viernes, 25 de mayo de 2012

Veni Sancte Spiritus



La Iglesia es el Cuerpo de Cristo. El Señor Jesús vivo, resucitado, es misteriosamente e la vez la cabeza y el cuerpo completo. Nosotros no estamos a su lado, o simplemente bajo su dependencia. El Agustín predicador lo recordaba sin cesar: «el Cristo verdadero es él y nosotros»
Philippe Ferlay[1]

1

γλῶσσαι ὡσεὶ πυρὸς “lenguas de fuego” la palabra ὡσεί significa “como si fueran”; entonces hay que traducir “Aparecieron lenguas como de fuego” hay que entender ὡσεί, comparativo de similitud implica parecido pero diferente; en Hch 2, 2 leemos que “se oyó un gran ruido que venía del cielo como cuando sopla un viento fuerte” aquí el “como” viene en griego expresado por la palabra ὥσπερ que es comparativo de semejanza exacta, quiere decir que se parecen tanto que perfectamente “es” equivalente a lo comparado, aquí el ruido de viento fuerte es, efectivamente un “ruido de viento fuerte”. Esta es la diferencia entre ὡσεί / ὥσπερ , ambos comparan, el uno diferenciando el otro equiparando. Son dos “como” distintos. Uno es símil, el otro identidad.


καὶ μὴ λυπεῖτε τὸ πνεῦμα τὸ ἅγιον τοῦ θεοῦ ἐν ᾧ ἐσφραγίσθητε εἰς ἡμέραν ἀπολυτρώσεως.  “No aflijan al Espíritu Santo de Dios que los sello para el día de Salvación (liberación o rescate) Ef 4, 30 καὶ πιστεύσαντες ἐσφραγίσθητε τῷ πνεύματι τῆς ἐπαγγελίας τῷ ἁγίῳ, Y por haber creído fueron sellados con el Espíritu Santo prometido Ef 1, 13b Estar “sellado” expresa garantía, se da el sello para hacer confiable, con el sello se ratifica, se confirma. Las empresas nos manifiestan que el “producto” lleva su sello; en otras situaciones, el producto lleva un “sello de seguridad” para impedir su adulteración. El sello acredita la pertenencia, la procedencia; aunque dura la comparación puede instruirnos: cuando alguien va de visita a una cárcel, recibe un sello en el brazo, ese sello garantiza que es una persona libre, que no es un presidiario. Así, nosotros hemos recibido en el sello del Espíritu Santo la confirmación que somos “libres”, con la libertad de los Hijos de Dios.

Ahora bien, en la 1ª de Corintios, en la perícopa que leemos hoy como Segunda Lectura, se nos dice cómo hemos sido sellados: Por el bautismo y en él hemos “bebido” este sello. ἡμεῖς πάντες εἰς ἓν σῶμα ἐβαπτίσθημεν …. πάντες ἓν πνεῦμα ἐποτίσθημεν. Esta proviene del verbo ποτίζω : “dar a beber”



Se da a beber el agua que sacramentalmente es el signo del bautismo, el agua bautismal; pero Jesús se nos dio para que nos brindara otro bautismo. El bautismo de espíritu y fuego: καὶ ὤφθησαν αὐτοῖς διαμεριζόμεναι γλῶσσαι ὡσεὶ πυρὸς καὶ ἐκάθισεν ἐφ’ ἕνα ἕκαστον αὐτῶν, “Aparecieron lenguas como de fuego πυρὸς repartidas y posadas sobre cada uno de ellos”. Este es un bautismo con Espíritu Santo y fuego (Cfr. Mt 3,11) según la declaración de Juan el Bautista “Él los bautizará en el fuego o bien en el soplo del Espíritu Santo”. En la perícopa de los Hechos de los Apóstoles que corresponde a la liturgia de Pentecostés, leemos que efectivamente el Espíritu Santo entró soplando: porque καὶ ἐγένετο ἄφνω ἐκ τοῦ οὐρανοῦ ἦχος ὥσπερ φερομένης πνοῆς βιαίας “de repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte”; aquí la palabra que se usa es más que fuerte, es un viento violento: βιαίας, viento que sopla con gran velocidad y que pasa bufando por su afán φερομένης violento y veloz ese es un viento huracanado este es el viento πνοῆς de pneuma / pneumatos πνεῦμα, ατος que significa tanto viento como espíritu. Este πνοῆς [pnoes] también es bocanada de aire, aliento, respiración, hálito de vida. Por tanto el giro bíblico podría tratarse también de una “respiración huracanada”, es la respiración de  Dios que pasó infundiéndoles la valentía necesaria, sellándolos en la fe.

En este bautismo con lenguas como de fuego quedaron sellados los discípulos que recibieron su Pentecostés.



Lenguas, para que ellos expresaran el kerigma que tenían que trasmitir; como de fuego, para que inflamaran los corazones de todos sus escuchas. Dios enriqueció su expresión con fuerza, valentía y amor encendido para poder llevar a cabo la obra de evangelización que les había sido confiada. Sólo con “lenguas como de fuego” podían cumplir la misión que les fue confiada.

