcos es más bien la presentación de una serie de cuadros en los que entran diversos personajes en confrontación directa con Jesús, viviendo cada uno el misterio de la propia llamada y de la propia toma de posición hacía el Reino….Señalo 14…
1º Jesús y Judas
2º Jesús y los guardias
3º Jesús y el Sanedrín
4º Jesús y Pedro
5º Jesús y Pilato
6º Jesús y Barrabas con la multitud
7º Jesús y los soldados
8º Jesús y Simón de Cirene
9º Jesús y los crucificados
10º Jesús y los que se burlaban
11º Jesús y el Padre
12º Jesús y el Centurión
13º Jesús y las mujeres al pie de la Cruz
14º Jesús y los amigos
Una galería de personas que se confrontan con la semilla del Reino. Cada uno con su respuesta distinta, delante de un Jesús siempre igual en su actitud de disponibilidad y de oferta de salvación»[5]
De esta manera, engarzando cuadros, Jesús va llegando progresivamente a su Reinado, en una soledad igualmente progresiva. Va subiendo hacía el Trono de su Reino, el Madero de la Cruz. «…cuando se aproxima la muerte de Jesús, la iniciativa pasa a Dios y a Jesús, y los hombres se convierten en agentes activos par llevar a cabo el designio divino.»[6]
«… es al morir abandonado de todos, hasta aparentemente del Padre, asumiendo todo el sufrimiento humano como siervo doliente, cuando Jesús revela cómo es Cristo y rey»[7] «Frente a lo anterior, es inútil ponernos a racionalizar nuestra fe. Si no experimentamos de alguna manera la profunda miseria de la marginación humanan que Jesús cargó en su cuerpo o si, por lo menos no nos solidarizamos efectivamente con ella, ¿cómo vamos a creer que un crucificado es el Juez universal, el Rey, el Mesías, el Hijo de Dios?»[8]
[1] Equipo “Cahiers Evangile” PRIMEROS PASOS POR LA BIBLIA Cuadernos # 35 Ed. Verbo Divino Navarra – España 1992 p45
[2] Martini Cardenal, Carlo María. sj. LAS NARRACIONES DE LA PASIÓN. MEDITACIONES Ed. San Pablo Santafe de Bogotá D. C. 1998 p. 79
[3] Op. Cit p. 86
[4] Op. Cit. p. 90
[5] Ibid pp. 94-95
[6] Martínez Aldana, Hugo orlando. EL DISCIPULADO EN EL EVANGELIO DE MARCOS Ed. Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM Bogotá- Colombia 2006 p. 111
[7] Charpentier, Etienne PARA LEER EL NUEVO TESTAMENTO Ed. Verbo Divino Navarra-España 2004 p. 84
[8] Balancin, Euclides M. CÓMO LEER EL EVANGELIO DE MARCOS ¿QUIÉN ES JESÚS? Ed San Pablo Bogotá D. C. – Colombia 2002 p. 182