2

En su nuevo libro “Informe sobre la fe” el cardenal Ratzinger, que fue perito conciliar, insiste en el hecho de que la expresión “pueblo de Dios” no basta para expresar la riqueza del concepto conciliar de la Iglesia, y debe ser rebasada en la dirección de la de “Cuerpo de Cristo”…[2]

μεγαλεῖα τοῦ θεοῦ La creción entera es un argumento generoso sobre las grandezas de Dios. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor y todas las hiciste con maestría! La tierra llena está de tus creaturas” leemos en el Salmo 104(103): מָֽה־רַבּ֬וּ מַעֲשֶׂ֨יךָ ׀ יְֽהוָ֗ה כֻּ֭לָּם בְּחָכְמָ֣ה עָשִׂ֑יתָ מָלְאָ֥ה הָ֝אָ֗רֶץ קִנְיָנֶֽךָ׃ (Retomamos aquí el códice de Leningrado)



El Espíritu Santo, como es espíritu, la gente lo visualiza como algo totalmente impalpable, algo totalmente incorpóreo,  y no se le visualiza como “Alguien”. El Espíritu Santo tiene una Boca bien visible: La Sagrada Escritura. Ahora bien, la Sagrada Escritura tiene una materialidad bien tangible y muy palpable, entonces, la Boca del Espíritu Santo está revestida de materialidad. Ahí se borra automáticamente la imagen fantasmagórica que de Él tenemos.

Por otra parte, el Espíritu Santo anima un cuerpo. No se trata de un “espíritu” a la manera de los fantasmas del cine; como en todos los hijos de Dios se da una unidad de cuerpo-espíritu, el Espíritu Santo tiene su propio Cuerpo: es el Cuerpo Místico de Cristo.

Ya en otra parte hemos dicho que el Cuerpo místico de Cristo está formado por la “Comunión de los Santos”, es decir, todos los bautizados que se han consagrado –antes, ahora y después, a la construcción del Reino de Dios. Se trata de los “fieles” difuntos, vivos y por nacer, que se han prestado con toda su voluntad y todas sus fuerzas a ser dóciles ejecutores de la Voluntad de Dios. En todos ellos se corporizan “las grandezas de Dios” μεγαλεῖα τοῦ θεοῦ Hch. 2, 11d de las que nos habla el Salmo 104 (103), diciendo que ellas pueblan toda la tierra. Si, toda la tierra, aún cuando a veces nos sentimos en minoría y decimos que los buenos son pocos y que los malos son muchos. ¡cuidado con el pesimismo! que entristece al Espíritu Santo. Los Buenos somos más, lo que pasa es que ¡el Bien no hace ruido! Y esto no es puro optimismo, no Señores y Señoras, esto es puro realismo. Esto es saber llevar la estadística. Hay tantos sacerdotes buenos, que los malos sacerdotes sólo son unos cuantos; talvez muchos sacerdotes tengan defectos, aso sí, pero son buenos y no sólo buenos, sino muy buenos. Lo mismo se cumple para las religiosas de vida consagrada; ¡cuántos hospitales, ancianatos, colegios, obras de caridad, enfermos son atendidos por ellas, sin hacer ruido, sin bombos, ni platillos, ni trompetas, calladitas, calladitas, haciendo el bien, llevando caridad, amor, consuelo y un plato de sopa caliente!

Que decir de los religiosos que como columnas de una edificación, sostienen al mundo con sus oraciones. Nos referimos en esta ocasión a los religiosos de vida contemplativa, a los que viven alejados del mundo para estar cerca, muy cerca de Dios con sus plegarias.

Ahora, si sólo contamos sacerdotes y religiosos, todavía podrían ser más los malos. Pero integremos al conteo a tantos y tantos laicos que van sembrando el bien, por todas partes, en todo momento y circunstancia, hasta en los rincones más ocultos y en toda acción, hasta en los actos más insignificantes. Ya ahí, son muchos más los buenos.

Entre esos laicos contemos a los papás y las mamás, miremos el amor con el que crían a sus hijos… y ya no contemos más, porque ahí está el amor de Dios sobre la tierra demostrando que el Bien es mucho más grande que el arrogante y estruendoso mal. Lo que pasa es que el Malo es hediondo y su hedor es nauseabundo, por eso, por donde pasa, va dejando su estercolado mal olor. Lo único lamentable es que la hediondez del Maligno logre disimular la fragancia preponderante del Bien.

Y en cada Consagrado, en cada laico, en cada padre / madre de familia, en cada misionero hay una célula del Cuerpo místico de Cristo que es el aspecto corpóreo del Espíritu Santo.

«…los creyentes cristianos saben que ellos no están sólo reunidos en una “asociación”, sino que están integrados por el Espíritu de Cristo en su Cuerpo viviente.»[3]

3

La glosolalia tiene tres niveles:

Se articulan sonidos que no tienen sentido. Allí no está el Espíritu Santo.

Se cree estar hablando la Lengua de Dios, y nadie entiende nada. Allí no está el Espíritu Santo.

Se habla una lengua que uno no conoce, pero entre los presentes hay quienes lo entienden. Allí se ha hecho presente el Espíritu Santo.

Πάρθοι καὶ Μῆδοι καὶ Ἐλαμῖται καὶ οἱ κατοικοῦντες τὴν Μεσοποταμίαν, Ἰουδαίαν τε καὶ Καππαδοκίαν, Πόντον καὶ τὴν Ἀσίαν, Φρυγίαν τε καὶ Παμφυλίαν, Αἴγυπτον καὶ τὰ μέρῃ τῆς Λιβύης τῆς κατὰ Κυρήνην καὶ οἱ επιδημοῦντες ῾Ρωμαῖοι, Ἰουδαῖοι τε καὶ προσήλυτοι, Κρῆτες καὶ Ἄραβες, ἀκούομεν λαλούντων αὐτῶν ταῖς ἡμετέραις γλώσσαις τὰ μεγαλεῖα τοῦ θεοῦ. “Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene, Romanos residentes, judíos, prosélitos, cretenses y árabes; y sin embargo, todos los oímos hablar en nuestros idiomas las maravillas de Dios.” Hch 2, 9-11 Este es el verdadero Don de Lenguas.

4

Así como los dos dsmobilizados camnaban rumbo a Emaús, también nosotros hemos venido, domingo a domingo, caminado con Jesús mientras Él “nos explica las escrituras”. 1º Leímos que Él es el Buen Pastor. Luego, que Él es la Vid Verdadera. Luego, La misión que nos entregaba, llevar su anuncio. Cumplir con el Mandamiento del Amor. El Padre es Amor, el Hijo es Amor pero San Agustín encontraba en el Espíritu Santo la máxima expresión del Amor Divino por que Él (o Ella Ruah –espíritu en Hebreo- es femenino) es don, por excelencia.

Hoy, celebramos la memoria de la entrega que nos hizo Jesús, nos dio un Acompañante, Asesor, (Paráclito en griego) para que podamos llevar a cabo la misión, sin temores, sin dejarnos menguar por las adversidades que salpican la Via Lucis. Via Lucis es lo contrario del Camino de la Oscuridad, que ya hemos dicho, es el camino del Malo, que es la Senda de la Perdición. La coherencia con su Mandamiento de Amor es caminar por el Camino de la Luz y no por la Senda de la Oscuridad. La Pascua, en tanto en cuanto celebra la Resurrección, es Via Lucis.

¿Cómo recorrer la Via Lucis? Pues ahí tenéis un mapa. La vida Sacramental. Los sacramentos son como puntos de alimentación en el camino de la santificación. El Pan que está colmado de Espíritu Santo son los Sacramentos. Ellos nutren el Cuerpo Místico de Cristo para que tenga las “calorías” espirituales necesarias para recorrer triunfalmente la senda que lleva al Padre.

Retomamos de José Luis Martín Descalzo la 10ª Estación del Via Lucis:

JESÚS ANUNCIA QUE SEGUIRÁ SIEMPRE CON NOSOTROS
Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado, y, viéndole, se postraron, aunque algunos vacilaron, y acercándose Jesús, les dijo... Yo estaré con vosotros hasta la consumación del mundo.
(Mt 28, 16-20)
«Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos.»
Esta fue la más grande de todas tus promesas,
el más jubiloso de todos tus anuncios.
¿O acaso tú podrías visitar esta tierra
como un sonriente turista de los cielos,
pasar a nuestro lado, ponernos la mano sobre el hombro,
darnos buenos consejos
y regresar después a tu seguro cielo
dejando a tus hermanos sufrir en la estacada?
¿Podrías venir a nuestros llantos de visita
sin enterrarte en ellos? ¿Dejarnos luego solos, limitándote
a ser un inspector de nuestras culpas?
Tú juegas limpio, Dios. Tú bajas a ser hombre
para serlo del todo, para serlo con todos,
dispuesto a dar al hombre no sólo una limosna de amor,
sino el amor entero.
Desde entonces el hombre no está solo,
tú estás en cada esquina de las horas esperándonos,
más nuestro que nosotros,
más dentro de mí mismo que mi alma.
«No os dejaré huérfanos», dijiste. Y desde entonces
ha estado lleno nuestro corazón. [4]

¡Lleno del Espíritu Santo! Que es el Amor entero.

5

MONICIONES



ACOGIDA

El Espíritu Santo no necesita de la Uniformidad, Él obra a pesar –o mejor- gracias a la diversidad; respeta la pluralidad y recoge sus frutos en el jardín de las variadas culturas, de los más diversos modos de pensar y de ver. El Espíritu sopla donde quiere, baila y danza pasando por los corazones, buscando pechos donde anidar.

No desprecia a nadie, no rechaza a nadie, se queda allí donde descubre las más mínimas señales de acogida. Viene festivo y alegre a regocijar el corazón de cualquier persona que lo invita, que lo invoca. ¡Ven Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu Amor!

LITURGIA DE LA PALABRA

Estaban todos reunidos,… el ruido llenó toda la casa,… se llenaron todos del Espíritu Santo y sobre cada uno de ellos se posaron lenguas como de fuego. Entendamos este énfasis: No hay discriminación; el Espíritu Santo es para TODOS; pero, no es una experiencia de soledad, de individualismo; sucede allí donde la COMUNIDAD  está reunida, donde cada miembro es un órgano del CUERPO MÍSTICO DE CRISTO.


No recibiremos el Espíritu Santo a menos que lo invoquemos como Pueblo-unido-de- Dios, poniendo en primer lugar la escucha de la Palabra de Dios, es decir, de las Enseñanzas de la Iglesia; la Fracción del Pan, es decir, la Celebración Eucarística, la fraternidad, la solidaridad, y las oraciones.

Es la Unidad lo que abre paso al Espíritu Santo para que obre sus prodigios. Sólo actuando como verdaderos hermanos, hijos del mismo Padre vendrá el Espíritu Paráclito.

ORACIÓN UNIVERSAL DE FIELES

Presidente
Alegres al constatar que Jesús reina desde su Trono de Gloria en el Cielo, mientras nos acompaña con su Paráclito -el Espíritu Consolador- cantemos llenos de gozo y exultantes pidámosle vivir en la convicción de que su Presencia nos acompaña y nos asiste:
¡Espíritu Santo, santifica tu pueblo!

  • Te suplicamos por tu Santa Iglesia, cuando el mundo no cesa de recoger guijarros con la intensión de apedrearla, no dejes que el Maligno prevalezca y presérvala.
¡Espíritu Santo, santifica tu pueblo!
  • Por  los gobernantes y las autoridades civiles, para que nos lideren por senderos de justicia y de paz, poniendo en primer término a los desprotegidos y a los más necesitados.
¡Espíritu Santo, santifica tu pueblo!
  • Por los jóvenes, para que no se crea que son semilla de oscuridad sino que  sepamos ver en ellos la promesa cumplida de un mundo mejor y de un mañana de esperanza, que ellos con tu Gracia sabrán construir.
¡Espíritu Santo, santifica tu pueblo!
  • Para que seamos fieles difusores de tu Mensaje y así cumplamos el encargo que nos has hecho de evangelizar el mundo entero.
¡Espíritu Santo, santifica tu pueblo!

Presidente
Padre Celestial, concédenos que tu Iglesia extienda tu Amor llevando tu Palabra y la dulzura de tus Acciones y de tu Misericordia, derramando por doquier gestos de ternura y caridad fraterna; así el anuncio y la evangelización se cumplan según tus Designios amorosos de Padre Bueno. Por tu Hijo, en unidad con el Espíritu Santo. Amén

6

Vivimos en la sociedad del sobresalto, el afán y la desazón por excelencia. En todas partes campea a sus anchas el “stress” ese mal del siglo XX que no se ha quedado quieto en este XXI “ineunte”, por el contrario, creció y se multiplicó.  Nadie sabe detenerse, todos corremos despavoridos, como “ánimas en pena”, en una carrera que nadie sabe dónde empezó –y lo más grave- nadie tiene la menor idea dónde está la meta o si esta existe. En cambio, Jesús hoy, otra vez, ha llegado a nosotros a darnos la paz: Dos veces lo dice en la perícopa de San Juan que forma el Evangelio de hoy.

En el Salmo 104(103) tenemos tres elementos fuertes que nos conducen en una propedéutica Pentecostal:

1) En versos que no se leen en la Eucaristía de hoy, esboza la clarificación del viento y el fuego como símbolos del Espíritu Santo. Dice En 1b “¡Eres muy grande, oh Señor, mi Dios…. ¡ y continua en el verso 4 “Tomas de mensajeros a los vientos y como servidores un fuego en llamas.

2) ¿Qué pasa cuando Dios envía a su Espíritu, el Espíritu Santo? Si envías tu espíritu, son creados y así renuevas la faz de la tierra.”Sal104(103), 30. O sea, que el mundo entero tendrá otra cara, una cara nueva, es decir, una Nueva Creación, el envío del Espíritu Santo da inicio a Una Nueva Creación. Tan es así que los discípulos –antes cobardes- son creados ahora, seres valientes, decididos, locuaces, convincentes, verdaderamente heroicos.



3) Todo el Salmo 104(103) Es una loa a la Creación. Muy oportuna en este día de Pentecostés, cuando todo será nuevamente creado y de la confusión de lenguas iniciada con la altanera construcción de l Torre de Babel, se da inicio a la Anti-Babel, cuando todos oirán hablar de Dios, cada uno en sui propia lengua.


Pero ¿Cómo acunaremos al recién nacido mundo que Pentecostés genera? ¿Cómo haremos para que la Paz que Jesús, el Creador de la Nueva Humanidad, el Cuerpo Místico de Cristo; ha soplado sobre nuestro barro para darnos la vida de la gracia, viva, crezca, madure, se vitalice y llegue a ser adulto? Jesús nos lo dice en el Evangelio.

Jesús todo lo hace contando con nosotros, siempre da, pero parte de algo que nosotros pongamos; ejemplo, en Caná, pidió que llenaran las tinajas de agua y, partió de esa agua. ¿Qué esperará de nosotros, en este caso?


Se trata de la dialéctica del perdón: Sólo llegaran a ser miembros de la nueva creación, células del Cuerpo Místico de Cristo, aquellos que sepan perdonar y construyan una realidad amorosa basada en el perdón. Y nos hace entrega junto con el Espíritu Santo, del Sacramento de la Reconciliación (Conversión). Los que saben perdonar, recibirán el perdón sacramental de Dios.


Que la gloria del Señor dure por siempre
Y en sus obras el Señor se regocije  
                                                                            Sal 104(103), 31


[1] Ferlay ,Philippe. COMPENDIO DE LA FE CATÓLICA  Edicep Valencia –España 1986 p. 178
[2] Ibid
[3] Ibid p. 179
[4] Martín Descalzo, Jose Luis. RAZONES PARA LA ALEGRÍA (CUADERNO DE APUNTES II) Madreid España 1985 p. 226

viernes, 18 de mayo de 2012

μου μάρτυρες



Señor Jesús … Tú quieres que yo
…………………………………….
tenga el corazón y los ojos abiertos de par en par,
para mirar, acoger y trasmitir
el misterio que libera y salva,
como si fuera un guerrillero del amor
en los campos de la violencia,
un mensajero de misericordia
en los sótanos de la marginación,
un sembrador de estrellas
en el cielo nublado de mi vida.

Averardo Dini

1

La palabra “Ascensión” está supremamente cercana a otra de nuestro lenguaje cotidiano, y de uso muy frecuente: “ascensor”. Por otra parte, y con frecuencia muy cercana a la palabra “ascensos” buscados o alcanzados, para referirnos a la movilidad laboral, en el sentido de  mejora, de pasar de un cargo menor (por lo general “menor” en remuneración) a otro, considerado “superior” en la estratificación jerárquica de estos cargos (que, junto con su diferencial salarial conllevan –casi siempre- un aumento en la cuota de poder).


Esta reflexión inicial nos lleva a considerar cómo el lenguaje se vale de una metáfora espacio-posicional, que está profundamente arraigada en el fondo de nuestra mente como una connotación entre arriba/mejor - abajo/peor. Recordemos de paso que, según sabemos, en las luchas entre gladiadores, si el Emperador mostraba el dedo pulgar hacia arriba, se le perdonaba la vida y, si lo mostraba hacia abajo, quedaba condenado a muerte (entendemos que aún sobrevive el gesto, por ejemplo, en las corridas de toros). Así hablamos de alguien que tiene un cargo “más alto”, de dirigirnos a una instancia “superior”, de llevar la queja “más arriba”, de proponer una idea “superior”, y aún, alguien irrumpe preguntando ¿aquí, quién está en la cúspide? Para indagar por el “mandamás”.

Todo esto tiene su contrapartida teológica y sus implicaciones hermenéuticas. Sabemos que Jerusalén esta colocada en la cima del monte Sión; que Dios entregó las tablas de la ley en el Horeb, que Jesús pronuncio su sermón “de la montaña”, que se transfiguró en el Tabor, y que se sentó en el glorioso trono de la cruz, en lo alto de otra montaña, el Gólgota. Toda la Biblia está marcada por montes simbólicos donde suceden las Teofanías. Otra vez, siguiendo la relación espacio-posicional, Dios está en el Cielo (arriba), el hombre (en medio)en la tierra, los muertos abajo, los perdidos, por sus pecados en los ínferos-infiernos. No podemos liberarnos de este pensamiento, de esta estructuración lógica del lenguaje que está implícito en él.  A lo sumo, podemos, por lo menos al leer estos pasajes bíblicos, tratar de tomar conciencia que se trata –simplemente- de un artificio lógico para significar algo que, el lenguaje parabólico permite intuir y que de otra manera sería bastante pero bastante difícil alcanzar de comunicar. Pero aquí se relativiza la palabra “comunicar” porque, siendo mucho lo que “comunica”, es, también, mucho lo que oculta y, no poco lo que “confunde”.

¿Realmente, ascendió Jesús –perdonen el pleonasmo- de abajo hacía arriba? Este es el tema que nos ocupa directamente conectado con la frase del Padre Nuestro que reza “Padre Nuestro, que estás en los Cielos” y, también con el gesto litúrgico que denominamos “elevación” con el cual queremos decir que el Pan dejo de serlo para transubstanciarse en el mismísimo Dios-Hijo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Si Jesús subió, de abajo para arriba, entonces, sin duda “se fue”, y si se fue, entonces incumplió la Promesa de quedarse siempre (πάσας τὰς ἡμέρας) con nosotros hasta la consumación de los tiempos  (otros traductores han puesto: “hasta que se termine este mundo”) ἐγὼ μεθ’ ὑμῶν εἰμι πάσας τὰς ἡμέρας ἕως τῆς συντελείας τοῦ αἰῶνος. Mt 28, 20.

Nosotros lo entendemos así: Él ascendió, no de “abajo para arriba” sino que se sustrajo de sus apariciones a los “discípulos”, lo cual está expresado en el relato que leemos en los Hechos de los Apóstoles, 1, 1-11 con la afirmación καὶ νεφέλη ὑπέλαβεν αὐτὸν ἀπὸ τῶν ὀφθαλμῶν αὐτῶν. “Y una nube lo ocultó a sus ojos”, recordemos que la Nube es simbólica de la Presencia de Dios (Shekinah שכינה). Aún aventuraríamos llevar nuestro midrash más lejos diciendo que, si Jesús se hubiera seguido “Apareciendo” habría generado un tipo de dependencia que nos mantendría en la servidumbre, que no nos habría permitido evolucionar hacía la amistad, porque el siervo es “dependiente” mientras que el amigo es autónomo. Si el se hubiera seguido apareciendo no nos habría podido entregar el Espíritu Santo. Por eso nos convenía que se sustrajera a nuestros sentidos, para que nosotros asumiéramos, por fin, nuestra entera responsabilidad.

Entonces, Pasión, Muerte, Resurrección, Ascensión, Pentecostés no son momentos en el sentido temporo-cronológico sino escalones del discipulado, o como dirían en el esoterismo, niveles de iniciación. Hay muchas personas que se quedan en la Pasión, lloriqueando por los padecimientos infinitos de Jesús, otros se han quedado en la Cruz, porque para ellos allí murió Dios (y de pronto eso es lo que querrían, que estuviera muerto y “a Rey muerto Rey puesto”), otros se han quedado mirando fijamente al cielo, porque se quedaron en la Ascensión, para ellos, Jesús se montó en su Platillo Volador y se fue; y otros, desarrollaron un desplazamiento dejaron de mirar a Jesús y se dedicaron, o mejor, se recargaron en el Espíritu Santo, y se quedaron en Pentecostés atenidos a que con cantos “aleluyáticos” lograrán que el Espíritu Santo lo hará todo, muy santitos ellos, nos miran por encima del hombro.

Un verdadero discípulo evoluciona hacía la misión y la misión es “ser su testigo… hasta los últimos rincones de la tierra” ἔσεσθε μου μάρτυρες… ἕως ἐσχάτου τῆς γῆς. Hch 1; 8c Aquí, con perdón de todos, regresamos a ese hermosa por contundente frase del Padre Carlos Valles sj. «Proclamo la victoria con los labios y lucho con las manos para que venga».

2

Esa es la misión: ἀλλὰ λήμψεσθε δύναμιν ἐπελθόντος τοῦ ἁγίου πνεύματος ἐφ’ ὑμᾶς καὶ ἔσεσθε μου μάρτυρες ἐν τε Ἰερουσαλὴμ καὶ [ἐν] πάσῃ τῇ Ἰουδαίᾳ καὶ Σαμαρείᾳ καὶ ἕως ἐσχάτου τῆς γῆς, «sino que van a recibir una fuerza [δύναμιν], la del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.» Hch 1, 8. Aquí la palabra ἐσχάτου significa “lo más alejado”, “lo más remoto”, “hasta los límites”.

En Juan 20, 18 vemos que María Magdalena entiende esta misión como un ἀγγέλλουσα τοῖς μαθηταῖς ὅτι ἑώρακα τὸν κύριον, καὶ ταῦτα εἶπεν αὐτῇ. ir a anunciar a los discípulos “He visto al Señor y me ha dicho tales y tales cosas” Jn 20, 18b, o sea, repetir a otros lo que el Señor le ha dicho a ella αὐτῇ. Nos parece que lo entendió muy bien, la misión es dar testimonio, y no sólo con palabras sino con la manera de vivir.


En el Evangelio de hoy leemos: πορευθέντες εἰς τὸν κόσμον ἅπαντα κηρύξατε τὸ εὐαγγέλιον πάσῃ τῇ κτίσει. «…Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura» Mc 16,15. Al predicar alguna semilla caerá en tierra fértil y de allí surgirán creyentes, los que crean tendrán una marca distintiva: en el Santo Nombre de Jesús δαιμόνια ἐκβαλοῦσιν, γλώσσαις λαλήσουσιν [καὶ ἐν ταῖς χερσὶν] ὄφεις ἀροῦσιν κὰν θανάσιμον τι πίωσιν οὐ μὴ αὐτοὺς βλάψῃ, ἐπὶ ἀρρώστους χεῖρας ἐπιθήσουσιν καὶ καλῶς ἔξουσιν. “expulsarán demonios, hablaran nuevas lenguas, agarraran serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se sanarán”. Mc 16, 17c – 18. Se hablan lenguas nuevas, no conocidas en ese entonces, por ejemplo, en los distintos pueblos de Europa, al venir a America, tanto en la del norte en la central y en la del sur, los misioneros aprendieron las lenguas y los innumerables dialectos indígenas, otro tanto sucedió en Asia, en Oceanía y sigue sucediendo hoy día, especialmente en el Continente Africano. Sabemos de muchas lenguas, que en la actualidad son lenguas muertas, se conservaron registros escritos y diccionarios construidos por los misioneros que trabajaron en esas regiones. Respecto al veneno θανάσιμόν (palabra que deriva del adjetivo θανάσιμος que significa mortal, que es portador de la muerte); quisiéramos recordar en este apartado a San Benito y a San Antonio María Claret y motivarlos a repasar sus biografías para ver cómo fueron librados de los venenos y cómo en ellos se cumplió este signo σημεῖα.. Cuando se habla de expulsar demonios pensamos que se debe entender en el sentido de desalinear, de ser capaces de combatir las doctrinas que distribuyen los medios de comunicación de  masas, la facultad de desenmascarar las demagogias que los políticos cómplices de la explotación diseminan para garantizar la continuidad de las condiciones que facilitan su atropellar a los Anakin.

Contra las ideologías violentas, contra toda forma de odio, contra el revanchismo y las ideologías de tomarse la ley por propia mano, contra las ideologías guerreristas que depositan su confianza en la guerra, en el reforzamiento y acrecentamiento del armamentismo, contra esas otras ideologías de los negociantes de armas que enseñan y predican a los cuatro vientos la “legítima defensa” y en esa misma medida, que todos vivamos armados y, de ser posible, armados hasta los dientes. De esta ideología el mejor blasón son esos afiches de promoción de las películas, donde se nos muestra al “héroe” literalmente, “armado hasta los dientes”; contra la edificación de bands para-militares, etc. Esos son los δαιμόνια demonios que debemos exorcizar los misioneros de esa época que hoy vivimos.

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Mientras la perícopa de Hechos nos historiza este momento de giro, tal vez Bachelard habría hablado aquí de “ruptura  epistemológica”, en la misma razón de tener una nueva manera de “conocer” a Jesús, una nueva manera de relacionarse con Él, de hacer madurar en su corazón los recuerdos guardados, de empezar a “digerir” las enseñanzas de Jesús a partir de una práctica, de una vivencia directa, de anunciar, y polemizar y sufrir persecución a causa de este anuncio, y encontrarse con gentes incapaces de aceptar y entender ese “anuncio”, y ser maltratados y encarcelados y lapidados y expulsados de las sinagogas; vivir una práctica de construcción de Comunidades que, no habiendo conocido personalmente a Jesús, había que trasmitirles sus palabras, su personalidad, sus acciones. Cuando uno narra algo, a la vez, lo asimila y lo re-asimila en el sentido de reinterpretarlo, de profundizar en ello, de descubrir facetas de las cuales uno mismo no se había percatado; por eso, podemos decir que al anunciar, al predicar a Jesús también nos estamos auto-evangelizando. Cuando las Apariciones de Jesús-Resucitado continuaban, la vida de la fe en los discípulos se limitaba al aguardar de la próxima “Aparición”; un poco como el estudiante se limita a esperar la próxima clase. Una vez nos hemos graduado, ya no nos conforma ni dependemos de la próxima clase, ahora pasamos a vivir esa “profesión” y, continuamos aprendiendo, pero ya sobre la práctica. Nos damos cuenta que, por estar graduados no nos las sabemos todas, si somos lo suficientemente modestos descubrimos que es mucho lo que hay por aprender y que es más lo que ignoramos que lo que sabemos, pero no por eso nos devolvemos a la Universidad sino que entendemos que esa pericia deseable, la alcanzaremos con la práctica de nuestra “profesión”. Cada día del profesional es un paso más en la clarificación de ideas y conceptos. Aquí la metáfora de l Asunción es con el grado de un profesional.



Hagamos un breve recorrido por estos últimos domingos: Primero Jesús nos dice que es un Buen Pastor y nos enseña como llegar a ser “Buenos Pastores” para asumir nuestro discipulado. Luego nos dice que el es la Vid Verdadera, y que no podemos desprendernos de Él, de sus enseñanzas, de su modo de ser y de vivir, a riesgo de secarnos y convertirnos en leña buena para la hoguera. Luego, en la tercera etapa, nos dice que para vivir orgánicamente adheridos a la Vid debemos permitir que circule en nosotros la Savia del Amor. El Amor – Ágape será la energía que nos vivifique y nos cohesione al Cuerpo Místico de Cristo, es un llamado a la unidad.

En la perícopa que hoy conforma la Segunda Lectura, tomada de la Carta a los Efesios Ef 4, 1-13, vemos que hay un requisito septiforme  para alcanzar la unidad: ser todos un solo cuerpo, que ese cuerpo esté animado por un solo espíritu (imagínense ustedes un cuerpo animado por diversidad de espíritus, mejor dicho, una locura, un cuerpo queriendo ir en distintas direcciones, como un barco dirigido por distintos capitanes que no logran ponerse de acuerdo a qué puerto se quieren dirigir), una misma esperanza; aceptar todos al mismo Señor, la misma fe y el mismo bautismo. La diversidad está en los carismas y ministerios pero la unidad debe pasar a través de estos siete requisitos. ¿Para qué hemos recibido esa variada gama de ministerios entre los cuales la Carta a los Efesios menciona el apostolado, el profetismo, los evangelizadores, los maestros, los pastores? Para que seamos capaces de construir el cuerpo de Cristo, alcanzando la perfección humana, es decir, asemejarnos al modelo de la plenitud humana que es Nuestro Señor Jesucristo. 


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Γαλιλαοι τί στήκατε βλέποντες 
ες τν ορανν οτος
ησος ναλημφθες φ’ μν
εἰς τὸν οὐρανόν οὕτως ἐλεύσεται
ὃν τρόπον ἐθεάσασθε αὐτὸν πορευόμενον
εἰς τὸν οὐρανόν.

Hch 1, 11

Dos “Ángeles” les preguntan a los allí reunidos “Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando el cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al Cielo, volverá como lo han visto alejarse.” Hch 1, 11. El problema esencial, insistimos, es que nos quedemos ahí, lelos, paralelos (pasmados, embobados), mirando para lo alto, con los brazos cruzados. Comprendemos que a esos Galileos les pasara eso porque ellos todavía estaban en la etapa de creer que Jesús iba a venir en cualquier momento a “restablecer la soberanía de Israel”.



Pero nosotros, ¿no es cierto que estamos en una etapa posterior? ¿Sabemos que la misión es nuestra? O ¿Creemos que simplemente debemos mirar al cielo, voltear los ojos y decir oraciones? ¡Claro que hay que decir oraciones! Pero, ¡eso no basta! Somos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo y en nuestras manos está  εἰς οἰκοδομὴν τοῦ σώματος τοῦ Χριστοῦ,el construirlo Cfr. Ef 4, 12 b, La palabra οἰκοδομὴν significa casa-estructurar, o sea, edificar una casa, o sea “construir”; en este caso es “edificar” el σώματος τοῦ Χριστοῦ el Cuerpo de Cristo. Ese encargo, esa misión, hace de cada creyente un “edificador”, un misionero.

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MONICIONES



ACOGIDA

“Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. ¿Qué celebramos hoy? Eso es lo que celebramos, que no estamos solos, que Dios, en la Persona del Hijo nos acompaña, nos hace Justicia, nos entrega su Espíritu Intercesor:

Jesús, Tú te quedaste en nuestro sufrimiento diario, inclusive en las migajas de vida que hacemos brotar. Te quedaste en el rostro de cada hombre que te busca, que ama a alguien, que espera algo. Estas aquí y allí donde vayamos, porque donde quiera que estemos Tú vas: si entramos en la perdición Tú nos sigues, apesadumbrado y triste; si subimos hacia la virtud, la solidaridad y la hermandad sincera, allí también subes Tú, entonces radiante y victorioso. Porque sufres a nuestro lado; o, a nuestro lado triunfas, ¡Dios de Amor! ¡Dios fiel!

LITURGIA DE LA PALABRA

También nosotros somos interrogados hoy: “¿Qué hacen allí parados, mirando el cielo?” Esta pregunta es como si nos dijera: No se queden cruzados de brazos, no se queden ahí alelados, no esperen que Dios lo haga todo, estoy a vuestro lado, siempre, dispuesto a ayudarles, como un Fiel Escudero, como un Verdadero Guardaespaldas. Mientras escuchamos las Lecturas, con total devoción, ilumínanos y transmítenos -los Dones del Espíritu Santo- a nosotros, los que confiamos en Ti. ¡Danos el Santo Espíritu Paráclito!

ORACIÓN UNIVERSAL DE FIELES

Presidente
Jesús, antes de su Ascensión nos enseñó que le había sido dado todo poder en el Cielo y en la tierra. Como su Padre se lo entregó todo, nosotros nos confiamos a Él, a Él acudimos, Él es nuestro Señor y nuestro Dios.

Jesús, lleva ante el Padre nuestras peticiones, las presentamos diciendo:
Señor, escucha nuestra plegaria!

Por la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, puesta entre nosotros como su Compañía Prometida y Fiel, para que sea promotora coherente de tu Reinado, Jesús.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Por la maravillosa Creación que nos entregaste para que la supiéramos –no explotar- sino administrar con prudencia, sabiduría, amor y caridad fraterna.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Queremos ser santos, lo que significa hacer las cosas corrientes poniendo en ello el sello de tu Presencia Gloriosa que se ha quedado con nosotros.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Señor, te rogamos por todos los que sufren persecución por causa de su fe en Ti, para que en medio de sus aflicciones y padecimientos, la fuerza de tu Victoria resplandezca en ellos.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Oremos juntos por los comunicadores y por los receptores de los mensajes que se transmiten por medio de tantos medios del progreso humano, para que este progreso no sea usado para perdición sino que esté puesto como otra fuerza salvífica entre nosotros.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Concédenos, Señor, la fuerza para salir del cascarón y así vivir Jesús-mente.
Señor, escucha nuestra plegaria!
Presidente

Padre Misericordioso y Todopoderoso, queremos unir nuestras voces y nuestras voluntades a las palabras de San Francisco de Asís, que dijo: Parece ser más acorde a la Voluntad de Dios que, interrumpiendo el clamor de la oración, salgamos a trabajar en el mundo. Por eso, llevando en nuestro corazón tu Presencia, iremos a todos los rincones de la tierra, transparentándoUe, viviendo Jesús-mente. Concédenos las fuerzas necesarias para cumplirlo, Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que conTigo vive y Reina, en unidad con el Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.»